¿Los hombres, de Marte y las mujeres, de Venus?

        Hay dos estrategias cerebrales para resolver los problemas; dos modos de procesar la información que nos llega desde fuera con la que tenemos dentro. En todas las personas hay dos modos de razonar: uno más intuitivo y empático, y otro más de análisis “frío”. En general, a las mujeres nos es más fácil el primero y a los varones el segundo, pero lo humano es la armonía entre los dos.

¿Qué hace una mujer en un campo como la ciencia, dominando mayoritariamente por hombres?

        Cuando empecé, hace ya casi 40 años, era así, pero ahora no tanto. Hay científicas muy brillantes al frente de equipos punteros.

¿La ciencia puede saberlo todo?

        Las ciencias experimentales nos dicen mucho acerca de cómo funciona el universo y los seres vivos. La razón humana puede conocer qué son y preguntarse el por qué y el para qué.

¿Cuál es la verdad sobre el hombre?

        Que Dios ama a cada uno y le llama a la existencia en alianza con el amor de sus padres para que sea feliz.

¿Cristiana y científica?

        Sí. Es más, la ciencia actual necesita con urgencia a los cristianos para que no se olviden de los valores profundos y seguir progresando.

En su labor científica, ¿han entrado en confrontación fe y razón?

        Nunca. Al contrario, la tradición judeocristiana, el Génesis especialmente, ha sido para mí esa luz en el horizonte que anima a ir al fondo de las respuestas.

El uso de células madre embrionarias para curar enfermedades: ¿mito o realidad?

        Las expectativas creadas internacionalmente sobre la curación de enfermedades muy graves con células embrionarias o por clonación terapéutica se han esfumado ya. La racionalidad científica ha triunfado y se ha mostrado la verdad acerca de que las células madre del propio cuerpo, es decir, las de adulto, que tienen esa capacidad de regenerar lo que se estropea en el organismo.