LA
LIBERTAD
"Estamos
en el mundo sin ser del mundo, constituidos entre los hombres como signos
de la verdad y de la presencia de Cristo para el mundo. Le entregamos
todo nuestro ser concreto como expresión suya, para que Él siga
pasando haciendo el bien". (Cf. Act 10, 38)
"El
verdadero conocimiento y la auténtica libertad se hallan en Jesús. Dejad
que Jesús forme parte siempre de vuestra hambre de verdad y justicia,
y de vuestro compromiso por el bienestar de vuestros semejantes".
"La
libertad, en todos sus aspectos, debe de estar basada en la verdad.
Deseo repetir aquí las palabras de Jesús: "Y la verdad os librará"
(Jn 8, 32). Es, pues, mi deseo que vuestro sentido de la libertad pueda
siempre ir de la mano con un profundo sentido de verdad y honestidad
acerca de vosotros mismos y de las realidades de vuestra sociedad".
"Solamente
la libertad que se somete a la Verdad conduce a la persona humana a
su verdadero bien. El bien de la persona consiste en estar en la Verdad
y en realizar la Verdad". (Enc. Esplendor de la Verdad)
LA
VIDA
"Me
afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación.
Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en
la forma superficial de considerar la vida".
"Queremos
AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que
eres. Quisiéramos decir como San Pablo: «Mi vida es Cristo»
(Flp. 1, 21). Nuestra vida no tiene sentido sin ti".
"La
vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde
el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia,
el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los
cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida".
"El
respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos
los de la libertad".
"Todo
ser humano, desde su concepción, tiene derecho a nacer, es decir,
a vivir su propia vida. No sólo el bienestar, sino también,
en cierto modo, el ser mismo de la sociedad, dependen de la salvaguardia
de este derecho primoldial. Si se niega al niño por nacer este
derecho, resultará cada vez más difícil reconocer
sin discriminaciones el mismo derecho a todos los seres humanos".
LA
FAMILIA
"La
familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración:
una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración
que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración".
"A
una familia que hace oración no le faltará nunca la conciencia
de la propia vocación fundamental: la de ser un gran camino de
comunión".
"La
familia es para los creyentes una experiencia de camino, una aventura
rica en sorpresas, pero abierta sobre todo a la gran sorpresa de Dios,
que viene siempre de modo nuevo a nuestra vida".
"El
hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede
decir que es un ser familiar".
"El
futuro depende, en gran parte, de la familia, lleva consigo el porvenir
mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir
eficazmente a un futuro de paz”.
Que
toda familia del mundo pueda repetir con verdad lo que afirma el salmista:
"Ved qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos
unidos” (Sal 133, 1).
"El
matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son
fruto precioso del matrimonio". (Familiaris Consortio 14,
16)
La
acogida, el amor, la estima, el servicio múltiple y unitario material,
afectivo, educativo, espiritual a cada niño que viene a este mundo,
debería constituir siempre una nota distintiva e irrenunciable de los
cristianos, especialmente de las familias cristianas; así los niños,
a la vez que crecen "en sabiduría, en estatura y en gracia ante
Dios y ante los hombres", serán una preciosa ayuda para la edificación
de la comunidad familiar para la misma santificación de los padres.
(Familiaris Consortio, 1981)
La
familia es "base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden
por vez primera los valores que les guían durante toda su vida".
"Los padres tienen derechos y reponsabilidades específicos
en la educación y la formación de sus hijos en los valors
morales, especialmente en la dificíl edad de la adolescencia".
"Los
padres de familia que tienen la responsabilidad de la educación humana
y cristiana de los hijos, confiando también en la ayuda experta de educadores
y catequistas serios y bien formados".
"Ayudad a vuestros hijos a salir al encuentro de Jesús, para
conocerlo mejor y para seguirlo, entre las tentaciones a las que están
continuamente expuestos, sobre el camino que lleva a la auténtica felicidad".
"Todos
los católicos, en especial los casados deben ser los primeros en testimoniar
la grandeza de la vida conyugal y familiar con una acción catequética
y educativa más incisiva y constante, que permita incentivar el ideal
cristiano de comunión conyugal fiel e indisoluble".
"Políticas
familiares basadas en la esterilización masiva, en la promoción del
aborto o del divorcio producen «resultados dramáticos»: la desintegración
de la célula fundamental de la sociedad".
DIOS
Y LA PERSONA HUMANA
"La
libertad de buscar y decir la verdad es un elemento esencial de la comunicación
humana, no sólo en relación con los hechos y la información, sino también
y especialmente sobre la naturaleza y destino de la persona humana,
respecto a la sociedad y el bien común, respecto a nuestra relación
con Dios".
"La
persona humana tiene una necesidad que es aún más profunda, un hambre
que es mayor que aquella que el pan puede saciar es el hambre
que posee el corazón humano de la inmensidad de Dios".
"La
caridad procede de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios
conoce... porque Dios es amor (1 Jn 4, 7-9). Solamente lo que es construido
sobre Dios, sobre el amor, es durable".
"El
campamento además de unas vacaciones aventureras, se convierte en un
encuentro con Dios, con vosotros mismos y con los otros; encuentro favorecido
por una profunda revisión de vida a la luz de la Palabra de Dios".
"Dios,
creador de todas las cosas y Señor del cosmos, está unido con cada hombre
y mujer por una relación de amor".
"Incluso
cuando Dios parece guardar silencio ante la opresión, la injusticia
o el sufrimiento, sigue amando al ser humano y sale en su ayuda si es
invocado".
