"Les Choristes": una película familiar sobre niños coristas en un internado, arrasa en los cines franceses

Mientras el cine español se centra en “Torrentes” y “AsiDisis”, despreciando el cine familiar, los franceses inundan los cines con un producto autóctono que supera a Spiderman y a Harry Potter.

Pablo J. Ginés,
www.forumlibertas.com

Los valores tradicionales

        La película Les Choristes ha sido vista por más de 7 millones y medio de franceses desde su estreno en marzo, superando a películas como Spiderman o Harry Potter. Con esta última tiene algo en común: trata de la vida de unos niños en un internado, pero al contrario que en el encantado y encantador colegio Hogwarts, en el internado Fond de l’Etang (ubicado en la Francia de 1949) el ambiente es opresivo y excesivamente autoritario. Allí llega un nuevo profesor de música, que mediante el canto coral dará una nueva luz, alegría y esperanza a los niños.

        Las familias francesas se han volcado con la película, y los 7.000 coros parroquiales o de otro tipo que hay en Francia se han visto asombrados con la demanda de nuevas incorporaciones, según el Instituto Francés de Arte Coral. Algunos comparan la fiebre por el canto coral en Francia con el boom en la venta de libros a partir del fenómeno Harry Potter en Gran Bretaña. Otros recuerdan que cantar en un coro es una forma barata y positiva de aprovechar el tiempo libre en la Francia de las 35 horas laborables.

El bien y el mal

        La película en sí, dirigida por Christophe Barratier, un director novel, es una re-actualización del éxito francés de 1945 La Cage aux Rossignols (La jaula de los ruiseñores), filmada con 5, 5 millones de euros. La banda sonora de coros infantiles ha vendido más de 700.000 copias (puede escucharse de fondo en la web de la película). El actor que interpreta al profesor de música, Gérard Jugnot, fue votado como uno de los franceses más populares del año y el niño protagonista, Jean-Baptiste Maunier, se ha convertido en una estrella nacional.

        Otro factor que hace especial a la película es que el bien y el mal se ven claramente separados y delimitados, cosa que no siempre sucede en Harry Potter ni tampoco en El Club de los Poetas Muertos, otro clásico del género de internados.

        Mientras La mala educación, de Almodóvar, ambientada en un seminario español de la posguerra, se estrelló en las taquillas hispánicas, esta película familiar llena los cines franceses. Quizá el cine español debería depender menos de las subvenciones, los “Torrentes” y los “AsiDisis” y apostar por la riqueza auténtica, el público y las familias que quieren poder ir juntas a ver algo inspirador en el cine.