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Curación instantánea Una vez allí, las religiosas la introdujeron en la piscina y Santaniello explica que "el agua estaba helada, pero sentí inmediatamente algo que hervía en el pecho, como si me hubieran restituido la vida. Después de pocos segundos, me levanté con mis propias fuerzas y comencé a caminar, rechazando la ayuda de los camilleros, que me veían con incredulidad". Al regresar a casa, pidió consultar a un ilustre cardiólogo de aquella época para que reconociera su estado de salud tras su visita a Lourdes. Éste "me dijo que no tenía nada, que estaba sanísima y que no podía explicarse todos los certificados y exámenes hechos precedentemente", asegura. Desde este acontecimiento crucial en la vida de Anna Santaniello, ésta ha vuelto en otras ocasiones a Lourdes para ofrecer su servicio como voluntaria en la ayuda a los enfermos. En la ceremonia de proclamación del milagro número sesenta y siete de Lourdes, en el seminario metropolitano "Juan Pablo II" en Pontecagnano, participó la propia Anna Santaniello, acompañada por sus familiares y amigos. | |
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