Proyectos de futuro de los adolescentes
José Luis Mota Garay
Estoy enamorad@
La vida sale al encuentro
José Luis Martín Vigil

 

Colaborar también

        El adolescente, dentro de su problemática, tiene que plantearse una serie de ideales y verlos como las metas que han de orientar su vida.

        Cuando descubre que las cosas no marchan bien en la vida social, no puede cerrar los ojos a las injusticias: tiene que ver como unos viven muy bien y otros no tienen nada o casi nada.

        También puede comprobar que hay otras áreas de la vida social que, con su visión altruista, juzga no están bien enfocadas: la manipulación de la mujer utilizándola como reclamo en el mundo de la publicidad; el ambiente pansexual –verlo todo bajo el prisma de sexo– en muchas manifestaciones de los medios de comunicación, la televisión o el cine; el arrinconamiento progresivo del matrimonio, de un hombre con una mujer, y de la familia; el desprecio por la vida del no nacido...

        Todo esto tiene que llevar al adolescente a sentir que él también puede hacer algo para conseguir una sociedad más justa y más limpia. Para luchar contra la injusticia, y conocer a los que sufren, debería acercarse a una catequesis de barrios periféricos o apuntarse en una ONG en las que se hace una verdadera tarea de ayuda a los necesitados.

        Para superar todas esas lacras sociales que se refieren al sexo y al amor –además de animar y ayudar, al menos con su ejemplo, a sus amigos y compañeros a que lleven una vida más limpia– podría enrolarse en alguna de las organizaciones que con aire juvenil defienden esos ideales de defensa de una sexualidad sana.

Cuestión de coherencia

        Un hecho de la vida real puede servir de pauta a los adolescentes. Erika Harold, 23 años, de una familia de clase media, entre cuyos ascendientes se encuentran esclavos africanos e indios cherokees, fue elegida Miss Illinois con el lema "Abstinencia sexual en la adolescencia. Respétate a ti mismo. Protégete a ti mismo".

        Antes, cuando estudiaba noveno grado, como Erika no entraba en el juego sexual que imperaba en la escuela, fue víctima de un fuerte acoso: los compañeros la insultaban, cantaban canciones obscenas en su presencia, incluso su casa fue objeto de acciones vandálicas; tuvo que cambiarse de colegio; su autoestima y su optimismo quedaron por los suelos. Ella afirma: "Muchos, víctimas de esos abusos, terminan creyendo lo que se dice de ellos y se hacen promiscuos, caen en un modelo de autodestrucción. Cuando me tocó vivir esa experiencia, hice justo lo contrario. Me sentí muy afortunada por tener unos padres y una comunidad de fe que me apoyasen. Por eso fui capaz de hablar de este tema. En lugar de abandonarme a la promiscuidad, opte por reafirmarme en mis creencias y defenderlas". Decidió involucrarse en Proyect Reality, que es una organización no lucrativa, con sede en Chicago, pionera desde 1985 en impartir programas de "Educación en la abstinencia" en escuelas públicas norteamericanas.

        Cuando fue elegida Miss América en 2003, al ser interrogada sobre cuál era la raíz de su éxito, contestó: "Ni drogas, ni sexo, ni alcohol". Al ser presionada por los organizadores para que cambiase el lema, dijo: "Si no hablo de eso como Miss América, defraudaré a centenares de jóvenes que me han escuchado, y que necesitan que alguien les diga que lo correcto para tener relaciones es esperar hasta el matrimonio".

No debe haber soledad

        Dentro de los ideales, a los que el adolescente aspira, hay que destacar la búsqueda de la belleza y del absoluto. El adolescente huye de las medias tintas. Busca el bien con pasión y "ya no se contenta con las buenas costumbres que le habían inculcado; le parecen mediocres, mezquinas, comparadas con la necesidad que siente de perfección y de absoluto".

        Debe huir de la incoherencia que supone tener esos grandes ideales, y sentirse incapaz de desplegar su personalidad, por falta de energía y voluntad. Todo porque, a la hora de las realidades prácticas, su "buen vivir", sus caprichos y su pereza le arrastran; y no puede llevar a cabo lo que le gustaría hacer, porque no tiene ni fuerzas ni entrenamiento para conseguirlo: ¡ha perdido su libertad!

        El término genérico de vocación tiene distintas facetas: vocación humana, profesional, matrimonial… Y algunos, que viven su fe con profundidad, se encuentran con que unen a estos aspectos una vocación sobrenatural.

        Vienen bien aquí las palabras de Juan Pablo II cuando se dirigía a los jóvenes en Cuatro Vientos: "No os desaniméis, porque no estáis solos: el Señor nunca dejará de acompañaros. (…) Esta presencia fiel del Señor os hace asumir el compromiso de la nueva evangelización, a la que todos los hijos de la Iglesia están llamados. Es una tarea de todos. En ella los laicos tienen un papel protagonista, especialmente los matrimonios y las familias cristianas; sin embargo, la evangelización requiere hoy con urgencia sacerdotes y personas consagradas. Ésta es la razón por la que deseo decir a cada uno de vosotros, jóvenes: si sientes la llamada de Dios que te dice: "¡Sígueme!, no la acalles. Sé generoso, responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida".