![]() ![]() |
|
|
Los cristianos de la primera generación, los que pudieron escuchar directamente la predicación de los Apóstoles, conocían perfectamente y meditaban con frecuencia la vida de Jesús. Especialmente los momentos decisivos: su pasión, muerte redentora y resurrección gloriosa. También sus milagros, sus parábolas y muchos detalles de su enseñanza. Era lo que habían oído contar a aquellos que habían seguido al Maestro durante su vida pública. Acerca de su infancia sólo conocían pequeños detalles que tal vez fueran narrados por el propio Jesús o por su madre María.
La mejor fuente de la que disponemos hoy en día son los Evangelios. En ellos sólo se deja constancia de lo más significativo acerca del nacimiento de Jesús. Desde perspectivas diferentes, Marcos y Lucas recuerdan los hechos esenciales: que Jesús nació en Belén de Judá, de la Virgen María, desposada con José, pero sin que ella hubiera conocido varón. Además, hacia el final de los relatos, también se cuenta que se fueron a vivir a Nazaret.
En el siglo II, el deseo de saber más sobre el nacimiento de Jesús y su infancia llevó a que algunas personas piadosas, aunque carecían de información histórica precisa, inventaran relatos fantásticos y llenos de imaginación. Se conocen algunos a través de los evangelios apócrifos. Uno de los relatos más desarrollados sobre el nacimiento de Jesús contenido en los evangelios apócrifos es el que se presenta en el llamado protoevangelio de Santiago, según otros escritos, natividad de María, escrito a mediados del siglo II.
Los primeros cristianos conocían perfectamente la fecha de la muerte y resurrección de Jesús. Sin embargo, no tenían la misma certeza para hablar de la fecha exacta de su nacimiento. No era costumbre en aquella época la celebración del cumpleaños. Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre el día del nacimiento de Jesucristo. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuera el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano, en el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354. A partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.
Una explicación podría ser que los cristianos optaron por ese día porque, a partir del año 274, el 25 de diciembre se celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el día del nacimiento del sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga del año. Esta explicación se apoya en los paralelismos entre el nacimiento de Jesús y expresiones bíblicas como "sol de justicia" (Ma 4, 2) o "luz del mundo" (Jn 1, 4ss). Si esto fuera así, no se plantearía problema alguno. Significaría solamente que los cristianos aprovechaban las fechas en que sus vecinos celebraban unas fiestas populares para celebrar el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, verdadera luz del mundo. No se puede deducir de la coincidencia de fechas ningún influjo de las creencias paganas en la fe cristiana. Sin embargo, hay datos históricos que inducen a pensar que no fue así.
Si ha observado las fechas que he mencionado antes, las referencias más antiguas a la celebración de la Navidad el 25 de diciembre son del año 221, mientras que la celebración en todo el imperio romano del dies natalis Solis invicti comienza el 274, es decir, más de cincuenta años después. La fijación de esa fecha para el nacimiento del Señor puede obedecer, pues, a otros motivos. En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que "nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas de abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día en que murió". Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre. En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, por lo que se fijó la celebración de la Navidad el 6 de enero.
La relación entre pasión y encarnación es una idea que está en consonancia con la mentalidad antigua y medieval, que admiraba la perfección del universo como un todo, donde las grandes intervenciones de Dios estaban vinculadas entre sí. Se trata de una concepción que también encuentra sus raíces en el judaísmo, donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nisán. Así pues, es posible que los cristianos vincularan la redención obrada por Cristo con su concepción, y esta determinara la fecha del nacimiento. En palabras del Papa Benedicto XVI cuando era cardenal, "lo más decisivo fue la relación existente entre la creación y la cruz, entre la creación y la concepción de Cristo".
La difusión de la celebración litúrgica de la Navidad fue rápida. En la segunda mitad del siglo IV se va extendiendo por todo el mundo cristiano: por el norte de Africa (año 360), por Constantinopla (año 380), por España (año 384) o por Antioquía (año 386). En el siglo V la Navidad es una fiesta casi universal. | |||||
Recibir NOVEDADES FLUVIUM |