"HASTA EL EXTREMO" audiencia general del miércoles 11 abril 2001 |
Un nuevo comienzo para el hombre |
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1. Nos encontramos en la víspera del Triduo Pascual, sumergidos ya en el clima espiritual de la Semana Santa. Desde mañana hasta el domingo viviremos los días centrales de la liturgia, que nos vuelven a proponer el misterio de la pasión de la muerte y de la resurrección del Señor. En sus homilías, los padres de la Iglesia hacen referencia con frecuencia a estos tres días que, como observa san Atanasio, nos introducen en "ese tiempo que nos lleva a conocer un nuevo inicio, el día de la Santa Pascua, en el que el Señor es inmolado". Así describe él este período que estamos viviendo en sus Cartas pascuales (Cartas 5, 1-2; PG 26, 1379). El prefacio pascual del próximo domingo nos hará cantar con fuerza que "en la resurrección de Cristo ha resucitado la vida de todos". |
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El Amor que Dios nos tiene |
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Amor hasta el extremo |
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Invitación |
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Os invito a reflexionar sobre este mismo amor también a vosotros para disponeros dignamente a revivir las etapas conclusivas de la historia terrena de Jesús. Entraremos mañana en el Cenáculo para acoger el don extraordinario de la Eucaristía, del Sacerdocio y del mandamiento nuevo. Recorreremos el Viernes Santo la vía dolorosa que lleva al Calvario, donde Cristo consumará su sacrificio. El Sábado Santo aguardaremos en silencio a introducirnos en la solemne Vigilia Pascual. |
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Dios hasta el extremo |
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Jueves Santo |
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Un signo palpable |
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La Eucaristía es signo elocuente de este amor total, libre y gratuito, y ofrece a cada uno la alegría de la presencia de quien nos hace capaces de amar, según su ejemplo, "hasta el extremo". El amor que propone Jesús a sus discípulos es exigente. |
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El don de amar soportando |
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En este encuentro, hemos sentido de nuevo el eco de las palabras del evangelista Mateo: "Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos" (Mateo 5, 11-12). También hoy amar "hasta el extremo" quiere decir estar dispuestos a afrontar el cansancio y las dificultades en nombre de Cristo. Significa no tener miedo ni de los insultos ni de las persecuciones, y estar dispuestos a "amar a vuestros enemigos y rogar por los que os persigan" (Mateo 5, 44). Todo esto es un don de Cristo, que se entregó a sí mismo por todo hombre como víctima de sacrificio en el altar de la Cruz. |
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Fuerza del amor probada en el dolor |
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Viernes Santo |
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Adorar ese sufrimiento amoroso |
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En la carta apostólica con motivo de la conclusión del gran Jubileo del año 2000, he escrito: "La contemplación del rostro de Cristo nos lleva así a acercarnos al aspecto más paradójico de su misterio, como se ve en la hora extrema, la hora de la Cruz. Misterio en el misterio, ante el cual el ser humano ha de postrarse en adoración" ("Novo millennio ineunte", 25). Esta es la actitud interior más coherente para prepararnos a vivir el día conmemorativo de la pasión, de la crucifixión y de la muerte de Cristo. |
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Meditar |
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Sábado Santo |
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María es maestra |
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Que en este último tramo del camino penitencial nos acompañe María, la Virgen que permaneció siempre fiel junto al Hijo, sobre todo en los días de la Pasión. Que ella nos enseñe a amar "hasta el extremo", siguiendo las huellas de Cristo, que con su muerte y resurrección ha salvado al mundo. |