Tenía 19 años cuando superó a más de 10 mil aspirantes para convertirse en modelo en el conocido The Victoria's Secret Fashion Show: el "célebre" espectáculo de modelaje de mujeres en lencería de la marca homónima.

        Dos años después hay un cambio de rumbo en la vida de la joven modelo Kylie Bisutti: «Sentía que no estaba respetando ni a Dios ni a mi marido. Mi matrimonio es muy importante y con el creciento de las tasas de divorcio quería hacer todo lo posible para protegerlo y respetar a mi marido».

        Kylie Bisutti ha decidido no volver a posar ni desfilar en lencería y tiene claras los motivos de fondo: «Mi cuerpo debería ser solo para mi marido y es algo sagrado. No quería ser ese modelo a seguir por las chicas jóvenes porque había un montón de jóvenes cristianas que me seguían y que pensaban que estaba bien pasearse y lucir su cuerpo en lencería a los chicos», reveló.

        En un reportaje de FOX News (Kylie Bisutti left lingerie modeling because it didn't mesh with her Christian values, 02.02.2012) añade que «Mi meta es sólo ser un mejor modelo para la juventud, sólo quiero que me vean como alguien que pueden mirar, a alguien que va a vestirse adecuadamente y no voy a entrar en cosas que no quiero estar metiendo […] Quiero que la gente vea algo diferente acerca de mí porque tengo esa fe y creo que es muy importante que todos la tengan».

        El testimonio de Kylie Bisutti es elocuente porque evidencia el valor que tanto su matrimonio como su fe tienen en su propia vida: algo contrastante en la actualidad. Y aunque hay toda una vida para perseverar en este propósito resulta elocuente que haya ejemplos así en un periodo de la historia en que los jóvenes -y no tan jóvenes- también los necesitan.