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No fue difícil para mí dialogar sobre lo que había visto, porque asistí a esa presentación acompañado de un buen amigo que gusta de analizar las cosas.
Con lo que he visto ya tengo para darle vueltas a la cabeza durante mucho tiempo. Si la película mantiene la intensidad de las escenas que hemos visto a lo largo de todo su metraje, va a dejar huella.
Las palabras de San Josemaría tras el asesinato del sacerdote.
Sí, es verdad. Cae uno en la cuenta de lo difícil que puede ser perdonar en algunas ocasiones... Llevaba tiempo dándole vueltas al tema del perdón, cuando esta tarde la película me ha proporcionado una luz inesperada.
No se si te has fijado en que, algunos de los carteles que anunciarán la película, sobre imágenes violentas de la guerra civil, llevan escrito este interrogante: "¿Perdonarías?". La pregunta es muy directa, muy personal y muy comprometida. ¿Qué responderías tú?
Si, pero enseguida vino a mi mente un nuevo y más básico interrogante: ¿Se puede perdonar al que no te pide perdón?
Pues eso es, precisamente, lo que muestra la escena que nos ha impactado a los dos: la necesidad de perdonar al que no te pide perdón. Y he comprendido que si no salimos del círculo ofensor-ofendido estamos condenados a perpetuar la violencia... Me explicaré un poco más. Cuando alguien nos ofende y nos pide perdón, está reparando su culpa; de alguna forma aunque sea mínima- al reconocer su ofensa, está acortando su distancia con nosotros; busca de nuevo la relación, quiere afirmarnos y no destruirnos.
Nosotros, habitualmente, no damos un perdón gratuito; es un perdón a cambio de algo, a cambio de una reparación; sin embargo, lo que nos ha conmovido hoy es la gratuidad del perdón. San Josemaría pide perdonar sin ganar nada.
Porque él mismo se siente perdonado gratuitamente. Cuando uno sabe que habiendo merecido el peor castigo y, sin poder reparar el daño producido ha sido plenamente perdonado, se siente impulsado a hacer participes a otros de esa maravillosa experiencia. Digamos que no le cuesta esfuerzo perdonar a los demás, por duras que sean sus ofensas, porque más le han perdonado a él.
Exactamente.
Porque su historia es la nuestra. Aquí aparece precisamente el segundo texto que ha sido luminoso para mi. ¿Recuerdas que han aparecido, al comienzo de la película, dos frases a modo de claves de interpretación?
La primera se refiere lógicamente- a que todo santo en su historia tiene cosas que no son santas. Pienso que equivale a decir: todos estamos hechos de la misma pasta. En la película, la pelea de S. Josemaría en el seminario, escenifica esta realidad.Pero la frase, tiene una lectura más profunda: santos y pecadores tenemos el mismo pasado. Nuestro pasado, el de los santos y el de los pecadores es común: son nuestros padres. Aquí es donde aparecen Adán y Eva.
Es muy poco probable. Pero toda obra artística escapa de algún modo a su creador. El espectador puede recorrer caminos que el autor nunca ha pensado.
Que lo tienen francamente complicado para explicar la presencia de la violencia en el mundo. Pero lo peor es que si no hubiera un origen voluntario en la aparición del mal, este no se podría detener.
Francamente, no. Estamos en guerra civil desde Caín y Abel. La primera guerra ya fue una guerra fratricida. Toda guerra lo es. Se suele decir que la historia de una guerra la escriben los vencedores y la reescriben los vencidos cuando llegan al poder, para ajustar las cuentas. Pero el hecho es que ni a unos ni a otros las cuentas les acaban de cuadrar nunca. Las cuentas morales son mucho más importantes que las económicas, y siempre hay cuentas pendientes.
Ese es el problema. Que no acabamos de descubrir que esas cuentas están muy bien ajustadas, a nuestro favor, desde el mismo momento del pecado. Las pagó un crucificado, con los brazos abiertos de par en par, para los de la derecha y para los de la izquierda. No me extraña que al guionista y director, con su sensibilidad por los problemas humanos, le haya subyugado la figura de un sacerdote de Cristo como pacificador en medio de una guerra.
Iremos juntos, y volveremos a hablar de por qué los hombres seguimos estando separados. | |||||
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