"Sobre la devoción a la Virgen y el Santo Rosario"

San Josemaría cultivó siempre una piedad mariana muy profunda. En el mes del Rosario se ofrecen unos textos del Fundador del Opus Dei, fruto de esa relación filial con Santa María. meditar con ellos sobre la Eucaristía.

Textos escogidos de san Josemaría Escrivá
www.opusdei.org

 


Presentación del libro “Santo Rosario” escrito por San Josemaría

        "He de contar a esos hombres un secreto que puede muy bien ser el comienzo de ese camino por donde Cristo quiere que anden.

        Amigo mío: si tienes deseos de ser grande, hazte pequeño.
Ser pequeño exige creer como creen los niños, amar como aman los niños, abandonarse como se abandonan los niños..., rezar como rezan los niños.

        Y todo esto junto es preciso para llevar a la práctica lo que voy a descubrirte en estas líneas:

        El principio del camino que tiene por final la completa locura por Jesús, es un confiado amor hacia María Santísima.

        –¿Quieres amar a la Virgen? –Pues, ¡trátala! ¿Cómo? –Rezando bien el Rosario de nuestra Señora.

        Pero, en el Rosario... ¡decimos siempre lo mismo! –¿Siempre lo mismo? ¿Y no se dicen siempre lo mismo los que se aman?... ¿Acaso no habrá monotonía en tu Rosario, porque en lugar de pronunciar palabras como hombre, emites sonidos como animal, estando tu pensamiento muy lejos de Dios?

        –Además, mira: antes de cada decena, se indica el misterio que se va a contemplar –Tú... ¿has contemplado alguna vez estos misterios?

        Hazte pequeño Ven conmigo y –este es el nervio de mi confidencia– viviremos la vida de Jesús, María y José.

        Cada día les prestaremos un nuevo servicio. Oiremos sus pláticas de familia. Veremos crecer al Mesías. Admiraremos sus treinta años de oscuridad... Asistiremos a su Pasión y Muerte... Nos pasmaremos ante la gloria de su Resurrección...

        En una palabra: contemplaremos, locos de Amor (no hay más amor que el Amor), todos y cada uno de los instantes de Cristo Jesús".

Textos personales de San Josemaría extraídos del Tomo I de la biografía del Fundador del Opus Dei escrita por el recientemente fallecido Andrés Vázquez de Prada. Aquí se relata la devoción de San Josemaría a la Virgen del Pilar

        "La devoción a la Virgen del Pilar comienza en mi vida, desde que con su piedad de aragoneses la infundieron mis padres en el alma de cada uno de sus hijos. Más tarde, durante mis estudios sacerdotales, y también cuando cursé la carrera de Derecho en la Universidad de Zaragoza, mis visitas al Pilar eran diarias".

        "Tenía barruntos de que el Señor quería algo: pasaron muchos años sin saber qué era, y —mientras— decía de continuo una jaculatoria acordándome del ciego del Evangelio, yo ciego también, en cuanto a mi porvenir y al servicio que Dios deseaba de mí: Domine, ut videam! Domine, ut sit,! he repetido durante años: que sea, que se haga eso que Tú quieres; que yo lo sepa, da luz a mi alma. Las luces no venían, pero evidentemente rezar era el camino".

        "Como tenía buena amistad con varios de los clérigos que cuidaban de la Basílica, pude un día quedarme en la iglesia después de cerradas las puertas. Me dirigí hacia la Virgen, con la complicidad de uno de aquellos buenos sacerdotes ya difunto, subí las pocas escaleras que tan bien conocen los infanticos y, acercándome, besé la imagen de nuestra Madre".

        "A una sencilla imagen de la Virgen del Pilar confiaba yo por aquellos años mi oración, para que el Señor me concediera entender lo que ya barruntaba mi alma. Domina! —le decía con términos latinos, no precisamente clásicos, pero sí embellecidos por el cariño—, ut sit!, que sea de mí lo que Dios quiere que sea".