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Para mi sorpresa, y a pesar de que podría parecer que los trabajos del hogar son invisibles en los medios de comunicación, empecé a observar que, prácticamente a diario, aparecen referencias a las carencias asistenciales de los más débiles ancianos y niños y a las consecuencias que sobre la salud física y psíquica tiene un cuidado deficiente o insuficiente de las necesidades humanas básicas. Seguí el tema durante un año en el "Corriere della Sera", el periódico de más tirada en Italia, y utilicé como contraste otros dos periódicos: "La Repubblica" y "Avvenire". Después del análisis, concluí que el tema recibe un tratamiento informativo significativo: aparece día sí, día no; las noticias tienen "llamada en portada" en casi la mitad de los artículos seleccionados, y están acompañadas de fotos o gráficos. Pero lo más destacado del estudio no es la cantidad de noticias, sino que ese trabajo aparece como la base del bienestar personal, la estabilidad familiar, el poder adquisitivo de las familias, el equilibrio dietético, etc. y, por lo tanto, su ausencia genera un gran interés humano, social, por no hablar de la factura económica que pasa al Estado.
Lo que se trasluce en la prensa no es sólo que existe un interés informativo por los trabajos de la casa sino la necesidad de una atención profesional y personal de esas tareas en el contexto de la casa familiar. De hecho, en la prensa se recogen múltiples actuaciones dirigidas a cubrir las insuficiencias actuales. He encontrado referencias a todo tipo de iniciativas de carácter asistencial, públicas o privadas, el recurso a voluntarios y la reformulación de algunas figuras profesionales como, por ejemplo, la del portero, que se encarga del cuidado de los ancianos de su edificio. También hay menciones a profesiones que se definen por esta finalidad de atención a las necesidades básicas de las personas: se habla de dietistas, amas de casa, auxiliares de enfermería, empleadas del hogar. Es evidente que hay una preocupación y un interés por que este trabajo mejore.
Las noticias plantean siempre algún tipo de conflicto: los ejercen principalmente inmigrantes, en condiciones laborales marginales; mal pagados; sin horarios ni vacaciones regulares, etc. A la vez, hay una valoración positiva de estos trabajos que se percibe a través de dos tipos de contenidos. De una parte, el reclamo de políticas sociales y de flexibilidad laboral que permitan hacerse cargo más directamente de las tareas domésticas. De otra, la constatación de que estos trabajos requieren conocimientos y preparación específicos, y una dedicación de tiempo seria; es decir, que reúnen las condiciones para ser reconocidos como una profesión. ¿Por qué esta doble medida? Pienso que se debe a motivos culturales, como el excesivo asistencialismo del Estado; un individualismo exagerado o una visión economicista del trabajo...
Por supuesto que las recetas de cocina siguen estando muy presentes, entre otras cosas porque cada vez más gente no sabe cocinar y necesita instrucciones; también porque gusta innovar, probar tradiciones culinarias diversas. Además, el estudio de las noticias pone de manifiesto, entre otras cuestiones, la relación entre alimentación y hábitos sociales. Una dieta saludable requiere conocimientos específicos y dedicación de tiempo a la preparación de las comidas. La observación de la prensa revela las consecuencias preocupantes que tiene para la salud física y para la convivencia que esto no sea así: enfermedades, falta de oportunidades de estar juntos, o la pérdida de un factor cultural, como es el aprecio por una comida bien preparada y bien presentada. Por ejemplo, hay muchas referencias al aumento de la obesidad entre la población italiana y eso mismo se observa en la prensa de Gran Bretaña o Estados Unidos.
Del análisis de las fuentes de las noticias se puede extraer la conclusión de que el tema interesa en el ámbito económico, de la salud, laboral, educativo, etc. Se han empezado a estudiar las repercusiones económicas, pero creo que es hora de que se empiece a abordar desde el resto de ámbitos. Curiosamente, sucede que son las empresas que comercializan productos de limpieza y electrodomésticos las que realizan estudios y aportan datos interesantes. Por ejemplo, según un estudio realizado por Procter & Gamble, las estadounidenses dedican al trabajo de la casa cuatro horas semanales; las italianas, veintiuna. Precisamente esta dedicación les permite conocer la limpieza de distintos materiales y no adquieren productos multiusos. Un ámbito muy importante es el de la opinión pública y por eso he realizado este estudio. En la medida en que se evidencie en la sociedad el valor de esta profesión, más personas querrán dedicarse a la casa propia o ajena. Por lo que se refiere a publicaciones, se están empezando a realizar estudios sobre la fundamentación antropológica de los trabajos domésticos. Diría que parece necesario afrontar el tema de modo interdisciplinar e internacional. | |||||
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