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Cuando llegas a los 40, la gente ya no te considera hipocondríaco, porque ahora sí estás enfermo; tus articulaciones pronostican el tiempo mejor que los meteorólogos, tu seguro de gastos médicos empieza a resultar rentable, estar solo empieza a ser una bendición y no un trauma Pero hay algo más: a lo cuarenta comprendemos que ser felices es algo que depende de nosotros y no del ambiente. ¿Qué nos hace realmente felices a los seres humanos? Pocas cosas: ser amados y poder amar a otros, ser idénticos con nosotros mismos y tener ideales que alcanzar en la vida. Pocas cosas pero muy cotizadas en nuestra sociedad, quizás por su ausencia. La ventaja es que están a la mano de todos, y no dependen de la suerte que se tiene, dependen de nosotros mismos. A los 40, (quien llega, porque ya muchos se han quedado en el camino) se han aprendido bastantes cosas, que si se ponen en práctica nos facilitan el llegar a ser muy, pero que muy felices. | |||||
Todo lo que ya hemos aprendido |
Algunas de las lecciones que nos dan los 40 pudieran ser:
Si creemos que lo mejor comienza a los 40, posiblemente será verdad. Un autor comentaba: Estamos vivos y es lo único que necesitamos para empezar. ¿Por qué no hacerlo hoy? | |||||
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