Textos escogidos de san Josemaría Escrivá
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Ha
llegado el Adviento. ¡Qué buen tiempo para remozar el deseo,
la añoranza, las ansias sinceras por la venida de Cristo!, ¡por
su venida cotidiana a tu alma en la Eucaristía! »Ecce
veniet!» ¡que está al llegar!, nos anima la Iglesia.
Forja, 548 Abrid los ojos y levantad la cabeza, porque vuestra redención se acerca (Lc XXI, 28). El tiempo de Adviento es tiempo de esperanza. Todo el panorama de nuestra vocación cristiana, esa unidad de vida que tiene como nervio la presencia de Dios, Padre Nuestro, puede y debe ser una realidad diaria. Es Cristo que pasa, 11, 4 Busca la unión con Dios, y llénate de esperanza ¡virtud segura!, porque Jesús, con las luces de su misericordia, te alumbrará, aun en la noche más oscura. Forja, 293 Jesucristo
Dios-Hombre. Una de las magnalia Dei, de las maravillas de Dios, que
hemos de meditar y que hemos de agradecer a este Señor que ha
venido a traer la paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad (Lc
II, 14). A todos los hombres que quieren unir su voluntad a la Voluntad
buena de Dios: ¡No sólo a los ricos, ni sólo a los
pobres!, ¡a todos los hombres, a todos los hermanos! Que hermanos
somos todos en Jesús, hijo de Dios, hermanos de Cristo: su Madre
es nuestra Madre. Es Cristo que pasa, 13 |