"Dios
se deja conquistar por el humilde y rechaza
la arrogancia del orgulloso".
EVANGELIZACIÓN
"¡Como
los Reyes Magos, sed también vosotros peregrinos animados por el deseo
de encontrar al Mesías y de adorarle! ¡Anunciad con valentía que Cristo,
muerto y resucitado, es vencedor del mal y de la muerte!".
"Pero,
si vais a ser eficaces predicadores de la Palabra, debéis ser hombres
de fe profunda, y a un tiempo oyentes y operadores de la Palabra".
"La
Palabra de Dios es digna en todos vuestros esfuerzos. Abrazarla en
toda su pureza e integridad, y difundirla con el ejemplo y la predicación,
es una gran misión. Esta es vuestra misión hoy, mañana y el resto de
vuestras vidas".
"La
Iglesia necesita muchos y cualificados evangelizadores que, con nuevo
ardor, renovado entusiasmo, fino espíritu eclesial, desbordantes de
fe y esperanza, hablen cada vez más de Jesucristo".
"Es vital que el llamamiento de Cristo a hacer discípulos
sea anunciado y vivido con convicción por cada cristiano".
"Inculturación es lo que permite
a la Iglesia encarnar el Evangelio en las diferentes culturas, asumiendo
lo que hay de bueno en estas culturas, y renovándolas desde su interior.
La inculturación constituye un camino hacia
una plena evangelización para que todo hombre pueda acoger a Jesucristo
en la integridad de su ser personal, cultural, económico y político,
de cara a su plena y total unión con Dios Padre y de una vida santa
bajo la acción del Espíritu Santo".
"Es
necesario vivir en la adhesión a la voluntad divina, ofrecer el pan
a los hambrientos, visitar a los prisioneros, apoyar y consolar a los
enfermos, defender y acoger a los extranjeros, dedicarse a los pobres
y míseros".
"Acompañad a vuestros alumnos con paciencia y sabiduría; esforzaos
en abrir sus mentes y sus corazones a la verdad y al bien, educándolos
en la auténtica justicia y en la paz".
"Confió el «compromiso de la paz» sobre todo a los jóvenes
es indispensable educar a las nuevas generaciones en la paz, que debe
convertirse cada vez más en estilo de vida".
LOS
JÓVENES
"Vosotros
sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo". (Mt
5, 13-14). Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVII Jornada
Mundial de la Juventud.
"¡La
Iglesia os mira con confianza, y espera que seáis el pueblo de las bienaventuranzas!”.
Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII Jornada Mundial
de la Juventud. 25 de julio 2002.
"Gracias
a todos los jóvenes de habla hispana. No teman responder generosamente
al llamado del Señor. Dejen que su fe brille en el mundo, que sus acciones
muestren su compromiso con el mensaje salvífico del Evangelio!”. Saludo
final del Papa Juan Pablo II a los participantes de la JMJ 2002 Downsview
Lands, Toronto, 28 de julio 2002.
"¡Vivid
comprometidos, en la oración, en la atenta escucha y en el compartir
gozoso estas ocasiones de “formación permanente”, manifestando vuestra
fe ardiente y devota! ¡Como los Reyes Magos, sed también vosotros peregrinos
animados por el deseo de encontrar al Mesías y de adorarle! ¡Anunciad
con valentía que Cristo, muerto y resucitado, es vencedor del mal y
de la muerte!".
"También
vosotros, queridos jóvenes, os enfrentáis al sufrimiento: la soledad,
los fracasos y las desilusiones en vuestra vida personal; las dificultades
para adaptarse al mundo de los adultos y a la vida profesional; las
separaciones y los lutos en vuestras familias; la violencia de las guerras
y la muerte de los inocentes. Pero sabed que en los momentos difíciles,
que no faltan en la vida de cada uno, no estáis solos: como a Juan al
pie de la Cruz, Jesús os entrega también a vosotros su Madre, para que
os conforte con su ternura". Mensaje del Santo Padre Juan Pablo
II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.
"Queridos
jóvenes, ya lo sabéis: el cristianismo no es una opinión y no consiste
en palabras vanas. ¡El cristianismo es Cristo! ¡Es una Persona, es el
Viviente! Encontrar a Jesús, amarlo y hacerlo amar: he aquí la vocación
cristiana". Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII
Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.
"Queridos
jóvenes, sólo Jesús conoce vuestro corazón, vuestros deseos más profundos.
Sólo Él, que os ha amado hasta la muerte, (cfr Jn 13, 1), es capaz de
colmar vuestras aspiraciones. Sus palabras son palabras de vida eterna,
palabras que dan sentido a la vida. Nadie fuera de Cristo podrá daros
la verdadera felicidad". Mensaje del Santo Padre Juan Pablo
II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.
"Ahora
más que nunca es urgente que seáis los “centinelas de la mañana”, los
vigías que anuncian la luz del alba y la nueva primavera del Evangelio,
de la que ya se ven los brotes. La humanidad tiene necesidad imperiosa
del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a caminar
contra corriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo la propia fe
en Dios, Señor y Salvador.” Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II
para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.
LA
CRUZ
"La
cruz ha venido a ser para nosotros la Cátedra suprema de la verdad de
Dios y del hombre. Todos debemos ser alumnos de esta Cátedra en curso
o fuera de curso. Entonces comprenderemos que la cruz es también cuna
del hombre nuevo".
