A Jesús siempre se va y se
"vuelve" por María.
Camino,
495
¡Cómo gusta a los
hombres que les recuerden su parentesco con personajes de la
literatura, de la política, de la milicia, de la
Iglesia!...
—Canta ante la Virgen Inmaculada,
recordándole:
Dios te salve, María, hija de
Dios Padre: Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo:
Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu
Santo... ¡Más que tú, sólo
Dios!
Camino,
496
Antes, solo, no podías...
—Ahora, has acudido a la Señora, y, con Ella,
¡qué fácil!
Camino,
513
Es justo que el Padre y el Hijo y el
Espíritu Santo coronen a la Virgen como Reina y
Señora de todo lo creado.
—¡Aprovéchate de ese
poder! y, con atrevimiento filial, únete a esa fiesta
del Cielo. —Yo, a la Madre de Dios y Madre mía, la
corono con mis miserias purificadas, porque no tengo piedras
preciosas ni virtudes.
—¡Anímate!
Forja,
285
Si buscas a María,
encontrarás "necesariamente" a Jesús, y
aprenderás —siempre con mayor profundidad— lo que hay
en el Corazón de Dios.
Forja,
661
(...) Madre de la ciencia es
María, porque con Ella se aprende la lección
que más importa: que nada vale la pena, si no estamos
junto al Señor; que de nada sirven todas las
maravillas de la tierra, todas las ambiciones colmadas, si
en nuestro pecho no arde la llama de amor vivo, la luz de la
santa esperanza que es un anticipo del amor interminable en
nuestra definitiva Patria.
Amigos de Dios,
278
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