Verfaillie: "Hay células madre adultas que pueden formar todos los tejidos"
www.PiensaUnPoco.com. Selección
de Almudena Ortiz |
Un claro dilema cargado de discrepancias |
Las células madre se han situado en el ojo de un huracán político en Estados Unidos y la mayor parte de Europa. Casi todos los científicos están convencidos de que pueden cultivarse en laboratorio, transformarse en muchos tejidos distintos, y ser la vía más prometedora para tratar el Parkinson, el Alzheimer, la diabetes, las lesiones medulares, los corazones dañados y muchas otras graves dolencias. Pero las mejores células madre se obtienen de embriones humanos, y eso choca con las legislaciones de muchos países y con los reparos religiosos de muchos sectores. Los últimos experimentos de Catherine Verfaillie, directora del Instituto de Células Madre de la Universidad de Minnesota (EE UU), están a punto de introducir en este dilema un nuevo elemento de extraordinaria importancia. Se sabe desde hace mucho que no sólo los embriones, sino también los tejidos adultos, contienen células madre, pero hasta ahora se pensaba que estas últimas crecían tan mal en cultivo y tenían una plasticidad tan escasa que su utilización terapéutica resultaría muy limitada. Verfaillie, que acaba de demostrar que no es así, pronunció ayer en Pamplona la IV Lección Conmemorativa E. Ortiz de Landázuri, organizada por la Clínica Universitaria y la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. |
Hemos encontrado, esencialmente por accidente, un tipo especial de célula madre en la médula ósea, primero en ratón y luego en humanos. A diferencia de las demás células madre adultas, éstas proliferan indefinidamente, como las embrionarias, y hemos visto que pueden transformarse en una inesperada variedad de tejidos humanos: músculo, cartílago, hueso, células del hígado y varios tipos de neuronas. Ahora acabamos de demostrar en ratones que si estas células madre se introducen en un blastocisto, son capaces de formar todo tipo de tejido adulto. La revista científica Nature acaba de aceptarnos este trabajo.
Con una posible excepción: no hemos visto que formen línea germinal .
La crítica de que son escasas es probablemente correcta. Las obtenidas de la médula ósea, con las que hemos trabajado estos años, no superan la frecuencia de una en un millón.
Exacto, podemos cultivarlas indefinidamente, de modo que su baja frecuencia deja de ser problema. Es cierto que crecen más lentamente que las células madre embrionarias, y que su cultivo es bastante dificultoso, pero creemos que ése es un problema técnico con solución. En todo caso, el tipo exacto de célula con el que trabajamos es, también a este respecto, muy distinto de las células madre adultas convencionales.
Coincido con la mayoría de los científicos en que vale la pena trabajar en ambas líneas en paralelo, entre otras cosas porque lo que aprendamos de las células madre adultas puede ser muy útil para manejar las embrionarias y viceversa. Muchas de las herramientas que aprestemos serán aplicables a ambos tipos. Por otro lado, y por muy animados que estemos con los resultados, nadie puede garantizar que estas células adultas sirvan para cualquier enfermedad.
No realmente. Trato de hacer buena ciencia, y de publicar lo mejor posible los experimentos cuando están listos. Hay una tormenta política, pero estoy convencida de que la ciencia de calidad acaba por salir adelante sin que importen las presiones ambientales. Los Institutos Nacionales de la Salud llevan unos años haciendo campaña por las células madre embrionarias, porque consideran que el progreso científico debe mantenerse con independencia de los vientos políticos. También es cierto que hay actitudes muy negativas sobre las células madre adultas, pero la razón es que los trabajos que se publicaron inicialmente sobre obtención de células madre de uno u otro tejido adulto tenían problemas, y algunos autores han tenido que retractarse. Por ello, está habiendo mucha presión científica para confirmar y reconfirmar los resultados antes de que los admita una revista técnica.
Hubo unos experimentos hace un año y medio que concluían que las células madre obtenidas del músculo podían transformarse en células de la sangre. Las técnicas para marcar las células no eran adecuadas, y ahora se ve que las células de partida, las extraídas del músculo, eran células del linaje sanguíneo que estaban mezcladas con el tejido muscular. Nuestra técnica de marcaje de una sola célula evita estas posibles contaminaciones.
El Parkinson, porque hemos logrado transformarlas en neuronas dopaminérgicas, problemas cardiacos, daños del hígado y varias enfermedades hereditarias. También estamos interesados en la diabetes de tipo I. Hay un grupo español que tiene muy avanzado ese proyecto con células madre embrionarias, pero nosotros queremos intentarlo también con células madre adultas. |