"Donde
surge la Cruz, se ve la señal de que ha llegado la Buena Noticia de
la salvación del hombre mediante el amor. Donde se levanta la cruz,
está la señal de que se ha iniciado la evangelización".
"La
cruz se transforma también en símbolo de esperanza. De instrumento de
castigo, se convierte en imagen de vida nueva, de un mundo nuevo".
"La
cruz, en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios,
para vivir en la verdad, en la libertad y en le amor, para vivir eternamente".
"El
misterio de la Cruz
y de la Resurrección nos asegura, sin embargo, que el odio, la violencia,
la sangre, la muerte no tienen la última palabra en las vivencias humanas.
La victoria definitiva es de Cristo y tenemos que volver a empezar desde
Él, si queremos construir para todos un futuro de paz, justicia y solidaridad
auténticas".
"El
Viernes Santo, con la adoración de la Cruz,
celebramos la pasión y muerte de Jesús. El Sábado
Santo, día de clara esperanza, en oración con María esperaremos la Resurrección.
En la Noche Santa de Pascua, todo se renueva en Cristo resucitado y
se expresa con el alegre canto del Gloria y del Aleluya".
EL
SUFRIMIENTO
"Las
palabras de la oración de Cristo en Getsemaní prueban la verdad del
sufrimiento".
"Getsemaní
es el lugar en el que precisamente este sufrimiento, expresado en toda
la verdad por el profeta sobre el mal padecido en el mismo, se ha revelado
casi Espiritualmente ante los ojos de Cristo".
"El
sufrimiento humano ha alcanzado su culmen en la pasión de Cristo".
"La
cruz de Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan ríos
de agua viva".
"En
la cruz de Cristo no solo se ha cumplido la redención mediante el sufrimiento,
sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido".
"Pido
para vosotros la gracia de la luz y de la fuerza Espiritual en el sufrimiento,
para que no perdáis el valor, sino que descubráis individualmente el
sentido del sufrimiento y podáis, con la oración y el sacrificio, aliviar
a los demás".
CONFIANZA
EN DIOS
"Sabed
también vosotros, queridos amigos, que esta misión no es fácil. Y que
puede convertirse incluso en imposible, si sólo contáis con vosotros
mismos. Pero lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".
(Lc 18, 27; 1, 37).
"Los verdaderos discípulos de Cristo tienen conciencia de su propia
debilidad. Por esto ponen toda su confianza en la gracia de Dios que
acogen con corazón indiviso, convencidos de que sin Él no pueden hacer
nada (cfr Jn 15, 5). Lo que les caracteriza y distingue del resto de
los hombres no son los talentos o las disposiciones naturales. Es su
firme determinación de caminar tras las huellas de Jesús".
"Dios
no es un ser indiferente o lejano, por lo que no estamos abandonados
a nosotros mismos".
"En
las inevitables pruebas y dificultades de la existencia, como en los
momentos de alegría y entusiasmo, confiarse al Señor infunde paz en
el ánimo, induce a reconocer el primado de la iniciativa divina y abre
el espíritu a la humildad y a la verdad".
"En el corazón de Cristo encuentra paz quien está angustiado
por las penas de la existencia; encuentra alivio quien se ve afligido
por el sufrimiento y la enfermedad; siente alegría quien se ve oprimido
por la incertidumbre y la angustia, porque el corazón de Cristo es abismo
de consuelo y de amor para quien recurre a Él con confianza".
LA
PAZ
"La paz es uno de los bienes
más preciosos para las personas, para los pueblos y para los Estados".
"En este tiempo amenazado por la violencia, por el
odio y por la guerra, testimoniad que Él y sólo Él puede dar la verdadera
paz al corazón del hombre, a las familias y a los pueblos de la tierra.
Esforzaos por buscar y promover la paz, la justicia y la fraternidad.
Y no olvidéis la palabra del Evangelio: Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios". (Mt 5, 9).
"La paz y la violencia germinan en el corazón
del hombre, sobre el cual sólo Dios tiene poder".
"La violencia jamás resuelve los conflictos,
ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas".
"¡Hombres y mujeres del tercer milenio! Dejadme
que os repita: ¡abrid el corazón a Cristo crucificado y
resucitado, que viene ofreciendo la paz! Donde entra Cristo resucitado,
con Él entra la verdadera paz".
"Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia
de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera.
No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad,
justicia, y solidaridad".
"La verdadera reconciliación entre hombres enfrentados
y enemistados solo es posible, si se dejan reconciliar al mismo tiempo
con Dios".
"No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón".
"El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos
y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el
recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre
una derrota de la razón y de la humanidad".
"Hay que alentar con firme determinación el camino
del diálogo y de la mutua comprensión en el respeto de las diferencias,
de forma que la auténtica paz
pueda lograrse y tenga lugar el encuentro entre los pueblos en un contexto
de solidario acuerdo".
"La auténtica religión no apoya el terrorismo y la violencia, sino que busca
promover de toda forma posible la unidad y la paz de la familia humana".
"La guerra es siempre una derrota de la humanidad".
"La violencia y las armas no pueden resolver nunca
los problemas de los hombres".
"La verdad y la solidaridad son dos elementos claves
que permiten a los profesionales de los medios de comunicación convertirse
en promotores de la paz".
"Los invito a cada uno a comprometerse cada día en
el seguimiento de Cristo para rechazar la violencia, que es un camino
sin futuro, y para construir una paz duradera fundada en la
justicia y el respeto de las personas".
"El derecho internacional, el diálogo leal, la solidaridad entre los Estados,
el ejercicio tan noble de la diplomacia son los medios dignos de los
hombres y de las naciones para superar sus contiendas".
