Algunos enfermos de Alzheimer sometidos a un tratamiento con celulas madre extraídas de su propia piel y sometidas a cultivo han conseguido frenar el avance de la enfermedad
Células madre adultas: Ensayos positivos para frenar el Alzheimer
Células estaminales extraídas de la piel del propio paciente e inyectadas en su cerebro consiguen ralentizar el deterioro cognitivo en seis de los ocho enfermos sometidos al estudio de un equipo científico de la Universidad de California.
Este grupo de científicos americanos, en San Diego (Estados Unidos), han conseguido frenar el avance de la enfermedad del Alzheimer en seis de los ocho pacientes que se sometieron a un ensayo con células madre extraídas de su propia piel, modificadas genéticamente e inyectadas en la zona del cerebro afectada. Los resultados de este trabajo han sido publicados este lunes, 25 de abril, por la prestigiosa revista Nature Medicine.
 

        Aunque todavía no quieren lanzar las campanas al vuelo, los investigadores consideran un éxito el tratamiento experimental realizado por vez primera con seres humanos, que abre prometedoras posibilidades para frenar el deterioro cognitivo que esta enfermedad provoca en quien la padece. De los dos enfermos en los que el ensayo no surtió el efecto deseado, uno falleció y el otro tuvo que retirarse ante los problemas que surgieron.

Tratamiento paliativo eficaz

        Según el director del equipo de investigadores, el profesor Mark Tuszynski, aún es necesario validar los resultados en nuevos ensayos clínicos. Asimismo, el especialista considera que, en todo caso, “no se curará la enfermedad, pero sí puede suponer un tratamiento paliativo eficaz”.

        También el experto español Fernando Valdivieso, que trabaja sobre esta enfermedad en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, recomienda una cierta prudencia ante los resultados obtenidos: “Son resultados muy interesantes, pero que deben interpretarse con cautela porque se trata de muy pocos pacientes y en una fase muy preliminar de la investigación”.

        En un primer intento, los enfermos fueron tan sólo sedados localmente antes de inyectarles el factor NGF (factor de crecimiento neuronal), la conocida proteína capaz de rescatar células neuronales que están deterioradas y someterlas a un proceso de recuperación, en tamaño y en cantidad. Sin embargo, posteriores problemas que derivaron en hemorragias internas les hicieron cambiar de técnica. Una anestesia total solucionó las anteriores complicaciones y permitió obtener los resultados que deseaban.

Más actividad neurotransmisora

        Durante 22 meses se realizó un seguimiento de la evolución de los pacientes, sometiéndoles a tests de memoria y de habilidades que demostraron que sus capacidades cognitivas se habían deteriorado entre un 36 y un 51 por ciento, mucho menos de lo que habrían experimentado con la medicación habitual, explica Tuszynski. Los escáneres también demostraron que había más actividad cerebral que antes de realizar el ensayo, al detectar más neurotransmisores.

        Incluso la autopsia realizada al paciente que falleció después del experimento demostró que parte del tejido cerebral que ya había desactivado el Alzheimer antes de morir estaba en proceso de “rejuvenecimiento”, justo en las áreas en las que se habían inyectado las células madre.