Enfermera, objeción de conciencia y aborto M.A.M. |
Situación de partida |
La
vida misma: Rebeca presentó la declaración de objetor de conciencia cuando comenzó a trabajar en el hospital, poco después de haber obtenido la plaza de enfermera en concurso público. Recientemente ha comenzado a asistir a unas clases de formación cristiana y a tener dirección espiritual con don Ludovico. A raíz de esto se ha planteado la posibilidad de pedir el traslado a otro hospital donde no se practiquen abortos, pero no acaba de decidirse porque tendría que cambiar de ciudad y dejar de vivir con sus padres. Le falta madurez para afrontar dificultades, pero tiene fuerza de carácter y va adquiriendo virtudes. |
Una complicación que no se podía prever |
Un día festivo, en el que Rebeca se encuentra de guardia en el hospital, junto con un reducido número de personal médico, la llaman urgentemente al quirófano con el anestesista de su grupo, también objetor, que es el único que se halla presente en ese momento en el hospital. En el quirófano se está llevando a cabo un aborto, que se encuentra ya en situación irreversible, pero se han producido graves hemorragias que ponen en peligro la vida de la madre, y el médico ha decidido concluirlo rápidamente con una intervención que requiere anestesia general. Rebeca no puede pedir que la sustituya otra enfermera, porque no hay ninguna más. Acude al quirófano y una vez allí, al conocer la situación, le parece claro que el feto ya ha muerto, aunque aún se encuentra en el seno materno. Entonces acepta ayudar al anestesista. Concluida la intervención, le dice al médico que protestará a la dirección del hospital por haberla forzado a colaborar, a lo que él responde con indiferencia y con burlas. Al salir del hospital, muy agitada, va a hablar con don Ludovico. Éste le dice que en ese caso concreto sólo ha ayudado a salvar la vida de la madre, que era lo único que se podía hacer. Totalmente diversa habría sido la situación si el feto hubiera estado vivo. Rebeca comenta que este último caso se le ha presentado alguna vez a otras enfermeras, también objetores de conciencia como ella, porque los médicos que practican abortos lo hacen aunque no dispongan de todo el personal necesario para afrontar una urgencia, y cuando se produce lo cual ocurre raramente llaman a quien se encuentre en el hospital. |
No se trata sólo de no hacer el mal | Don Ludovico le plantea entonces
la necesidad de ir a fondo en el planteamiento de su actividad profesional,
de cara a Dios. Si continúa en ese hospital, una parte del bien
que debe realizar, además del que ya hace, consiste en tomar las
iniciativas convenientes para salvar vidas humanas combatiendo el aborto,
y promover activamente entre sus colegas el respeto a la vida. Una de
estas iniciativas no la única, ni la principal, sería
la de recurrir a la dirección del hospital y, si fuera necesario,
a los tribunales, para que se respete la ley sobre la objeción
de conciencia. Sin embargo, le dice, lo más importante es que se plantee que ha de hacer todo el bien posible con su trabajo, para servir a los demás por amor a Dios y con su ayuda, sin limitarse a no colaborar en abortos. Don Ludovico le habla de la santificación del trabajo: con esta perspectiva añade, y no con la de evitarse complicaciones y problemas, puede ser oportuno que abandone ese hospital, dando a conocer las razones a sus colegas e incluso más públicamente, y trabajar en otro lugar donde pueda prestar mayores y mejores servicios. |
Interrogantes: 2. Qué consejos se pueden dar a quienes se encuentran más directamente en contacto con estas situaciones, para fomentar la rectitud de conciencia, evitar el acostumbramiento, e impulsar el afán apostólico. 3. En el caso concreto, ¿convenía que don Ludovico le animara más en la línea de continuar en el hospital, con una actitud diversa, o que le aconsejara cambiarse a otro? ¿De qué depende? |
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Estudio a fondo de la legislación y obligación para el cristiano respecto a ella |
Así es la vida: Cuestión 1. Por lo que se refiere a la objeción de conciencia, aunque ésta forma parte del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa reconocido en el artículo 16.1 de la Constitución, todavía no existe algunos piensan que no haría falta, puesto que se trata de un derecho fundamental una norma legal reguladora de la objeción de conciencia al aborto y la jurisprudencia disponible es escasa y contradictoria. Sin embargo, en los códigos deontológicos de algunas profesiones se incluyen artículos que proclaman el derecho del médico, de la enfermera o del farmacéutico a rechazar la participación en determinadas intervenciones que van contra la propia conciencia. Así sucede con la regulación deontológica de la profesión de Enfermería: "De conformidad con lo dispuesto en el artículo 16.1 de la Constitución española, la Enfermera/o tiene, en el ejercicio de su profesión, el derecho a la objeción de conciencia que deberá ser debidamente explicitado ante cada caso concreto. El Consejo General y los Colegios velarán para que ninguna/o Enfermera/o pueda sufrir discriminación o perjuicio a causa de su uso de ese derecho" . Puede concluirse, pues, que el personal sanitario tiene
el derecho a la objeción de conciencia en relación con
el aborto. Estamos ante leyes injustas (como sucede con las que admiten
el aborto o la eutanasia) y nunca es lícito someterse a ellas.
Es más, no se trata sólo de un derecho sino que constituye
un deber ético de los profesionales católicos, de manera
que "el rechazo a participar en la ejecución de una injusticia
no solo es un deber moral sino también un derecho humano fundamental".
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Procurar en mayor bien posible | Cuestiones 2
y 3: Puede decirse que los consejos que da D. Ludovico son muy acertados y se mueven tanto en la línea de los principios de la cooperación al mal como en los más exigentes de la cooperación al bien. No se trata solamente de evitar, en lo posible, el mal cosa que procura hacer Rebeca, con los consejos del sacerdote sino que se debe procurar hacer todo el bien posible. Es ahí donde se plantea el tema de la continuidad en el hospital donde ha estado trabajando durante años o el cambio a otro hospital en donde se pueda hacer una labor más eficaz. Decidir sobre esa cuestión es tarea personal de Rebeca, sopesando, entre otros motivos, los siguientes: La
frecuencia de los casos en que es reclamada a quirófano: si son
pocos o se hacen más frecuentes. |