"Valorar los recursos humanos endógenos significa garantizar
el equilibrio sanitario y, en definitiva, contribuir a la paz
del mundo entero".
"Es un deber para los creyentes, cualquiera sea su
religión, proclamar que nunca podremos ser felices unos contra otros;
nunca el futuro de la humanidad podrá ser asegurado con el terrorismo
y la lógica de la guerra".
"Los creyentes de todas las religiones, junto con los
hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia
y discriminación, están llamados a construir la paz".
"Nosotros los cristianos, en particular, estamos llamados
a ser centinelas de la paz,
en los lugares donde vivimos y trabajamos; es decir, se nos pide que
vigilemos para que las conciencias no cedan a la tentación del egoísmo,
de la mentira y de la violencia".
"No habrá paz en la tierra mientras
perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios
económicos que todavía existen".
"Pero para que tengan lugar los cambios estructurales
deseados, no son suficientes iniciativas e intervenciones externas;
se requiere ante todo una conversión conjunta de los corazones al amor".
"Elevemos nuestras oraciones al Señor para que el amor venza al odio y para que
la paz, la justicia y la solidaridad crezcan en todos los rincones del
mundo, en el espíritu del Evangelio".
"Es todavía más urgente proclamar, con voz decidida,
que sólo la paz
es el camino para construir una sociedad más justa y solidaria".
"Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad
no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder
y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que
se pueda progresar verdaderamente hacia la paz".
"La paz, se realiza respetando
el orden internacional y el derecho internacional, que deben ser las
prioridades de todos aquellos que tienen a su cargo el destino de las
Naciones".
"La paz exige cuatro condiciones
esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad".
"La verdad, erá
fundamento de la paz cuando cada individuo tome conciencia rectamente,
más que de los propios derechos, también de los propios deberes con
los otros".
"La justicia, edificará la
paz cuando cada uno respete concretamente los derechos ajenos y se esfuerce
por cumplir plenamente los mismos deberes con los demás".
"El amor
será fermento de paz, cuando la gente sienta las necesidades
de los demás como propias y comparta con ellos lo que posee, empezando
por los valores del espíritu".
"La libertad,
alimentará la paz y la hará fructificar cuando, en la elección de los
medios para alcanzarla, los individuos se guíen por la razón y asuman
con valentía la responsabilidad de las propias acciones".
LA
VIRGEN MARÍA
"El anuncio de
Simeón parece como un segundo anuncio a María, dado que le indica la
concreta dimensión histórica en la cual el Hijo cumplirá su misión,
es decir en la incomprensión y en el dolor". Madre del Redentor 16.
"El
dogma de la maternidad divina de María fue para el Concilio de Éfeso
y es para la Iglesia como un sello del dogma de la Encarnación en la
que el Verbo asume realmente en la unidad de su persona la naturaleza
humana sin anularla". Madre del Redentor 4.
"María
es ‘llena de gracia’, porque la Encarnación del Verbo, la unión hipostática
del Hijo de Dios con la naturaleza humana, se realiza y cumple precisamente
en ella". Madre del Redentor 9.
"El
ir al encuentro de las necesidades del hombre significa, al mismo tiempo,
su introducción en le radio de acción de la misión mesiánica y del poder
salvífico de Cristo. Por consiguiente, se da una mediación: María se
pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones,
indigencias y sufrimientos. Se pone "en medio", o sea se
hace mediadora, no como una persona extraña, sino en su papel de madre,
consciente de que como tal puede mas bien "tiene el derecho
de" hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres".
Madre del Redentor 21.
"La
Madre de Cristo se presenta ante los hombres como portavoz de la voluntad
del Hijo, indicadora de aquellas exigencias que deben cumplirse para
que pueda manifestarse el poder salvífico del Mesías". Madre
del Redentor 21
"En
Cana, merced a la intercesión de María y a la obediencia de los criados,
Jesús da comienzo a su hora". Madre del Redentor 21.
"En
Cana María aparece como la cree en Jesús; su fe provoca la primera "señal"
y contribuye a suscitar la fe de los discípulos". Madre del
Redentor 21.
"La
misión maternal de María hacia los hombres de ninguna manera oscurece
ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino mas bien muestra su
eficacia. Esta función materna brota, según el beneplácito de Dios,
de la superabundancia de los méritos de Cristo... de ella depende totalmente
y de la misma saca toda su virtud". Madre del Redentor 22.
"Esta
nueva maternidad de María, engendrada por la fe, es fruto del `nuevo'
amor, que maduro en ella definitivamente junto a la Cruz, por medio
de su participación en el amor redentor del Hijo". Madre del Redentor 23.
"Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos
enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo
la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más
perfecta Madre".
"Durante el reciente viaje a Polonia, me dirigí
a la Virgen María con estas palabras: "Madre santísima,
(...) obtén también para mí las fuerzas del cuerpo
y del espíritu, para que pueda cumplir hasta el fin la misión
que me ha encomendado el Resucitado. En ti pongo todos los frutos de
mi vida y de mi ministerio; a ti encomiendo el destino de la Iglesia;
(...) en ti confío y te declaro una vez más: Totus tuus,
Maria! Totus tuus! Amén". (Homilía en el santuario
de Kalwaria Zebrzydowska, 19 de agosto de 2002.
"Danos tus ojos, María, para descifrar el misterio
que se oculta tras la fragilidad de los miembros del Hijo. Enséñanos
a reconocer su rostro en los niños de toda raza y cultura".
