Barack Obama ha sido homenajeado por una universidad católica, Notre Dame, a pesar de que defiende el derecho al aborto y la investigación con células madre.
El catolicismo clama contra Notre Dame el día que inviste a Obama honoris causa

Los sectores católicos han protestado firmemente la decisión de la universidad de homenajear a Obama que apuesta por agresivas políticas pro abortistas.

La vida humana naciente
Justo Aznar Lucea

 

 

Muchos han criticado el galardón

        La polémica visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a la universidad católica de Notre Dame el pasado sábado, 16 de mayo, ha generado protestas y valoraciones encontradas. Obama asistió a la ceremonia de graduación del centro para ser investido honoris causa en leyes y pronunciar un discurso.

        Militantes anti abortistas esperaban al máximo mandatario con carteles provida, además cuatro personas interrumpieron con gritos las palabras de Obama en el interior de la universidad.

        El presidente de los Estados Unidos optó por abordar directamente la polémica para pedir sensatez: “El encontrar puntos de contacto incluso entre personas de buena voluntad, hombres y mujeres con principios y valores, puede ser difícil”, para añadir: “Cada lado seguirá planteando sus argumentos al público con pasión y convicción. Pero debemos poder hacerlo sin reducir a la caricatura a aquellos que tienen puntos de vista diferentes”.

        Notre Dame es una de las universidades católicas más importantes de Estados Unidos y la intención de homenajear a Obama, autor de agresivas políticas pro abortistas, ha suscitado todo tipo de opiniones las últimas semanas. La mayoría de los obispos norteamericanos se han mostrado contrarios a la dirección de Notre Dame y han criticado la iniciativa.

La renuncia de la prestigiosa intelectual

        Más de 370.000 personas firmaron una petición instando al rectorado de la universidad –presidido por el padre John Jenkins–, a que anulase la invitación. Los laicos –alumnos, ex alumnos y profesores de la universidad– han sido los protagonistas destacados en la denuncia de la situación.

Firme protesta de los sectores católicos

        Mary Ann Glendon, embajadora en la Santa Sede de Estados Unidos en la administración Bush, rechazó el galardón que le otorgó la misma universidad en señal de protesta. Glendon tenía que recibir la medalla Laetare coincidiendo en el mismo acto con la distinción que se le entregó a Obama. En una carta al presidente de Notre Dame dejó clara su posición y su renuncia al premio por la defensa del presidente Obama del aborto.

        Glendon es una de las intelectuales católicas de mayor prestigio mundial y envió un mensaje inequívoco de que “una universidad católica que alegue estar contra el aborto debe ser fiel a su palabra”.

Un suceso no aislado

        Los obispos han tildado de “traición” la iniciativa de la universidad de Notre Dame que según medios de comunicación estadounidenses “no es un incidente aislado” sino una “continuación de Notre Dame en la autonomía progresiva y separación de la Iglesia Católica en los últimos cuarenta años”.

        El obispo de Nueva Jersey, Joseph Galante, manifestó creer “inapropiado” el hecho de “honrar a una persona que deliberadamente sostiene y defiende posiciones contrarias a los principios morales fundamentales”. Por otro lado, el obispo de Charlotte en Carolina del Norte, Peter Jugis, sugirió en una nota editorial en el Catholic Herald News que “la acción sobre la importante cuestión de la defensa de la vida humana por nacer debe proceder a lo largo de varios frentes simultáneamente”.

        La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos dio a conocer la declaración ‘Católicos en la vida política’ en la que expresamente se indica que la “doctrina católica sobre la vida humana y su dignidad se debe reflejar en todas las parroquias y en todas las áreas e iniciativas pastorales: educación, salud y servicios sociales” y agrega que la comunidad católica y las instituciones católicas “no deben homenajear a aquellos que abiertamente desafían nuestros principios morales fundamentales”, ni aquellos que representan “plataformas políticas en las cuales se sugiere el apoyo a estas acciones”.