Aprobado un milagro atribuido al beato Josemaría

El Papa ha aprobado hoy un decreto que reconoce la curación milagrosa de un médico español aquejado de una grave enfermedad en las manos. En la misma sesión, se han aprobado, entre otros, milagros del Padre Pío y del beato Juan Diego.

El milagro aprobado
Testimonio del Dr. Manuel Nevado Rey

Algunos testimonios de los protagonistas del milagro
Preguntas y respuestas sobre el milagro
Qué es la radiodermitis
Cronología del proceso del milagro

Curación imprevista de una enfermedad grave

Aprobado un milagro atribuido al beato Josemaría         

Juan Pablo II ha aprobado hoy, 20 de diciembre de 2001, el decreto de la Congregación para las Causas de los Santos sobre un milagro del beato Josemaría Escrivá. Se trata de la curación milagrosa de una grave enfermedad profesional (la radiodermitis crónica) que padecía el doctor Manuel Nevado Rey y que le desapareció, en noviembre de 1992, tras acudir a la intercesión del beato Josemaría Escrivá. Se leyeron también otros decretos de milagros, entre los que se encuentran uno atribuido al Padre Pío y otro al beato Juan Diego.

La radiodermitis La radiodermitis es una enfermedad típica de los médicos que han expuesto sus manos a la acción de las radiaciones de los equipos de Rayos X durante un tiempo prolongado. Se trata de una enfermedad evolutiva, que progresa de forma inexorable hasta provocar, con el paso de los años, la aparición de cánceres de piel. La radiodermitis no tiene curación. Los únicos tratamientos conocidos son quirúrgicos (injertos de piel, amputación de las zonas de las manos interesadas). De hecho, en la literatura médica no se ha reseñado, hasta hoy, ningún caso de curación espontánea de radiodermitis crónica cancerizada.
La curación El doctor Manuel Nevado Rey es un médico español nacido en 1932, especialista en traumatología, que durante casi quince años operó fracturas y otras lesiones exponiendo sus manos a los Rayos X. Empezó a realizar este tipo de intervenciones quirúrgicas con mucha frecuencia, a partir de 1956. Los primeros síntomas de la radiodermitis empezaron a manifestarse en 1962, y la enfermedad fue empeorando hasta que, en torno a 1984, tuvo que limitar su actividad a la cirugía menor, porque sus manos estaban gravemente afectadas, e incluso dejó totalmente de operar en el verano de 1992. El Dr. Nevado no se sometió a ningún tratamiento.

En noviembre de 1992, el Dr. Nevado conoció a Luis Eugenio Bernardo, un ingeniero agrónomo que trabaja en un organismo oficial español. Éste, al saber de la enfermedad de D. Manuel, le ofreció una estampa del fundador del Opus Dei, beatificado el 17 de mayo de aquel año, y le invitó a acudir a su intercesión para curarse de la radiodermitis.

La intercesión del beato Josemaría El Dr. Nevado comenzó a encomendarse al Beato Escrivá desde aquel momento. Pocos días después de ese encuentro, viajó con su esposa a Viena para asistir a un congreso médico. Visitaron varias iglesias, y encontraron estampas del Beato Josemaría. "Esto me impresionó explica el Dr. Nevado, y me animó a rezar más por mi curación". Desde el día en que comenzó a encomendar su curación a la intercesión del Beato Josemaría Escrivá, las manos fueron mejorando y, en unos quince días, desaparecieron totalmente las lesiones. La curación fue total, hasta el punto que, a partir de enero de 1993, el Dr. Nevado volvió a realizar operaciones quirúrgicas sin ningún problema.
El proceso canónico

Sobre esta curación se llevó a cabo, en la archidiócesis de Badajoz donde reside el Dr. Nevado, un proceso canónico que concluyó en 1994. El día 10 de julio de 1997, la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos estableció por unanimidad el siguiente diagnóstico: «cancerización de radiodermitis crónica grave en su 3º estadio, en fase de irreversibilidad»; y, por tanto, con un pronóstico ciertamente infausto. La curación total de las lesiones, confirmada por los exámenes objetivos efectuados sobre el paciente en 1992, 1994 y 1997, fue declarada por la Consulta Médica «muy rápida, completa y duradera, científicamente inexplicable».

El 9 de enero de 1998, el Congreso Peculiar de los Consultores Teólogos, ha dado respuesta positiva unánime a la atribución del milagro al beato Josemaría Escrivá. La Congregación ordinaria de Cardenales y Obispos, con fecha 21 de septiembre del 2001, ha confirmado esos dictámenes.

