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Queridos hermanos y hermanas: Concluyendo ya
las catequesis sobre el Credo, hoy quisiera detenerme en la "resurrección
de la carne", y hablarles del sentido cristiano de la muerte y
de la importancia de prepararnos bien para morir en Cristo. A continuación, ha saludado a los peregrinos de lengua española diciendo: "Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Guatemala, Argentina y los demás países latinoamericanos. No olviden que la solidaridad fraterna en el dolor y en la esperanza es premisa y condición para entrar en el Reino de los cielos". Después de los saludos en todas las lenguas y antes de finalizar, el pontífice ha dirigido un pensamiento afectuosos a los jóvenes, a los enfermos y recién casados. "Queridos jóvenes - ha dicho - preparad vuestros corazones para acoger a Jesús Salvador; queridos enfermos, ofreced vuestro sufrimiento para que todos reconozcan en la Navidad el encuentro del Cristo con la frágil naturaleza humana; y vosotros recién casado, vivid vuestro matrimonio como el reflejo del amor de Dios en vuestra historia personal". Tras la bendición final, Francisco ha comenzado con los saludos habituales. Primero a los arzobispos y obispos que se encuentran en el Sagrado, después ha descendido hacia la plaza para saludar a algunas personalidades y finalmente, ha dedicado un tiempo a los enfermos de las primeras filas. Con uno de ellos, el santo padre ha intercambiado la bufanda, la suya blanca por una gris y negra. Con gran termura, el papa Francisco ha abrazado y charlado con niños, adultos y ancianos. | |
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