Ante la Virgen
de los Desamparados, le pedimos que sea consuelo para todas las
familias que han sufrido las consecuencias del accidente, que ha
sumido en el dolor y el luto a sus hijos en esta ciudad.
Con el corazón puesto en la misericordia divina, recemos
todos juntos un Padrenuestro en sufragio de quienes están
ahora en la presencia de Dios.
Todos:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Dales, Señor
el descanso eterno,
y brille para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. Amén.