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S. E. George W. Bush, presidente de los Estados Unidos de América - Washington Al concluir mi visita a los Estados Unidos y a la Organización de las Naciones Unidas le doy profundamente las gracias a usted y a sus compatriotas por la cortés acogida y por la diligente asistencia durante mi permanencia y le renuevo mis oraciones para que Dios omnipotente guíe siempre a vuestra nación por el camino de ! la prosperidad y de la paz. Invoco sobre todo el pueblo estadounidense de corazón la abundancia de las bendiciones divinas. Benedictus pp. xvi
* * * Su Excelencia Michaëlle Jean, gobernadora general de Canadá - Ottawa
Atravesando en avión Canadá al regresar a Roma tras mi visita a los Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas, le saludo y pido al Señor que le apoye a usted y a sus compatriotas en el camino de la libertad, de la justicia y de la paz. Benedictus pp. xvi * * * Su Excelencia Mary McAleese, presidenta de Irlanda
Al entrar en el espacio aéreo irlandés de regreso a Roma, tras mi visita a los Estados Unidos y a la Organización de las Naciones Unidas, renuevo mis saludos a ust! ed, excelencia, e invoco de corazón sobre el amado pueblo irlandés las abundantes bendiciones de Dios. Benedictus pp. xvi
* * * Su Excelencia Nicolas Sarkozy, presidente de la República Francesa - París En el momento en el que sobrevuelo el territorio de Francia al final de mi viaje a los Estados Unidos y la asamblea de la ONU le aseguro a Su Excelencia mis mejores deseos para su persona y para todo el pueblo francés. De todo corazón invoco para Su Excelencia y para los habitantes del país la abundancia de las bendiciones del Altísimo. Benedictus pp. xvi * * * S. E. Giorgio Napolitano, presidente de la República Italiana - Roma Al regresar del viaje apostólico a los Estados Unidos, donde he tenido la alegría de encontrar a las poblacio! nes locales llenas de fervor espiritual y con los representantes de las Naciones Unidas, le expreso, señor presidente, mi mejores deseos y le aseguro una oración especial por el bien y la prosperidad de toda la nación italiana, sobre la que invoco las bendiciones celestes. Benedictus pp. xvi | ||||||||||||||
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