La Universidad, por la vida y la libertad
Juan Manuel Mora
Vicerrector de Comunicación Institucional
Universidad de Navarra
La Razón (Madrid)
La sonrisa que cautivó a España
Fermín J. Urbiola

 

 

Enseguida a lo de siempre

        Todo atentado es un ataque a la vida, aunque a veces el intento falle en su propósito. En este caso, gracias a Dios, no tenemos que lamentar la pérdida de vidas humanas; pero dos docenas de trabajadores tuvieron que recibir asistencia en los hospitales de Pamplona a causa de las heridas producidas por la explosión del coche bomba.

        Y otros miles de personas sufrieron heridas de otro tipo: el dolor moral ante la violencia, tan difícil de entender, tan difícil de digerir. Ante todo, pienso ahora en esas heridas y en su rápida recuperación. Esperamos ver de nuevo muy pronto a nuestros colegas en su lugar de trabajo, dando clases, estudiando, o ayudando a profesores y estudiantes en esa apasionante tarea que es la educación.

        En la Universidad siempre procuramos mirar al futuro con esperanza, porque estamos convencidos de que un mundo mejor es posible. Como el mañana empieza hoy, nada mejor que retomar hoy mismo las actividades ordinarias, en las clases, los laboratorios, las consultas médicas.

        Ayer mismo, el servicio de mantenimiento comenzó a reparar los daños materiales. Ayer mismo estaba previsto que se celebrara una defensa de tesis doctoral; como las aulas estaban impracticables, doctorando y tribunal se desplazaron a un hotel cercano y tuvo lugar la defensa. Recuperar la normalidad, que nadie puede robar mediante la violencia.

        La Universidad es lugar de convivencia, espacio para la razón, motor de la ciencia y factor de progreso. La Universidad tiene motivos para pedir a los terroristas que dejen de hacer sufrir a tantas personas. Y lo hace a la vez que se esfuerza por perdonar, por seguir adelante sin miedo ni rencor.

Algún día...

        Con este triste motivo hemos vuelto a comprobar la grandeza de tantas personas e instituciones que, desde el primer momento y de forma ininterrumpida, nos están haciendo llegar su apoyo y solidaridad. La Casa Real, el Gobierno de España, todas las instituciones de Navarra y de la ciudad de Pamplona, embajadores de los países de procedencia de nuestros estudiantes. Y también ciudadanos anónimos, amigos, colegas.

        Son innumerables las visitas, llamadas, mensajes, correos y declaraciones públicas. Copio lo que me escribía ayer un colega, desde un pais muy lejano: “Algún día –ojalá sea pronto– este terrorismo ciego y cruel desaparecerá para ser unicamente un recuerdo, un mal sueño, duro y perverso, sólo un recuerdo”.

        A todos los que nos acompañan con su presencia, con su afecto y con su oración, muchas gracias. Desde la Universidad, con todos ellos, seguiremos trabajando por la vida y por la libertad.