Las condiciones humanas
Juan Manuel Roca
Cómo acertar con mi vida
Cómo acertar con mi vida
Juan Manuel Roca

 

 

 

La madurez suficiente

        La elección vocacional y el compromiso a vivir un determinado modo de vida deben tener en cuenta, entre otros datos, las condiciones del interesado. En cuanto a las condiciones, basta que se den cuatro fundamentales:

        Rectitud de intención, es decir, deseo verdadero de entregarse por amor (ese amor verdadero se mostrará muchas veces en la actitud que se tenga hacia los demás), no por motivos humanos, y de buscar la santidad.

        Idoneidad humana (virtudes, talentos, salud) para llevar a cabo, contando con la ayuda de la gracia, la empresa que pretende acometer.

        Personalidad suficientemente desarrollada: madurez humana, autonomía.

        Circunstancias (familiares, ambientales) que permitan desarrollar esa entrega.

        La mencionada exigencia de madurez humana no significa, sin embargo, que no pueda darse una verdadera llamada de Dios también en la infancia: hay una larga tradición, tanto en la Sagrada Escritura como en la vida de la Iglesia. "No se puede olvidar, en la práctica, que la vocación, porque es de suyo bien y gracia, puede ofrecerla Dios a cualquiera, sea cual fuere el grado de madurez humana que posea. Queremos subrayar esto: la gracia de la vocación no se da únicamente al hombre maduro, sino que se da también como ayuda para madurar" (A. Pigna).

        Se trata, pues, del grado de madurez adecuado a la edad y circunstancias de la persona. Debe ser la suficiente para tomar esa decisión, pero no hay que pensar en la madurez perfecta del ser humano ideal, considerada en abstracto, ni exigir en un joven la experiencia de la vida que pueda tener un anciano a la vuelta de los años; debe tenerse en cuenta que la madurez es esencialmente evolutiva. Cuando se descubre una cierta inmadurez una vez tomada la decisión no se ha dicho todavía necesariamente nada definitivo acerca de esa vocación: si hay buena disposición y se ponen los medios adecuados, la vocación se puede reencontrar y en tal caso tiene que actuar precisamente de palanca, apoyo y acicate para esa maduración.