El cardenal Antonio María Ruoco Varela, que se encontraba en el Hospital de La Princesa, pudo describir en grandes rasgos la movilización de la sociedad y de la Iglesia en España para ofrecer su ayuda humana y espiritual tras la serie de atentados en los que murieron al menos 198 personas y más de 1.400 resultaron heridas.

        «Estoy muy conmovido», reconoció el Santo Padre, quien comunicó además, que sentía la aflicción y el dolor de los heridos y de sus familias, que no dejaba de rezar por ellos y por los fallecidos, así como por la paz y el final del terrorismo en España, según ha confirmado la archidiócesis de Madrid en un comunicado.

        El texto refiere además que en la conversación telefónica el Papa le pidió al cardenal Rouco que transmitiera a Su Majestad el Rey, Juan Carlos I, estos sentimientos y su bendición para todo el pueblo español.

        Ya en la noche del jueves Juan Pablo II había tratado de hablar por teléfono con el cardenal, pero no lo había logrado pues éste se encontraba de viaje. Los atentados tuvieron lugar cuando el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española participaba en Roma en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura.

        Al no lograr contactar al cardenal, el Santo Padre llamó en la noche a su propia casa a Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, de nacionalidad española.

        El Papa pidió a Navarro-Valls noticias de primera mano sobre la situación y, según ha revelado el portavoz, de manera particular se interesó por el estado de las familias de los fallecidos.