Ángelus: “Queremos que se tomen todas las medidas posibles para que no se repitan tales crímenes”
Palabras después de la oración.
Ciudad del Vaticano, febrero 24, 2019.
El nombre de Dios es Misericordia
Francisco
En Él solo la esperanza
Jorge M. Bergoglio
Mente abierta corazón creyente
Jorge M. Bergoglio
Queridos hermanos y hermanas:

        Esta mañana ha concluido aquí en el Vaticano una reunión muy importante sobre el tema de la protección de los menores, habían sido convocados los Patriarcas, los Presidentes de todos las Conferencias Episcopales, los Jefes de las Iglesias Católicas Orientales, los representantes de los Superiores y Superioras de las Congregaciones Religiosas y varios de mis colaboradores de la Curia Romana fueron convocados.

        Como saben, el problema del abuso sexual de niños por parte de miembros del clero ha sido durante mucho tiempo un grave escándalo en la Iglesia y en la opinión pública, tanto por el dramático sufrimiento de las víctimas como por la injustificable falta de atención a las mismas, y la cobertura de los autores por parte de personas en la Iglesia.

        Como se trata de un problema muy extendido en todos los continentes, he querido que lo abordáramos juntos de manera corresponsable y colegiada, como pastores de las comunidades católicas en todo el mundo.

        Hemos escuchado las voces de las víctimas, hemos rezado y pedido perdón a Dios y a los ofendidos, hemos tomado conciencia de nuestras responsabilidades, de nuestro deber de hacer justicia en la verdad, de rechazar radicalmente de abuso de poder, de conciencia y de sexualidad.

        Queremos que todas las actividades y lugares de la Iglesia sean siempre plenamente seguros para los menores, queremos que se tomen todas las medidas posibles para que no se repitan tales crímenes y queremos que la Iglesia sea una vez más absolutamente creíble y fiable, confiable en su misión de servicio y educación de los niños, según la enseñanza de Jesús.

        De esta manera, podremos colaborar con todo nuestro corazón de manera eficaz junto con todas las personas de buena voluntad y todos los componentes y fuerzas positivas de la sociedad en todos los países y a nivel internacional para que el gravísimo flagelo de la violencia contra cientos de millones de niñas y niños en todo el mundo pueda ser combatido hasta el final en todas sus formas.

        Chicos y chicas, jóvenes de todo el mundo, saludo cordialmente a todos los peregrinos de Roma, de Italia y de varios países.

        Saludo a los fieles de la Diócesis de Sevilla, a los de Triestre, Agrópoli y Venegono.

        Saludo al grupo que vino con motivo del día de las enfermedades raras y espero que los pacientes y sus familias reciban el apoyo adecuado en su difícil recorrido, tanto a nivel médico como legislativo, a todos les deseo un feliz domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí.

        ¡Que tengan un buen almuerzo y hasta la próxima!