 

 

 

 

 

Don Manuel Nevado Rey

Testimonio del Dr. Manuel Nevado Rey

El Doctor Manuel Nevado Rey nació el 21-V-32. Licenciado en Medicina y Cirugía General en la Universidad de Salamanca en 1955. Especialista en Cirugía general y Traumatología y Ortopedia.

"Vivo en Almendralejo (Badajoz). Durante muchos años he trabajado en un pequeño Hospital que yo mismo logré poner en marcha, atendido por Religiosas Mercedarias, en otros Centros de la Seguridad Social y en el ejercicio privado de la Medicina. Actualmente mi mayor actividad la desarrollo en el Centro Asistencial de Zafra, en el que realizo un elevado número de intervenciones quirúrgicas.

Visita al Ministerio y una estampa del beato Josemaría A principios de noviembre de 1992 tuve que acudir al Ministerio de Agricultura para resolver algunos asuntos relacionados con mi actividad como agricultor. En el Ministerio, mientras buscábamos a la persona con la que teníamos que entrevistarnos, nos encontramos providencialmente con Luis Eugenio Bernardo Carrascal, un ingeniero agrónomo que trabaja en el Ministerio, que nos atendió muy amablemente mientras esperábamos a la persona que íbamos a ver.

Mientras cambiábamos impresiones sobre diversos temas del Ministerio, Luis Eugenio se fijó en mis manos y me preguntó qué me pasaba. Yo le expliqué, someramente, que tenía una radiodermitis crónica en estado avanzado y que era una afección incurable. Él me entregó una estampa del Beato Josemaría Escrivá para que me encomendase a su intercesión.

A partir de entonces rezó con más insistencia Así lo hice desde aquel momento y, unos días después, hice un viaje a Viena para asistir a una reunión médica. Allí me impresionó mucho encontrarme en todas las iglesias que visité estampas del Beato Josemaría. Esto me sirvió para invocar más su intercesión, tal como me habían recomendado. Yo rezaba informalmente, me encomendaba a su intercesión, sin ceñirme al rezo literal de la oración de la estampa. Pero también la recé algunas veces.
Era una simulación muy antigua que iba a peor

Tal como he dicho, yo padecía una radiodermitis crónica desde hacía muchísimos años. Me parece que los primeros síntomas depilación y diversos eritemas en el dorso de la mano izquierdalos tuve ya hacia 1962, cuando me casé. Desde entonces las lesiones fueron en aumento, pues durante mucho tiempo me he visto obligado a reducir fracturas con la ayuda de equipos de radiodiagnóstico de baja calidad y muy escasas medidas de protección.

En el mes de noviembre de 1992, cuando fui al Ministerio de Agricultura, tenía los dedos de las manos muy afectados. En la mano izquierda el índice, el corazón y el anular; en la derecha, sobre todo, el índice y el corazón. Concretamente, tenía diversas placas de hiperqueratosis y ulceraciones de diversos tamaños en los tres dedos mencionados de la mano izquierda alguna, hasta de 2 cms. de diámetro mayor y otras varias lesiones en el dorso de la mano izquierda y en las falanges proximales y en el dorso de la mano derecha.
Me molestaban bastante las lesiones de las manos y tuve que ir dejando de operar. No me las veía mucha gente porque hacía lo posible por ocultarlas. Puede decirse que ningún médico me aconsejó tratamiento, porque se sabe que no puede hacerse nada ante la radiodermitis. Alguno me dijo que me pusiese vaselina o lanolina para suavizarlas, cosa que ya venía haciendo.

En quince días desaparecieron todas las lesiones según testifican también varios conocidos Desde el día en que me dieron la estampa, desde el momento en que me puse bajo la intercesión del Beato Josemaría Escrivá, las manos fueron mejorando y, aproximadamente, en unos quince días desaparecieron las lesiones y se quedaron como ahora, perfectamente curadas.

Es evidente que esta curación no se puede explicar por motivos naturales. Ya he dicho que la radiodermitis es incurable y que no utilicé ningún medicamento. Sólo pensaba en que algún dermatólogo me hiciese un trasplante de piel para tratar de cerrar las úlceras, pero no llegué a hacer nada. A pesar de que procuraba que las manos no se me vieran, hay muchas personas que pueden dar testimonio de cómo las tenía: como es, evidentemente, mi mujer; uno de mis hijos que es médico anatomopatólogo; dos médicos dermatólogos a los que se las enseñé algunas veces: Isidro Parra, el profesor Ginés Sánchez Hurtado, etc.

