"Año Eucarístico (III)"

“No ama a Cristo quien no ama la Santa Misa, quien no se esfuerza en vivirla con serenidad y sosiego, con devoción, con cariño. El amor hace a los enamorados finos, delicados”. Así hablaba sobre la Eucaristía el Fundador del Opus Dei. Presentamos algunos textos con motivo del año eucarístico.

Textos escogidos de san Josemaría Escrivá
www.opusdei.org

 


Camino

        * Una característica muy importante del varón apostólico es amar la Misa. (Punto 528)

        * La Misa es larga, dices, y añado yo: porque tu amor es corto. (Punto 529)

        * ¿No es raro que muchos cristianos, pausados y hasta solemnes para la vida de relación (no tienen prisa), para sus poco activas actuaciones profesionales, para la mesa y para el descanso (tampoco tienen prisa), se sientan urgidos y urjan al Sacerdote, en su afán de recortar, de apresurar el tiempo dedicado al Sacrificio Santísimo del Altar? (Punto 530)

        * "¡Tratádmelo bien, tratádmelo bien!", decía, entre lágrimas, un anciano Prelado a los nuevos Sacerdotes que acababa de ordenar.
        —¡Señor!: ¡Quién me diera voces y autoridad para clamar de este modo al oído y al corazón de muchos cristianos, de muchos! (Punto 531)

        * ¡Cómo lloró, al pie del altar, aquel joven Sacerdote santo que mereció martirio, porque se acordaba de un alma que se acercó en pecado mortal a recibir a Cristo!
        —¿Así le desagravias tú? (Punto 532)

        * Humildad de Jesús: en Belén, en Nazaret, en el Calvario... —Pero más humillación y más anonadamiento en la Hostia Santísima: más que en el establo, y que en Nazaret y que en la Cruz.
        Por eso, ¡qué obligado estoy a amar la Misa! ("Nuestra" Misa, Jesús...) (Punto 533)

Es Cristo que pasa

        * No ama a Cristo quien no ama la Santa Misa, quien no se esfuerza en vivirla con serenidad y sosiego, con devoción, con cariño. El amor hace a los enamorados finos, delicados; les descubre, para que los cuiden, detalles a veces mínimos, pero que son siempre expresión de un corazón apasionado. De este modo hemos de asistir a la Santa Misa. Por eso he sospechado siempre que, los que quieren oír una Misa corta y atropellada, demuestran con esa actitud poco elegante también, que no han alcanzado a darse cuenta de lo que significa el Sacrificio del altar. (Punto 92)

        * Vivir la Santa Misa es permanecer en oración continua; convencernos de que, para cada uno de nosotros, es éste un encuentro personal con Dios: adoramos, alabamos, pedimos, damos gracias, reparamos por nuestros pecados, nos purificamos, nos sentimos una sola cosa en Cristo con todos los cristianos.
        Quizá, a veces, nos hemos preguntado cómo podemos corresponder a tanto amor de Dios; quizá hemos deseado ver expuesto claramente un programa de vida cristiana. La solución es fácil, y está al alcance de todos los fieles: participar amorosamente en la Santa Misa, aprender en la Misa a tratar a Dios, porque en este Sacrificio se encierra todo lo que el Señor quiere de nosotros. (Punto 88)