La bacteria que lo cambió todo
Miguel Muñoz-Navas
Clínica Universitaria Universidad de Navarra
4 de octubre de 2005 La Gaceta de los Negocios (Madrid)

 

 

 

 

 

 

Un tratamiento con antibióticos bajo prudente prescripción facultativa

Helicobacter
Úlcera duodenal

        Los científicos Barry J. Marshall (gastroenterólogo) y J. Robin Warren (microbiólogo) son los ganadores del Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2005, por el descubrimiento de la relación entre una bacteria, el Helicobacter pylori y la presencia de diversas enfermedades a nivel del estómago y el duodeno. Ambos médicos descubrieron en los años 80 que la inflamación crónica del estómago, la gastritis, y las úlceras de estómago y duodeno se asociaban en el 95 % de los casos con la presencia de esta bacteria a nivel de la mucosa del estómago.

        Su identificación, está considerada uno de los episodios científicos más relevantes de los últimos años del siglo XX, que revolucionó el conocimiento y el tratamiento de estas enfermedades.

        La confirmación del papel etiológico y fisiopatológico de esta bacteria en las enfermedades pépticas gastroduodenales cambió el tratamiento de estos enfermos, desplazando el uso exclusivo de fármacos antisecretores durante largos periodos de tiempo o la cirugía, por el uso durante un periodo corto de tiempo de una combinación de fármacos inhibidores de la secreción gástrica y agentes antimicrobianos. Gracias a ello la úlcera péptica, tanto gástrica como duodenal, ya no es una enfermedad crónica, que recidiva periódicamente, con complicaciones frecuentes, que requerían en ocasiones tratamiento quirúrgico, sino una enfermedad que puede curarse en un breve periodo de tiempo con un tratamiento médico ambulatorio. Actualmente es excepcional que ningún paciente con úlceras gástricas o duodenales precise cirugía, cuando hasta los años 80 era una practica muy habitual.

        Posteriormente se ha relacionado también la presencia de este germen con la existencia de carcinomas o linfomas en el estómago, pudiéndose en ocasiones en el caso de linfomas gástricos diagnosticados en estadios no avanzados, tratar con pautas similares a las que utilizamos para las úlceras de naturaleza benigna.

        Un hecho importante que se debe conocer, es que este germen está presente en un alto porcentaje de pacientes, muchos de los cuales no han presentado ninguna enfermedad importante en relación con la presencia de esta bacteria y quizás tampoco lo vayan a presentar en el futuro, por lo que no a todos ellos se debe instaurar un tratamiento erradicador, que es costoso y puede producir resistencias bacterianas, y este solo se debe utilizar en casos concretos, que hayan sido diagnosticados con precisión, como son, las úlceras gástricas y duodenales y algunos linfomas gástricos.