Siria: Llamada del Papa en favor de la población
Antes de la oración dominical del Ángelus.
Ciudad del Vaticano, octubre 13, 2019.
El nombre de Dios es Misericordia
Francisco
En Él solo la esperanza
Jorge M. Bergoglio
Mente abierta corazón creyente
Jorge M. Bergoglio
Queridos hermanos y hermanas,

        Antes de concluir esta celebración eucarística, deseo saludarlos y agradecerles a todos ustedes.

        Agradezco a mis hermanos Cardenales y Obispos, así como a los sacerdotes, religiosas y religiosos, provenientes de cada lugar del mundo, especialmente a aquellos que pertenecen a las familias espirituales de los nuevos santos. Saludo a todos los fieles laicos que se han reunido aquí.

        Saludo a las Delegaciones oficiales de los diferentes países, en particular al Presidente de la República Italiana y a Su Alteza el Príncipe de Gales. De hecho, con su testimonio evangélico, estos santos han fomentado el crecimiento espiritual y social en sus respectivas naciones.

        Un pensamiento especial que dirijo a los delegados de la Comunión Anglicana, con profunda gratitud por su presencia y también te doy la bienvenida a ti, querido hermano, nuevo obispo aquí en Roma.

        Os saludo a todos ustedes, queridos peregrinos, así como a todos los que habéis seguido esta Misa a través de la radio y la televisión. Un saludo especial dirijo a los fieles de Polonia, que hoy celebran la fiesta de la Jornada del Papa: Les agradezco por sus oraciones y por su constante afecto.

        Y mis pensamientos van una vez más a Oriente Medio. En particular, a la amada y atormentada Siria, de donde provienen una vez más noticias dramáticas sobre el destino de las poblaciones del noreste del país obligadas a abandonar sus hogares a causa de las acciones militares: entre ellos se encuentran también muchas familias cristianas. A todos los actores implicados y también a la Comunidad Internacional; por favor renuevo el llamado a comprometerse con sinceridad, con honestidad y transparencia en el camino del diálogo para encontrar soluciones eficaces.

        Junto con todos los miembros del Sínodo de los Obispos de la Región Panamazzoniana, especialmente a los provenientes de Ecuador, sigo con preocupación lo que está sucediendo en las últimas semanas en ese país. Lo encomiendo a la oración común y a la intercesión de los nuevos santos, y me uno al dolor por los muertos, los heridos y desaparecidos. Os animo a buscar la paz social, con atención especial a las poblaciones más vulnerables, los pobres y los derechos humanos.

        Y ahora nos dirigimos a la Virgen María, modelo de perfección evangélica, para que nos ayude a seguir el ejemplo de los nuevos santos.