"Hans Küng no es teólogo católico"

El autor defiende que un teólogo debe ser obediente al magisterio de su Iglesia y que Küng no lo es. Sacerdote católico, Hans Küng fue asesor del Vaticano II por invitación de Juan XXIII.

Rafael Termes
29.12.03 El País

Crítico con Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger

        Así de simple. Y para que nadie se deje engañar. Hans Küng no es, por definición, teólogo católico. Un teólogo católico es aquel que gozando, al igual que los cultivadores de otras ciencias, de la legítima libertad científica, investiga sobre el contenido de la Revelación –escritura y tradición– para penetrarlo y enseñarlo, haciéndolo más asequible al pueblo fiel; dentro de los límites marcados por la fidelidad al magisterio de la Iglesia, a quien compete en exclusiva el deber de custodiar el depósito de la fe –doctrina y costumbres– recibido de los apóstoles. Y es evidente que Hans Küng, cuya formación teórica no se discute, ha rebasado los límites, enseñando opiniones suyas que contradicen, en el dogma y en la moral, la doctrina de la Iglesia, obligando a la Congregación para la Doctrina de la Fe a declarar que no puede ser considerado como teólogo católico y que no puede ejercer como tal el oficio de enseñar.

        Para entender esto, que tanto ha "escandalizado" a los que apoyan al profesor Küng, no es necesario ser un experto en eclesiología; basta con tener sentido común. Todo el mundo reconoce que para jugar como futbolista profesional es necesario aceptar y cumplir las instrucciones del entrenador o del capitán del equipo. Küng achaca lo que le sucede al papa Juan Pablo II, a quien califica de retrógrado autoritario, acusándole de "cerrar las ventanas de la Iglesia" y de oponerse al diálogo, causando grandes males a la Iglesia. Y culpa también al que llama "gran inquisidor", el cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Pero el desacuerdo de Küng con el Magisterio viene de mucho antes de que Juan Pablo II accediera al solio pontificio y de que Ratzinger fuera nombrado prefecto para la Doctrina de la Fe. Veamos.

Primeras manifestaciones en discordia         Hans Küng nació en Suiza en 1928. En 1951 se licenció en filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. En 1954 fue ordenado sacerdote. En 1957, tras intimar con el teólogo protestante Karl Barth, se doctora en teología por la Sorbona de París, con una tesis sobre la Justificación que, bajo el pontificado de Juan XXIII, ya suscita reservas sobre su ortodoxia. En 1962, Juan XXIII le nombra consultor del Concilio Vaticano II (1962-1965) y se dedica a dar conferencias, en diversos lugares, sobre la esencia del Concilio, pero la Catholic University of America de Washington ya le prohíbe que imparta clases en sus aulas. En 1963, en pleno Concilio Vaticano II, se incoa un proceso contra su libro Estructura de la Iglesia, y en 1965 es amonestado a causa de un informe negativo sobre el Concilio, en el que hoy tan insistentemente dice apoyarse.
Parece esconderse         Tras numerosos incidentes, a consecuencia de diversos libros que sigue publicando, en especial La Iglesia e ¿Infalible?, una pregunta, en 1975 la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, de la que era prefecto el cardenal Francisco Seper, publica una Declaración en la que puede verse que el tratamiento que la Congregación ha dado al problema no tiene nada que ver con la acusación de régimen inquisitorial que Küng y sus corifeos propinan a la Curia vaticana. En efecto, después de someter a examen las dos obras citadas, en cartas de 6 de mayo y 12 de julio de 1971, la Congregación hizo saber al autor las dificultades que encontró en las mismas, invitándole a que expusiera por escrito en qué modo sus opiniones no contradecían la doctrina católica. Ante la falta de respuesta, la Congregación, en carta de 4 de julio de 1973, ofreció al profesor Küng una nueva oportunidad de explicarse, mediante un coloquio. Küng no aceptó el ofrecimiento, pero en su respuesta no probó que sus opiniones no contradecían la doctrina católica.
Algunos errores en concreto

        En vista de ello, a fin de evitar la confusión de los fieles, la Congregación declaró que en las antedichas obras del profesor Küng se contienen opiniones que en diverso grado se oponen a la doctrina de la Iglesia católica, señalando los tres errores de mayor importancia, suspendiendo, de momento, el juicio sobre otras opiniones que el profesor Küng defiende. Primer error: La opinión del profesor Küng que, por lo menos, "pone en duda el dogma de la infalibilidad" de la Iglesia en materia de fe y costumbres, "contradice la doctrina definida en el Concilio Vaticano I y confirmada en el Concilio Vaticano II". Segundo error: Las opiniones del profesor Küng contradicen la doctrina según la cual los obispos en la Iglesia son "doctores auténticos, dotados de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo a ellos confiado la fe que se ha de creer y aplicar a las costumbres". Tercer error: La opinión del profesor Küng en su libro La Iglesia, según la cual la Santa Misa "puede ser válidamente celebrada, al menos en caso de necesidad, por bautizados carentes del orden sacerdotal", contradice la doctrina de los concilios Lateranense IV y Vaticano II. Sin embargo, a pesar de la gravedad de tales errores, en aquel entonces, 15 de febrero de 1975, la Sagrada Congregación, por mandato del Sumo Pontífice Pablo VI, decidió, "por ahora", advertir al profesor Küng que no podía continuar enseñando tales opiniones, recordándole "que la autoridad de la Iglesia le concedió la licencia de enseñar Sagrada Teología en el espíritu de la doctrina de la Iglesia y no las opiniones que subvierten esta doctrina o la ponen en duda".