"María, ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje
de paz y de amor, para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo,
caracterizado aún por tensos contrastes e inauditas violencias, reconozcan
en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del mundo, fuente
inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo
del corazón".
"Que la Virgen, co-participante
íntima en el designio de salvación, nos acompañe en el camino de la
pasión y de la cruz hasta el sepulcro vacío para encontrar a su Hijo
divino resucitado. Entremos en el clima espiritual del Triduo Santo,
dejándonos guiar por Ella".
LA
ORACIÓN
"Es hora de redescubrir, queridos hermanos y hermanas,
el valor de la oración, su fuerza misteriosa, su capacidad de
volvernos a conducir a Dios y de introducirnos en la verdad radical
del ser humano".
"Cuando un hombre ora, se coloca ante Dios, ante un
Tú, un Tú divino, y comprende al mismo tiempo la íntima
verdad de su propio yo: Tú divino, yo humano, ser personal creado
a imagen de Dios".
"En nuestras noches físicas y morales, si tú
estás presente, y nos amas, y nos hablas, ya nos basta, aunque
muchas veces no sentiremos la consolación".
"Pidamos juntos a Dios, rico de misericordia y de perdón,
que apague los sentimientos de odio en el ánimo de las poblaciones,
que haga cesar el horror del terrorismo y guíe los pasos de los responsables
de las naciones por el camino de la comprensión recíproca, de la solidaridad
y la reconciliación".
"Hoy se exalta con frecuencia el placer, el egoísmo,
o incluso la inmoralidad, en nombre de falsos ideales de libertad y
felicidad. La pureza de corazón, como toda virtud, exige un entrenamiento
diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige, ante
todo, el asiduo recurso a Dios en la oración".
"En los momentos de angustia y de «pesadilla mortal»,
la oración,
acompañada por el compromiso de hacer la voluntad de Dios, devuelve
el auténtico gusto por la vida".
EL
ROSARIO
"En su sencillez y profundidad, sigue siendo también
en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado,
destinada a producir frutos de santidad".
"El Rosario, en efecto,
aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en
la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad
de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio".
"Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar
la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su
amor".
"Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes
gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor".
"Esta oración ha tenido un puesto importante en mi
vida espiritual desde mis años jóvenes".
"El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría
y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en
él siempre he encontrado consuelo".
"Hace veinticuatro años, el 29 de octubre de 1978,
dos semanas después de la elección a la Sede de Pedro, como abriendo
mi alma, me expresé así: «El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria
maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad”. [...]
"Hoy, al inicio del vigésimo quinto año de servicio
como Sucesor de Pedro, quiero hacer lo mismo. Cuántas gracias he recibido
de la Santísima Virgen a través del Rosario en estos años: Magnificat
anima mea Dominum! Deseo elevar mi agradecimiento al Señor con las
palabras de su Madre Santísima, bajo cuya protección he puesto mi ministerio
petrino: Totus tuus!".
"El Rosario, comprendido en su pleno significado, conduce
al corazón mismo del vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria
y fecunda espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la
formación del Pueblo de Dios y la nueva evangelización".
"...el motivo más importante para volver a proponer
con determinación la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente
válido para favorecer en los fieles la exigencia de contemplación del
misterio cristiano, que he propuesto en la Carta Apostólica Novo
millennio ineunte como verdadera y propia pedagogía de la santidad:
es necesario un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de
la oración".
"No se puede, pues, recitar el Rosario sin sentirse
implicados en un compromiso concreto de servir a la paz, con una particular
atención a la tierra de Jesús, aún ahora tan atormentada y tan querida
por el corazón cristiano".
"En el marco de una pastoral familiar más amplia, fomentar
el Rosario en las familias cristianas es una ayuda eficaz para contrastar
los efectos desoladores de esta crisis actual".
"Numerosos signos muestran cómo la Santísima Virgen
ejerce también hoy, precisamente a través de esta oración, aquella solicitud
materna para con todos los hijos de la Iglesia que el Redentor, poco
antes de morir, le confió en la persona del discípulo predilecto: ¡Mujer,
ahí tienes a tu hijo!". (Jn 19, 26).
"María vive mirando a Cristo y tiene en cuenta cada
una de sus palabras:
«Guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón » (Lc 2, 19;
cf. 2, 51). Los recuerdos de Jesús, impresos en su alma, la han acompañado
en todo momento, llevándola a recorrer con el pensamiento los distintos
episodios de su vida junto al Hijo. Han sido aquellos recuerdos los
que han constituido, en cierto sentido, el 'rosario' que Ella ha recitado
constantemente en los días de su vida terrenal".
"Cuando recita el Rosario, la comunidad cristiana está
en sintonía con el recuerdo y con la mirada de María".
"...como subrayó Pablo VI: Sin contemplación, el Rosario
es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica
repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús: "Cuando
oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados
en virtud de su locuacidad". (Mt 6, 7).
"Recorrer con María las escenas del Rosario es como
ir a la escuela de María para leer a Cristo, para penetrar sus secretos,
para entender su mensaje".
"...esto dice el Beato Bartolomé Longo: Como dos amigos,
frecuentándose, suelen parecerse también en las costumbres, así nosotros,
conversando familiarmente con Jesús y la Virgen, al meditar los Misterios
del Rosario, y formando juntos una misma vida de comunión, podemos llegar
a ser, en la medida de nuestra pequeñez, parecidos a ellos, y aprender
de estos eminentes ejemplos el vivir humilde, pobre, escondido, paciente
y perfecto".
