El futuro depende de la libertad de cada uno
José Luis Mota Garay
Estoy enamorad@
La vida sale al encuentro
José Luis Martín Vigil

        Alguno de los lectores puede haberse visto retratado en Marisa, en su hermano Carlos, en Vanesa… Otros habrán visto reflejado algo de sí mismo en varios de los protagonistas. Algunos personajes se manifiestan seguros y preparados para la vida, se sienten libres y contentos porque han elegido el camino recto. Otros parece que tienen que decidir todavía, porque dudan de cómo tienen que plantearse su futuro. Unos y otros podrán equivocarse en sus decisiones; no los desprecies, la vida es larga y da muchas vueltas; de los errores y equivocaciones se puede volver atrás; el que ha sido amigo lo sigue siendo, aunque nuestros caminos hayan tomado rumbos distintos.

        De cualquier manera, la continuación de la historia de cada uno va a depender de uno mismo: de su libertad para tomar las decisiones, acertadas y buenas, para su vida, y de "su corazón", que es energía y voluntad, para llevar a cabo esas decisiones.

        También habría que añadir que no debe abandonar la compañía de todos los que están a su alrededor, y con los que hay que contar para que nos ayuden lo mejor que puedan: de ese amigo que tienes al lado, que lo necesitas y que te necesita; de aquel o aquella con el que ahora sales; de tu madre que, aunque algunas veces se ponga pesada, es la persona que más te quiere en esta vida; de los profesores que te abren horizontes de nuevas ideas que antes no tenías; de tu padre que, aunque no haya estudiado Filosofía, sabe mucho de la vida; de ese sacerdote que te han presentado, que también sabe mucho de la vida... Y del mismo Jesús con el que más de una vez te has encontrado y es el único capaz de darle sentido a tus muchas ilusiones y a tus proyectos. Hay que aprovechar todas las relaciones, apoyándolas con el afecto y sazonándolas con un cuerpo casto y un corazón limpio, para tratar de vivir una vida libre y plena sembrando alrededor alegría y paz.