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Por supuesto. El ideal que siempre tuve como periodista ha sido radicalmente transformado y por eso lo mantengo vivo: me muero de ganas de informar sobre el hecho más trascendental de todos los tiempos: la vida de Jesucristo. Para que me entienda:
ahora seguiré trabajando de otro modo para una emisora con
2000 años de historia y con la seguridad de que existirá
hasta el día del Juicio por la tarde, cuando por fin, los periodistas
que allí estén podrán cerrar definitivamente
la conexión con un: esto es todo, cerramos la línea...
Sonríe, Dios te está filmando.
He detectado tres tipos de respuestas a los problemas bioéticos actuales, que se inspiran en el emotivismo, el liberalismo y el utilitarismo. Esto me ha llevado a ver que existen personas con ansias de defender un ideal, y que Dios es compatible con ese ideal, a la vez que lo supera con creces. De hecho, ninguna de estas corrientes, aunque sean en parte válidas, agotan toda la verdad sobre el hombre. Recuerdo una compañera de clase que me comentó una vez: cuando era pequeña se murió una amiga mía, y desde entonces cada año, en el aniversario de su muerte, voy a la iglesia y rezo una oración. Yo le sugerí: y ¿por qué sólo lo haces ese día? A veces buscamos a Dios, pero con pies de plomo, con reserva, como con el miedo de que demasiado Dios pudiera llegar a ser un estorbo. El mensaje cristiano es tan bonito que parece imposible, da vértigo.
A las personas agnósticas que me lo preguntasen les diría, con palabras de Benedicto XVI, que, puestos a arriesgar, partieran del presupuesto: Et si Deus daretur? (¿Y si Dios existiese?) Muchas veces la gente piensa el más allá como si fuera la tanda de penaltis: si lo meto bien, y si no Sinceramente, no me gusta plantear las cosas como para quedar 0-0. Me parece que es mucho más atractivo salir a ganar, arriesgando un poquito a veces, porque además los católicos jugamos siempre en casa. Si lo hacemos así tenemos el Árbitro a favor y, en caso de emergencia, el penalti nos lo regala. Ser católico es jugar la Champions todos los días. | |||||||
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