"El Rosario nos transporta místicamente junto a María,
dedicada a seguir el crecimiento humano de Cristo en la casa de Nazaret.
Eso le permite educarnos y modelarnos con la misma diligencia, hasta
que Cristo «sea formado» plenamente en nosotros". (cf. Ga 4, 19)
"El Rosario promueve este ideal, ofreciendo el 'secreto'
para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido
de Cristo. Podríamos llamarlo el camino de María".
"En el testimonio ya citado de 1978 sobre el Rosario
como mi oración predilecta, expresé un concepto sobre el que deseo volver.
Dije entonces que el simple rezo del Rosario marca el ritmo de la vida
humana".
"...no es difícil profundizar en esta consideración
antropológica del Rosario. Quien contempla a Cristo recorriendo las
etapas de su vida, descubre también en Él la verdad sobre el hombre".
"Meditar con el Rosario significa poner nuestros afanes
en los corazones misericordiosos de Cristo y de su Madre".
"...sí, verdaderamente el Rosario « marca el ritmo
de la vida humana », para armonizarla con el ritmo de la vida divina,
en gozosa comunión con la Santísima Trinidad, destino y anhelo de nuestra
existencia".
VIDA
CONSAGRADA
"La entrega total y la fidelidad permanente al Amor
constituye la base de vuestro testimonio ante el mundo. Os pido una
renovada fidelidad, que haga más encendido el amor a Cristo, más sacrificada
y alegre vuestra entrega, más humilde vuestro servicio".
"La necesidad de este testimonio público constituye
una llamada constante a la conversión interna, a la rectitud y santidad
de vida de cada religiosa".
"La
Profesión religiosa coloca en el corazón de cada uno y cada una de vosotros,
queridos Hermanos y Hermanas, el amor del Padre; aquel amor que hay
en el corazón de Jesucristo, Redentor del mundo. Este es un amor que
abarca al mundo y todo lo que en el viene del Padre y que al mismo tiempo
tiende a vencer en el mundo todo lo que «no viene del Padre". (Redemptionis
Donum, 9)
"La entrega total y la fidelidad permanente al Amor
constituye la base de vuestro testimonio ante el mundo".
"Os pido una renovada fidelidad, que haga mas encendido
el amor a Cristo, mas sacrificada y alegre vuestra entrega, mas humilde
vuestro servicio".
"La necesidad de este testimonio público constituye
una llamada constante a la conversión interior, a la rectitud y santidad
de vida de cada religiosa".
"El consagrado es el que afirma y vive en sí mismo
el señorío absoluto de Dios, que quiere ser todo en todos".
"Esta entrega nuestra traspaso de propiedad, nos marcó
con una señal particular, que pasó a ser nuestra identidad".
FE
Y RAZÓN
"La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos
alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación
de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer
la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo
y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo". (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8-9; 63 [62], 2-3;
Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2). Carta encíclica Fides et Ratio Sobre las
relaciones entre Fe y Razón. 14 de septiembre de 1998
CONCILIO
VATICANO II
Después de su conclusión,
el Concilio no ha cesado de inspirar la vida de la Iglesia. En 1985
quise señalar: "Para mí, que tuve la gracia especial de participar
y colaborar activamente en su desenvolvimiento, el Vaticano II ha sido
siempre, y es de modo particular en estos años de mi pontificado, el
punto de referencia constante de toda mi acción pastoral, con el compromiso
responsable de traducir sus directrices en aplicación concreta y fiel,
a nivel de cada Iglesia y de toda la Iglesia. Hay que acudir incesantemente
a esa fuente". Juan Pablo II, Homilía del 25 de enero de 1985,
cf. L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 3 de febrero
de 1985, p. 12).
Después
de la clausura del Sínodo, hice mío ese deseo, al considerar que respondía
"realmente a las necesidades de la Iglesia universal y de las Iglesias
particulares" (5). Juan Pablo II, Discurso en la sesión de clausura
de la II Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos,
7 de diciembre de 1985; AAS 78 (1986), p. 435; cf. L'Osservatore
Romano, edición en lengua española, 15 de diciembre de 1985, p.
11.
EL
ARTE
"El que crea da el ser mismo, saca alguna cosa de la
nada —ex nihilo sui et subiecti, se dice en latín— y esto, en sentido
estricto, es el modo de proceder exclusivo del Omnipotente. El artífice,
por el contrario, utiliza algo ya existente, dándole forma y significado".
"En la « creación artística » el hombre se revela más
que nunca « imagen de Dios » y lleva a cabo esta tarea ante todo plasmando
la estupenda « materia » de la propia humanidad y, después, ejerciendo
un dominio creativo sobre el universo que le rodea".
"El Artista divino, con admirable condescendencia,
trasmite al artista humano un destello de su sabiduría trascendente,
llamándolo a compartir su potencia creadora".
"...el artista, cuanto más consciente es de su «don»,
tanto más se siente movido a mirar hacia sí mismo y hacia toda la creación
con ojos capaces de contemplar y de agradecer, elevando a Dios su himno
de alabanza. Sólo así puede comprenderse a fondo a sí mismo, su propia
vocación y misión".
"No todos están llamados a ser artistas en el sentido
específico de la palabra. Sin embargo, según la expresión del Génesis,
a cada hombre se le confía la tarea de ser artífice de la propia vida;
en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra".
