Colocada en la parte exterior de la basílica vaticana.
El Papa bendice la estatua de san Josemaría Escrivá
Benedicto XVI bendijo este miércoles una escultura de san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, colocada en la parte exterior de la basílica vaticana.
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 14 septiembre 2005 (ZENIT.org).

Una mirada ciega hacia la luz
Gustave Thibon



Palabras de Benedicto XVI

(ver video de colocación de la estatua)

        En la ceremonia, que tuvo lugar tras la semanal audiencia del miércoles, en presencia del obispo Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, y del artista Romano Cosci, autor de la estatua, el Santo Padre elevó una oración compuesta para esta ocasión.

        «Oh Dios, que has escogido a san Josemaría sacerdote para anunciar la vocación universal a la santidad y al apostolado en la Iglesia, bendice esta imagen y haz que todos los que la contemplen sean alentados a cumplir fielmente el trabajo cotidiano en el espíritu de Cristo y a servir con ardiente amor la obra de la redención. Por Cristo nuestro Señor», rezó el Papa.

        Antes de la llegada del obispo de Roma, monseñor Echevarría dirigió a los presentes –unas mil personas– un saludo en el que recordó a Juan Pablo II, «que elevó a la gloria de los altares a este celoso sacerdote el 6 de octubre de 2002 y que aprobó la colocación de su imagen en este lugar».

        Refiriéndose a la escultura, señaló: «En cierto modo, esta imagen sintetiza algunos rasgos fundamentales del espíritu del Opus Dei». «Expresa la unión estrechísima con la Iglesia y el Papa, unión a la que la Prelatura del Opus Dei se siente específicamente llamada».

        Por su parte, el escultor Romano Cosci afirmó que la realización de la estatua, a partir de un solo bloque de mármol y durante un año, «ha sido una gran experiencia y he intentado conocer bien a san Josemaría, su vida, sus enseñanzas, para interiorizar la imagen».

        «Deseo –dijo al final– que la estatua que he realizado consiga transmitir al menos una parte de aquello que él me ha dado y que en realidad ha dado a todos».

El día 30 de agosto fue la colocación de la estatua

        Por su parte, el cardenal Francisco Marchisano, arcipreste de la Basílica Vaticana, destacó que «la enseñanza fundamental de san Josemaría es que los santos no son superhombres, individuos fuera de lo normal, sino personas como nosotros, que luchan por identificarse con Cristo».

        El cardenal añadió: «Pasando por este lugar y mirando esta estatua, la gente podrá percibir una invitación a la oración y a la santidad».

        Durante el acto, un coro interpretó algunos cantos, bajo la dirección del maestro monseñor Pablo Colino.

        Cerca de la estatua de san Josemaría se encuentra otras estatuas de dimensiones similares, como por ejemplo la de san Gregorio, fundador de la Iglesia Armena, inaugurada el pasado 19 de enero; la de santa Teresa de los Andes, carmelita; y también la de san Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas.

        En el Vaticano existen más de 150 esculturas de santos, incluyendo también las que están situadas en el Colonnato.

        Esta obra de Cosci representa a san Josemaría revestido de los ornamentos sacerdotales para celebrar la Santa Misa, con los brazos ligeramente abiertos. En la parte inferior están tallados los escudos papales de Juan Pablo II y Benedicto XVI, en cuyos pontificados se comenzó y acabó respectivamente el trabajo.

        A los pies del santo, dos ángeles (el Opus Dei fue fundado en la festividad de los Santos Ángeles Custodios): uno de ellos presenta a san Josemaría un libro abierto, con unas palabras de Jesucristo, recogidas en los Evangelios, frecuentemente meditadas por el fundador del Opus Dei: «si exaltatus fuero a terra, omnes traham ad meipsum», «Cuando sea levantado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí» (Juan 12, 32).