Catequesis
cuarta
EL ESPÍRITU SANTO Y LA IGLESIA
1.
Canto Inicial.
2.
Oración del Padrenuestro.
3.
Lectura bíblica:
Hechos 2, 1-12
4.
Lectura de la Enseñanza de la Iglesia:
1. Una vez realizada
la obra de la redención, el Padre envió al Espíritu
Santo el día de Pentecostés para santificar a los creyentes
y darles acceso al Él por medio de Cristo en un mismo Espíritu.
El Espíritu Santo habita en la Iglesia y en el corazón
de los fieles como en un templo, y en ellos obra y da testimonio de
su adopción como hijos del Padre.
2. Guía
a la Iglesia a la verdad plena, la gobierna con diversos dones y la
embellece con sus frutos; con la fuerza del Evangelio, la rejuvenece
y conduce a la unidad consumada con Cristo, su Esposo. Y así
toda la Iglesia aparece como un Pueblo reunido en virtud de la unidad
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. La condición
de este Pueblo es la dignidad y libertad de los hijos de Dios; tiene
por ley el nuevo mandato de amar como Cristo nos amó y como
fin dilatar el reino de Dios; está destinado a todos los hombres
y aunque, con frecuencia, parezca una pequeña grey, es un germen
segurísimo de unidad, de esperanza y de salvación para
todo el género humano.
3. El Espíritu
Santo prepara a los hombres; les previene con su gracia para atraerlos
hacia Cristo; les manifiesta al Señor Resucitado; abre su mente
para entender su muerte y su resurrección; les recuerda la
Palabra; da a los lectores y oyentes, según las disposiciones
interiores, la inteligencia espiritual de la misma; y les hace presente
el misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía, con el
fin de reconciliarlos, conducirlos a la comunión con Dios y
hacer que den fruto abundante.
4. Además,
el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza, porque no sabemos
pedir como conviene, e intercede por nosotros con gemidos inefables.
Su gracia suscita en nosotros la fe, la conversión del corazón
y la adhesión a la voluntad del Padre.
5. Los padres
transmiten a sus hijos la fe en el Espíritu Santo desde los
primero momentos de su existencia cuando viven según el Espíritu.
En el momento en que los hijos son capaces de entender, además
de la coherencia de vida, se requiere una explicación adecuada.
Momentos fundamentales de la misma son: la preparación y celebración
de los sacramentos de la Iniciación Cristiana, especialmente
el de la Confirmación; la escucha de la Palabra de Dios y la
reflexión sobre sus exigencias y la participación en
la vida sacramental de la Iglesia. También es un momento especialmente
eficaz ayudarles a traducir a la vida ordinaria las exigencias de
su incorporación a Cristo y a que se interesen en trasmitir
a sus amigos y coetáneos la alegría del mensaje de Jesús.
5.
Reflexión del que dirige.
6.
Diálogo:
¿Se
puede decir que el Espíritu es conocido por las familias cristianas?
¿En qué se manifiesta este conocimiento?
¿Cuáles
son las principales funciones que desempeña el Espíritu
Santo en la Iglesia y en la familia "Iglesia doméstica"?
¿Qué
papel desempeña el Espíritu Santo en los sacramentos
de la Iniciación Cristiana: Bautismo, Confirmación y
Primera Eucaristía y cómo descubrírselo a los
hijos?
7.
Compromisos.
8.
Oración del Ave María e invocación:
Regina familiae.
Ora pro nobis.
9.
Oración por la familia:
Dios todopoderoso
y eterno que enviaste tu Espíritu a los Apóstoles: derrama
también sobre nosotros este Espíritu de amor, para que
demos siempre fiel testimonio de aquel amor que has querido que fuera
el distintivo de los discípulos de tu Hijo. Él, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
10.
Canto final.
© Pontificio Consejo para la Familia y Arzobispado de Valencia
2005
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