"...el artista, cuando realiza una obra maestra, no
sólo da vida a su obra, sino que por medio de ella, en cierto modo,
descubre también su propia personalidad. En el arte encuentra una dimensión
nueva y un canal extraordinario de expresión para su crecimiento espiritual.
Por medio de las obras realizadas, el artista habla y se comunica con
los otros".
"Las obras de arte hablan de sus autores, introducen
en el conocimiento de su intimidad y revelan la original contribución
que ofrecen a la historia de la cultura”.
"El artista vive una relación peculiar con la belleza.
En un sentido muy real puede decirse que la belleza es la vocación a
la que el Creador le llama con el don del talento artístico".
"Quien percibe en sí mismo esta especie de destello
divino que es la vocación artística —de poeta, escritor, pintor, escultor,
arquitecto, músico, actor, etc.— advierte al mismo tiempo la obligación
de no malgastar ese talento, sino de desarrollarlo para ponerlo al servicio
del prójimo y de toda la humanidad".
"Un artista consciente de todo ello sabe también que
ha de trabajar sin dejarse llevar por la búsqueda de la gloria banal
o la avidez de una fácil popularidad, y menos aún por la ambición de
posibles ganancias personales".
"La auténtica intuición artística va más allá de lo
que perciben los sentidos y, penetrando la realidad, intenta interpretar
su misterio escondido".
"Todos los artistas tienen en común la experiencia
de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por
lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida
en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que
pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que
durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu".
"El verdadero artista está dispuesto a reconocer su
limitación y hacer suyas las palabras del apóstol Pablo, según el cual
Dios no habita en santuarios fabricados por manos humanas, de modo que
no debemos pensar que la divinidad sea algo semejante al oro, la plata
o la piedra, modelados por el arte y el ingenio humano". (Hch 17, 24.29).
"...el arte, incluso más allá de sus expresiones más
típicamente religiosas, cuando es auténtico, tiene una íntima afinidad
con el mundo de la fe, de modo que, hasta en las condiciones de mayor
desapego de la cultura respecto a la Iglesia, precisamente el arte continúa
siendo una especie de puente tendido hacia la experiencia religiosa".
"La Iglesia, pues, tiene necesidad del arte".
"En contacto con las obras de arte, la humanidad de
todos los tiempos —también la de hoy— espera ser iluminada sobre el
propio rumbo y el propio destino".
"Queridos artistas, sabéis muy bien que hay muchos
estímulos, interiores y exteriores, que pueden inspirar vuestro talento.
No obstante, en toda inspiración auténtica hay una cierta vibración
de aquel «soplo» con el que el Espíritu creador impregnaba desde el
principio la obra de la creación".
"La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente".
LA
EUCARISTÍA
"Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado
con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión
y donación de todo lo que eres".
"Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo
de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria
celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos
de confiada esperanza".
"Con razón ha proclamado el Concilio Vaticano
II que el Sacrificio eucarístico es fuente y cima de toda la
vida cristiana".
"La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene
todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra
Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu
Santo".
"Estoy agradecido al Señor Jesús que
me permitió repetir en aquel mismo lugar, obedeciendo su mandato
haced esto en conmemoración mía (Lc 22, 19), las palabras
pronunciadas por Él hace dos mil años".
"Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente
por eso la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del
misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial".
"La «fracción del pan» evoca la
Eucaristía. Después de dos mil años seguimos reproduciendo
aquella imagen primigenia de la Iglesia. Y, mientras lo hacemos en la
celebración eucarística, los ojos del alma se dirigen
al Triduo pascual: a lo que ocurrió la tarde del Jueves Santo,
durante la Última Cena y después de ella".
"Cuando se celebra la Eucaristía ante la tumba
de Jesús, en Jerusalén, se retorna de modo casi tangible
a su « hora », la hora de la cruz y de la glorificación.
A aquel lugar y a aquella hora vuelve espiritualmente todo presbítero
que celebra la Santa Misa, junto con la comunidad cristiana que participa
en ella".
"Contemplar el rostro de Cristo, y contemplarlo con
María, es el «programa» que he indicado a la Iglesia
en el alba del tercer milenio, invitándola a remar mar adentro
en las aguas de la historia con el entusiasmo de la nueva evangelización".
"Contemplar a Cristo implica saber reconocerle dondequiera
que Él se manifieste, en sus multiformes presencias, pero sobre
todo en el Sacramento vivo de su cuerpo y de su sangre".
"La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de
Él se alimenta y por Él es iluminada. La Eucaristía
es misterio de fe y, al mismo tiempo, «misterio de luz».
Cada vez que la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún
modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: Entonces
se les abrieron los ojos y le reconocieron". (Lc 24, 31).
"Verdaderamente la Eucaristía es «mysterium
fidei», misterio que supera nuestro pensamiento y puede ser
acogido sólo en la fe". (n. 15).
"La Eucaristía es verdadero banquete,
en el cual Cristo se ofrece como alimento". (N. 16).
"La Eucaristía es tensión hacia la meta,
pregustar el gozo pleno prometido por Cristo". (N. 18).
"La Eucaristía, «es, en cierto sentido,
anticipación del Paraíso y «prenda de la gloria futura» [...] Quien
se alimenta de Cristo en la Eucaristía no tiene que esperar el más allá
para recibir la vida eterna: la posee ya en la tierra como primicia
de la plenitud futura, que abarcará al hombre en su totalidad". (N. 18).
"La Eucaristía es verdaderamente un
resquicio del cielo que se abre sobre la tierra". (N. 19).
