Confiar a la Virgen toda vida humana, especialmente la frágil e indefensa

Al finalizar la santa misa celebrada por la Jornada del Evangelium Vitae, monseñor Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la nueva evangelización, ha dirigido un saludo al papa Francisco.
A continuación el papa ha guiado la oración del Ángelus con los fieles y peregrinos presentes en la plaza de San Pedro. Estas son las palabras del papa al introducir la oración mariana:

Ciudad del Vaticano, 16 de junio de 2013.
Mente abierta corazón creyente
Jorge M. Bergoglio

¡Queridos hermanos y hermanas!

        Al finalizar esta eucaristía dedicada al Evangelio de la Vida, estoy contento de recordar que ayer, en Carpi, fue proclamado beato Odoardo Focherini, esposo y padre de siete hijos, periodista. Capturado y encarcelado por el odio a su fe católica, murió en el campo de concentración de Hersbruck en 1944, a los 37 años. Salvó a numerosos judíos de la persecución nazi. Junto con la Iglesia que está en Carpi, damos gracias a Dios por este testigo del Evangelio de la Vida.

        Doy gracias de corazón a todos vosotros que habéis venido a Roma de tantas parte de Italia y del mundo, en particular las familias y los que trabajan directamente con la promoción y la tutela de la vida.

        Saludo cordialmente a los 150 miembros de la Asociación Gravida, de Argentina. Muchas gracias por lo que hacéis. Ánimo y adelante.

        Para finalizar saludo a los numerosos participantes del encuentro de motociclismo Harley-Davidson y también al Motoclub Policía de Estado.

        No dirigimos ahora a la Virgen, confiando cada vida humana, especialmente la más frágil, indefensa y amenazada a su protección materna.