¿Por qué fracasan los planes de educación sexual?
Génesis: el origen del universo, de la vida y del hombre
Diego Martínez Caro

 

 

Se insiste en estrategia equivocada

        Son varios los países de Latinoamérica en los que la llamada “educación sexual” es ahora parte obligada del plan de estudios de niños y adolescentes. Justifican que con ellos se disminuirá el número de embarazos de adolescentes. ¿Hay algo más?

Familia-hoy.org

        “Teníamos preparado un plan para realizar abortos y lo llamamos ‘Plan de educación sexual’. Se trataba de acabar con su inocencia, separarlos de sus padres y sus valores y convertirnos en sus asesores en sexo”, dice una de las entrevistadas en el documental Blood Money (bloodmoneyfilm.com) que se está produciendo en Hollywood. Este documental devela la estrategia de Planned Parenthood para incrementar el número de abortos en todo el mundo y con ello incrementar sus beneficios.

        Son varios los países de Latinoamérica en los que la llamada “educación sexual” es ahora parte obligada del plan de estudios de niños y adolescentes. La justificación que dan los promotores de estos programas es con ellos se disminuirá el creciente número de embarazos de adolescentes, las muertes relacionadas con el aborto y las enfermedades de transmisión sexual. Con el mismo argumento promueven el uso de anticonceptivos, sobre todo entre los jóvenes de estratos socioeconómicos bajos.

        Hasta la fecha, sin embargo, no hay evidencia que pruebe que las tasas de aborto o de difusión de enfermedades de transmisión sexual haya bajado como consecuencia de tales programas.

        “Cuando hace un cuarto de siglo comenzaron los primeros programas de educación sexual en Inglaterra —escribe Claudia Salas, de Mujer Nueva—, la preocupación de quienes los promovieron era la misma de sus actuales impulsores en Chile: disminuir el alto índice de embarazos en adolescentes y evitar el aumento de las enfermedades de transmisión sexual. Los resultados actuales en Inglaterra son desalentadores: 90 mil menores de 19 años quedan embarazadas cada año, de las cuales cerca de 7,700 son menores de 16 años. Además la edad de iniciación a la vida sexual se ha reducido: hoy una de cada cuatro chicas menores de 16 años ya mantiene relaciones sexuales y entre los chicos la proporción es uno de cada tres.”

El sida sin control

        Tampoco se ha logrado avanzar en el combate contra el SIDA: “El editorial de la prestigiosa revista científica The Lancet del 30 de mayo de 2009 sostiene que Gran Bretaña “no tiene una estrategia creíble para el diagnóstico y el cuidado de las personas que viven con HIV, pero no están conscientes de ello”, y considera que esto es “una falla enorme”, que necesita una respuesta “urgente”. El mismo editorial da la cifra de 77,000 personas infectadas, conscientes de su infección, más una cifra probable de 21,000 personas que son portadoras del virus HIV. Agrega, además, que la cantidad de infecciones, tanto heterosexuales como homosexuales, no ha hecho más que incrementar desde 2003. A pesar de estos “aterradores” datos, “no one is listening“. Resulta paradójico que esto esté sucediendo en uno de los países que más se preocupa por la difusión y el uso del preservativo.”

http://fadep.org/blog/principal/tendencias/the-lancet-el-reino-unido-fracasa-en-controlar-el-sida/

        ¿Por qué no es eficaz la educación sexual en las escuelas y la distribución de anticonceptivos para luchar contra el aborto y el SIDA? Sencillamente, porque ese tipo de información trata la sexualidad humana desde un punto de vista biológico, desligada del amor, y con un enfoque hedonista. El mensaje pareciera ser: “tienes derecho a disfrutar del placer que puede darte el sexo, pero debes tomar precauciones para no enfermarte o para no traer hijos al mundo”. Se olvida —o no se entiende— que la sexualidad “se hace personal y verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del hombre y la de la mujer”.