"Es un rayo de gloria de la Jerusalén
celestial, que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz
sobre nuestro camino". (N. 19).
"La Eucaristía es la fuente y, al mismo
tiempo, la cumbre de toda la evangelización, puesto que su objetivo
es la comunión de los hombres con Cristo y, en Él, con el Padre y con
el Espíritu Santo". (N. 22).
"La Eucaristía es un tesoro inestimable;
no sólo su celebración, sino también estar ante ella fuera de la Misa,
nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia". (N. 25).
"Si la Eucaristía es centro y cumbre
de la vida de la Iglesia, también lo es del ministerio sacerdotal. Por
eso, con ánimo agradecido a Jesucristo, nuestro Señor, reitero que la
Eucaristía es la principal y central razón de ser del sacramento del
sacerdocio, nacido efectivamente en el momento de la institución de
la Eucaristía y a la vez que ella". (N. 31)
"Puesto que la Eucaristía es misterio
de fe, que supera de tal manera nuestro entendimiento que nos obliga
al más puro abandono a la palabra de Dios, nadie como María puede ser
apoyo y guía en una actitud como ésta". (N. 54).
SANTIDAD
"Hoy más que nunca la Iglesia necesita sacerdotes santos
cuyo ejemplo diario de conversión inspire en los demás el deseo de buscar
la santidad
a la que está llamado todo el pueblo de Dios".
"La santidad de los nuevos beatos
nos estimula a que nosotros busquemos también la perfección evangélica,
poniendo en práctica todas las palabras de Jesús".
"La vocación del cristiano es la santidad,
en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud
del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el
invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte".
NAVIDAD
"María lo contempla, lo acaricia y lo arropa, interrogándose
sobre el sentido de los prodigios que rodean el misterio de la Navidad".
"La Navidad, misterio de alegría.
Alegría, incluso estando lejos de casa, la pobreza del pesebre, la indiferencia
del pueblo, la hostilidad del poder. Misterio de alegría a pesar de
todo. De este mismo gozo participa la Iglesia, inundada hoy por la luz
del Hijo de Dios: las tinieblas jamás podrán apagarla".
"La Liturgia del Adviento, empapada de constantes alusiones
a la espera gozosa del Mesías, nos ayuda a comprender en plenitud el
valor y el significado del misterio de la Navidad".
"La Navidad, no se trata sólo
de conmemorar el acontecimiento histórico, que hace más de dos mil años
tuvo lugar en una pequeña aldea de Judea. Es necesario comprender más
bien que toda nuestra vida debe ser un «adviento», una espera vigilante
de la venida definitiva de Cristo".
LA
IGLESIA
"La Iglesia indica por mandato del Redentor el camino
para el bien espiritual y humano, camino de reconciliación y de penitencia,
mediante la conversión personal y la solidaridad con el prójimo".
"La Iglesia se prepara a contemplar
extasiada el misterio de la Encarnación. El evangelio narra la concepción
y el nacimiento de Jesús, y refiere las muchas circunstancias providenciales
que precedieron y rodearon un acontecimiento tan prodigioso: el anuncio
del ángel a María, el nacimiento del Bautista, el coro de los ángeles
en Belén, la venida de los Magos de Oriente, las visiones de san José.
Son todos signos y testimonios que subrayan la divinidad de este Niño.
En Belén nace el Emmanuel, el Dios con nosotros".
"La Iglesia nos ofrece, en la
liturgia de estos días, tres singulares «guías», que nos indican las
actitudes que hay que asumir para salir al encuentro de este divino
«huésped» de la humanidad. Ante todo, Isaías, el profeta de la consolación
y de la esperanza, proclama un auténtico evangelio para el pueblo de
Israel, esclavo en Babilonia, y exhorta a mantenerse vigilantes en la
oración para reconocer los «signos» de la venida del Mesías. Después
aparece Juan el Bautista, precursor del Mesías, que se presenta como
«voz del que clama en el desierto», proclamando «un bautismo de conversión
para perdón de los pecados» (Cf. Marcos 1, 4). Es la única condición
para reconocer al Mesías ya presente en el mundo. Por último, está María
que, en esta novena de preparación a la Navidad, nos guía hacia Belén.
María es la mujer del «sí» que, a diferencia de Eva, hace propio y sin
reservas el proyecto de Dios. Se convierte de este modo en una luz clara
para nuestros pasos y el modelo más elevado de inspiración".
"La enseñanza social de la Iglesia ofrece orientaciones
para la promoción de los derechos humanos, para la tutela de la familia,
para el desarrollo de instituciones políticas auténticamente democráticas
y participativas, para una economía al servicio del hombre, para un
nuevo orden internacional que garantice la justicia y la paz y para
una actitud responsable hacia la creación".
CONVERSIÓN
"Promover una espiritualidad de la comunión, exige
ante todo una radical conversión a Cristo, una dócil apertura a la acción
de su Espíritu Santo y una acogida sincera de los hermanos".
"Vestirse de Cristo, conlleva ponerle en el centro
de la vida personal y comunitaria; en el centro de las actividades didácticas
y de toda otra forma de apostolado".
"El compromiso social de los cristianos laicos se puede
nutrir y ser coherente, tenaz y valeroso sólo desde una profunda espiritualidad,
esto es, desde una vida de íntima unión con Jesús".
"Tenemos que comprender que nuestro bien más grande
es la unión de nuestra voluntad con la voluntad de nuestro Padre celestial,
pues sólo así podemos recibir todo su amor, que nos lleva a la salvación
y a la plenitud de la vida".
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