C.S. Lewis
Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario
Director: Andrew Adamson. Guión: Ann Peacock, Andrew Adamson, Christopher Markus, Stephen McFeely (basado en la novela de C.S. Lewis). Intérpretes: Tilda Swinton, Georgie Henley, William Moseley, Skandar Keynes, Anna Popplewell, Rupert Everett, Dawn French, James McAvoy. 150 min. Todos.
Ana Sánchez de la Nieta
Se logró algo en verdad difícil
A través del armario
        "Era el momento perfecto para rodar la historia": así de contundente se muestra Andrew Adamson ("Shrek") reconociendo que, hace sólo unos años, hubiera sido técnicamente imposible llevar a la gran pantalla una de las sagas más importantes de la literatura infantil y juvenil.

        En 1950, C.S. Lewis publicó "El león, la bruja y el armario", la primera entrega de una serie de siete libros recogidos bajo el título "Las Crónicas de Narnia", en los que realizó una original recreación del cristianismo.

        Lewis demostró que su deslumbrante fantasía –enriquecida además con la ayuda de su portentosa cultura de erudito de la literatura– era capaz de cautivar tanto a los niños como a los adultos. Prueba de ello son los más de 85 millones de ejemplares que se han vendido en todo el mundo.

        El reto de adaptar a la gran pantalla una historia que se desarrolla a caballo entre el mundo real –concretamente el Londres de la II Guerra Mundial– y un mundo imaginario –el país de Narnia– no era fácil. Trasladar al cine el tono que tiene la obra de Lewis –emotivo, profundo y, al mismo tiempo, sumamente divertido–, tampoco. El creador de "Shrek" ha conseguido hacer una muy buena adaptación apoyándose en una fidelidad casi total al texto de Lewis –que él conoce bien– y favoreciéndose además de unos estupendos efectos visuales –en los que también es un experto– que dan vida al universo que imaginó el famoso literato.

Actores reales por primera vez

        Lucy, Edmund, Susan y Peter son cuatro hermanos que, para huir de los bombardeos de la II Guerra Mundial, son evacuados de Londres a una casa de campo, propiedad de un viejo profesor. Un día, mientras juegan al escondite, Lucy, la más pequeña de los cuatro, descubrirá un misterioso armario que, en realidad, es una puerta al país de Narnia: un país en el que, por el hechizo de Jadis, la Bruja Blanca, siempre es invierno pero nunca Navidad. Los habitantes de Narnia –faunos, hadas, duendes y animales que hablan– esperan la llegada de cuatro reyes que, con la ayuda de Aslan, el sabio y noble león, acabarán con el poder de Jadis.

        La película arranca con mucha fuerza y con una brillante presentación de los personajes. Adamson nunca había trabajado con actores reales; sin embargo, ha demostrado en esta cinta que sabe dirigirlos. Para facilitar la naturalidad en las actuaciones de los niños, quiso rodar las escenas en orden cronológico. Era una manera de que se fueran introduciendo en el cuento. Esa complicidad con la historia se nota, y las interpretaciones son muy convincentes.

Con buen pronóstico

        Además estas buenas interpretaciones se extienden a los personajes "animados". Es aquí quizás donde se nota más la mano del autor de "Shrek"; Adamson crea un Aslan lleno de nobleza; un zorro blanco que, con algo menos de frivolidad, recuerda bastante al gato con botas de "Shrek 2", y, sobre todo, una pareja de castores entrañables y divertidísimos.

        El diseño de producción de la película es casi siempre deslumbrante, con secuencias, como la del derrumbamiento del glaciar y el viaje por el río, espectaculares. La fidelidad de Adamson al texto de Lewis se muestra también en la puesta en escena de los aspectos más alegóricos de la obra, como el momento del sacrificio de Aslan.

        Al igual que el libro, la película pierde un poco de ritmo en la segunda mitad –cuando avanzan paralelas las tramas de Edmund y la bruja por un lado y los tres hermanos con Aslan por otro–; pero, salvado este momento, la historia vuelve a tomar fuerza para terminar con un final vibrante. Un final que hace presagiar, además de algún merecido Oscar –tanto técnico como artístico–, unos buenos resultados en taquilla y un redescubrimiento de las ficciones de Lewis... Y que la saga continúe.