La bebé que desafió nuestras leyes del aborto.

Diminuta: Leslie con su padre
poco después de su nacimiento
Nacida con sólo 23 semanas
Cuando Lexie Slater-Folksman nació a las 23 semanas –una edad en la que todavía los bebés pueden ser abortados pesó sólo 680 gramos.
Se la puso en una incubadora especial y a sus padres se les advirtió que su hija podría no sobrevivir.
Daily Mail Reporter
La cultura de la vida

 

Muy prematura


'Es una fuente de inspiración', asegura Sarah Slater, ya con su hija Leslie en casa

        Era tan prematura que sus ojos todavía no se habían siquiera desarrollado lo de adecuademente. Cuando tenía un mes se la sometió a una cirugía con láser en sus ojos y luego se pasó semana tras semana conectada a ventiladores después de que sufriera de colapsos pulmonares.

        Pero Lexie desafió a esa suerte y poco a poco se fue poniendo más fuerte.

        Ahora, seis meses después de su nacimiento, pesa unos saludables 3 kilos 600 y ha podido irse a su casa, para la alegría y alivio de sus padres: Sarah Slater, de 20 años, y su novio Richard Folksman de 25.

        Dicen que el caso de Lexie prueba que las leyes de aborto están obsoletas y que deberían ser cambiadas. A las 23 semanas, Lexie nació una semana antes del plazo límiete para abortar.

        En mayo, se aprobó en el parlamento que el límite superior del plazo se quedara en 24 semanas, después de que se rechazaran propuesas que pretendían reducir ese límite a 12 semanas.

Contra la ley

        Los activistas pro-vida argüían que el plazo era demasiado largo, diciendo que los derechos de un bebé deberían al menos considerarse desde el punto en que éste tenga la 'oportunidad de la vida'.

        Ese es un criterio que Sarah Slater comparte. En el hogar de esta familia en Wigan dijo: 'Estamos muy contentos de tener a Lexie en casa con nosotros y esto muestra lo anticuadas que están nuestras leyes sobre el aborto'.

        'Algunas futuras madres podrían legalmente abortar a las 23 semanas, pero mi Lexie es la prueba viviente de que los bebés pueden sobrevivir aún si nacen tan prematuramente'.

'Nunca me había dado cuenta de que un bebé estaría tan bien desarrollado a las 23 semanas y de que tienen una oportunidad de vivir'.

        Agregó: 'Estoy muy agradecida a todos los del hospital que ayudaron a mantener a mi hija con vida. Ella es una pequeñita luchadora y no me puedo imaginar la vida sin ella'.

El apoyo del padre

        Ella y su novio, un techador, tienen una niñita de dos años, Teegan, y estuvieron encantados al conocer la noticia de que Sarah estaba esperando su segundo niño para febrero. Pero una semana después, fue llevada al hospital con dolores muy fuertes en el abdomen , y los doctores temieron que hubiera sufrido un embarazo ectópico. El bebé era tan diminuto que no aparecía en un scanner. Sin embargo las pruebas hormonales confirmaron que Sarah estaba embarazada.

        A las 22 semanas la llevaron al hospital otra vez cuando 'rompió aguas'. Los médicos intentaron detener el parto por el temor de que el bebé no sobreviviera. Antres de una semana después Sarah dio a luz a su hija.

        Ella dijo: 'Richard estuvo conmigo todo el tiempo. Él no suele expresar mucho sus emociones, pero cuando empezaron los trabajos de parto con Lexie sencillamente se puso a llorar'.

        'Cuando nació, me dejaron dar una mirada rápida a mi bebé. Era increíblemente pequeñita. Tenían preparada una incubadora para ella y la llevaron a la unidad de neonatal'.

        'Asustaba un poco verla así, tan diminuta y rodeada de tubos y cables. No pude dejar de llorar. Su piel estaba toda roja, como si se hubiera quemado. Sólo a Richard y a mí se nos permitía tocarla. Al principio poníamos las manos por el costado de la incubadora, pero después ya se nos permitió tenerla en brazos.'

Navidad en casa

        Durante los cinco meses siguientes la pareja se pasó incontables horas junto a la cuna de su hija.


Teegan abraza a su hermanita cuando Lexie seguía en el hospital

        'Lexie obviamente estaba muy, pero muy enferma,' dijo su madre. 'Sus pulmones no se habían desarrollado bien y se colapsaron muchas veces'.

        'También fue operada cuando tenía cinco semanas porque la parte posterior de sus ojos no se había desarrollado. Estaban sellados cuando ella nació. Cuadno los abrió por primera vez estuve muy feliz y aliviada'.

        'Es probable que vaya a tener que usar gafas cuando sea mayor, pero si ese es el único efecto colateral, la verdad es que no me importa demasiado'.

        'Estuvo en el "Hope Hospital" en Manchester durante 15 semanas, y luego en el hospital de Wigan. Fue un alivio muy grande cuando llegó a Wigan, pues estaba un poco más cerca de todos nosotros.

        Lexie –que volvió a tiempo para pasar su primera Navidad en casa– todavía necesita una máquina de oxígeno que la ayude a respirar bien y sufrirá de problemas pulmonares por el resto de su vida, pero cada día se pone más fuerte.

        Su madre añadió: 'Lexie es una prueba de que nunca se debe renunciar a la esperanza'.