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¡Ha resucitado! —Jesús ha resucitado. No está
en el sepulcro. —La Vida pudo más que la muerte.
Se apareció a su Madre Santísima. —Se apareció
a María de Magdala, que está loca de amor. —Y a Pedro y
a los demás Apóstoles. —Y a ti y a mí, que somos
sus discípulos y más locos que la Magdalena: ¡qué
cosas le hemos dicho!
Que nunca muramos por el pecado; que sea eterna nuestra
resurrección espiritual. —Y, antes de terminar la decena, has besado
tú las llagas de sus pies..., y yo más atrevido —por más
niño— he puesto mis labios sobre su costado abierto.
Santo Rosario, 11
En la Pasión, la Cruz dejó de ser símbolo
de castigo para convertirse en señal de victoria. La Cruz es el
emblema del Redentor: in quo est salus, vita et resurrectio nostra: allí
está nuestra salud, nuestra vida y nuestra resurrección.
Via Crucis, 2, 6
El día del triunfo del Señor, de su Resurrección,
es definitivo. ¿Dónde están los soldados que había
puesto la autoridad? ¿Dónde están los sellos, que habían
colocado sobre la piedra del sepulcro? ¿Dónde están
los que condenaron al Maestro? ¿Dónde están los que
crucificaron a Jesús?... Ante su victoria, se produce la gran huida
de los pobres miserables.
Llénate de esperanza: Jesucristo vence siempre.
Forja, 660
Frecuentemente nos habla el Señor del premio que
nos ha ganado con su Muerte y su Resurrección. Yo voy a preparar
un lugar para vosotros. Y cuando habré ido, y os haya preparado
lugar, vendré otra vez y os llevaré conmigo, para que donde
yo estoy estéis también vosotros (Ioh XIV, 2-3.). El Cielo
es la meta de nuestra senda terrena. Jesucristo nos ha precedido y allí,
en compañía de la Virgen y de San José —a quien tanto
venero—, de los Angeles y de los Santos, aguarda nuestra llegada.
Amigos de Dios, 220 |