BIOGRAFÍA DE JESÚS

CAPÍTULO II


Pbro. Dr. Raúl Lanzetti www.iglesia.org

 


Por la primera Pascua en Jerusalén
        Tiene lugar ahora la primera manifestación pública de Jesús, en lugar y momento muy bien elegidos. San Juan destaca tres hechos.

        Ante todo y poco antes de la Pascua Jesús lleva a cabo la purificación del Templo (Jn 2, 14-22), expulsando a los comerciantes. Estos no actuaban en la explanada, sino dentro del mismo recinto cubierto (aunque no en el Santuario ni en el atrio de los sacerdotes).

        Después, durante la fiesta de la Pascua Jesús realiza muchos milagros (Jn 2, 23-25), suscitando una cierta fe en El.

        Por último, y de forma reservada, tiene lugar la entrevista con Nicodemo (Jn 3, 1-21), uno de los judíos más importantes de la época, miembro del Sanedrín en la clase de los escribas, de la secta observante de los fariseos. Relatado magistralmente por San Juan, este diálogo refleja la concepción que Jesús tenía del nuevo Israel, y las dificultades que experimentaba quien —como Nicodemo— conocía bien las bases sobre las que se sostenía el antiguo Israel.

De Judea a Galilea
        Sigue ahora un período bastante prolongado —casi un año— hasta la Pascua siguiente del 29 dC. Es una época caracterizada por el protagonismo exclusivo de Jesús. Sus seguidores, tanto varones como mujeres, son más que nada espectadores o a lo sumo le prestan a Jesús servicios de carácter más bien material y organizativo.

Desde el Jordán a Cafarnaún        
        Se da un primer momento de actividad de Jesús en Bethabara (Jn 3, 22-24). Es la época en que hace un gran número de discípulos. Todo parece indicar que se habría establecido en este lugar de forma permanente, si no hubiesen intervenido ciertos hechos que le sugirieron su traslado a Galilea. En efecto, se suscitó una discusión sobre la purificación (Jn 3, 25) entre un judío y los discípulos del Bautista. A continuación tiene lugar el último testimonio de Juan (Jn 3, 26-36). Y sobre todo Jesús tomó la decisión de trasladarse a Galilea (Jn 4, 1-3), ya que veía a los fariseos dispuestos a abrir las hostilidades ya desde el comienzo. Además, poco después tuvo lugar el encarcelamiento de Juan (Lc 3, 19-20), lo cual debe haber confirmado a Jesús en su decisión de alejarse de Maqueronte, la cercana residencia de Herodes Antipas en la Perea, al este del Mar Muerto.

        En el viaje Jesús pasa por Samaría (Jn 4, 4). En los alrededores de la aldea de Sicar tiene lugar el célebre diálogo con la samaritana (Jn 4, 5-26.28-30), el diálogo con los discípulos (Jn 4, 27.31-38) y la sucesiva evangelización de Sicar (Jn 4, 39-42).

Los comienzos en Galilea        
        Los evangelistas describen en tono festivo y entusiasta la llegada de Jesús a Galilea (Mt 4, 12-17; Mc 1, 14-15; Lc 4, 14; Jn 4, 43-45). La entrada del Señor parece haber sido más bien lenta, ya que iba enseñando en las sinagogas de las aldeas por las que pasaba (Lc 4, 15). Y así, se destacan el paso por Nazaret (Lc 4, 16-22a) y luego por Caná, desde donde cura al hijo del funcionario real (Jn 4, 46-54). Al final se establece en Cafarnaún (Mt 4, 12-17) —muy probablemente en casa de Pedro y de Andrés—, y en cuya sinagoga enseña los sábados de manera regular (Lc 4, 31-32).

        Durante este período tiene lugar la llamada al seguimiento permanente de Pedro, Andrés, Santiago y Juan (Mt 4, 18-22; Mc 1, 16-20).

        Posteriormente, durante una reunión sabatina de la sinagoga, realiza el primer exorcismo (Mc 1, 23-28; Lc 4, 33-37). El hecho le ganó fama inmediata en toda la región. Al volver a la casa cura a la suegra de Pedro (Mt 8, 14-15; Mc 1, 29-31; Lc 4, 38-39); y por la tarde, al caer el sol para no violar el sábado, le traen los enfermos y poseídos de la ciudad y hace numerosas curaciones y exorcismos (Mt 8, 16-17; Mc 1, 32-34; Lc 4, 40-41).

        Al día siguiente se levanta muy temprano y va a orar a un lugar solitario (Lc 4, 42a; Mc 1, 35). Se ve que ya había hecho esto mismo en otras ocasiones, ya que Simón y sus compañeros lo encuentran enseguida. Jesús les hace entonces la invitación de ir a otras aldeas (Lc 4, 42b-43; Mc 1, 36-38). Acto seguido da comienzo la primera recorrida de evangelización (Mt 4, 23; Mc 1, 39; Lc 4, 44). Los relatos coinciden en señalar que Jesús enseñó en las sinagogas exclusivamente; hasta que tuvo lugar la curación del leproso (Mt 8, 2-4; Mc 1, 40-45; Lc 5, 12-16). A partir de este momento comenzó a reunir a las multitudes en lugares abiertos: montes, llanuras u orillas del mar.

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