Sólo puede atribuir la curación a la intercesión del beato Josemaría

Tal como sucedió la curación de mi radiodermitis, lo cuento aquí. Yo temía mucho que se produjera una metástasis, lo cual hubiera tenido ya un pronóstico incluso infausto, pero no sucedió. Sencillamente, se curó la radiodermitis y yo no puedo más que atribuirlo a la intercesión del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer.

Desde la curación he vuelto a trabajar normalmente y vuelvo a hacer cirugía general".

Almendralejo, 30 de junio de 1993


Dña. Consuelo Santos Sanz, esposa del Dr. Nevado y enfermera (Almendralejo, 1.7.1993)

Algunas citas de los protagonistas del milagro contenidas en sus testimonios

"Ya cuando nos casamos, en diciembre de 1962, recuerdo que presentaba las primeras lesiones debidas a la repetida exposición a la acción de los Rayos X.

En junio del año 1992 se vio obligado a dejar de operar, por imposibilidad manifiesta. En aquella fecha, recuerdo que tenía amplias placas de hiperqueratosis, alternando con zonas de hiperpigmentación de la piel y, sobre todo, varias ulceraciones en el dorso de los dedos; la más importante y la que más le molestaba, una extensa ulceración, de bordes infiltrados e indurados, que se asentaba sobre la totalidad del dorso de la falange medial del dedo medio de la mano izquierda. Mi marido se cubría estas ulceraciones, de muy mal aspecto, con diversos apósitos que yo le cambiaba con frecuencia".

Dr. Isidro Parra Ortiz, profesor de dermatología y amigo del Dr. Nevado desde 1963 (Mérida, 2.7.1993) "La última vez que le vi esta afectación en las manos fue hace un año, aproximadamente, en que coincidimos en una reunión de amigos. Aquel día, aparte de las lesiones ya descritas y que yo ya conocía, me llamó la atención una ulceración extensa que presentaba en el dorso y en la zona lateral interna de la falange medial del dedo corazón de la mano izquierda; clínicamente, se trataba con toda claridad de un carcinoma epidermoide. Le recomendé con insistencia que debería someterse a una extirpación quirúrgica de esa lesión. No me hizo demasiado caso y no se hizo ningún tratamiento".
Sor Carmen Esqueta Cabello (Jaén, 5.10.1993)

Según declara esta religiosa Mercedaria de la Caridad y enfermera, colaboradora del Dr. Nevado desde 1962, "poco a poco tuvo que irse dedicando a una cirugía menor. Dejó absolutamente la traumatología y toda clase de operaciones bajo Rayos X. Lo único que hacía era reducir fracturas menos importantes y colocar yesos; hasta que tuvo que dejar la cirugía totalmente".

El ingeniero Luis Eugenio Bernardo Carrascal (Badajoz, 19.5.1994)

"Después de atenderles, al despedirnos, me fijé en sus manos y enseguida me llamaron la atención, porque las tenía completamente cubiertas de llagas. Le pregunté qué le ocurría y me comentó que sufría una importante radiodermitis crónica desde hacía mucho tiempo.


Una tertulia informal con el beato Josemaría.

Con los mejores deseos de poderle ayudar en algo, le ofrecí una estampa con la oración para la devoción al Fundador del Opus Dei, Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer, beatificado hacía unos meses recuerdo que le dije y le invité a que se pusiera bajo su protección y le encomendara la curación de sus manos".

Su esposa (Almendralejo, 1.7.1993)

"Yo me di cuenta de que las lesiones de sus manos iban mejorando mucho en poco tiempo. Ya no me pedía que le cambiara los apósitos y me di cuenta de que las profundas ulceraciones habían cicatrizado completamente y habían desaparecido las placas de hiperqueratosis".

Dr. Isidro Parra Ortiz, profesor de dermatología y amigo del Dr. Nevado desde 1963 (Mérida, 2.7.1993)

"He vuelto a verle recientemente y he examinado sus manos. Sorprendentemente, la lesión que acabo de describir ha desaparecido. El resto de las lesiones que presentaba han regresado espontáneamente, sin tratamiento específico alguno.

En mi experiencia, suficientemente amplia en este tipo de lesiones, se trata de una evolución inesperada e inexplicable: la evolución habitual de las lesiones propias de la radiodermitis crónica es crónica y progresiva, hacia la malignización, nunca a la curación.

Desde luego, no he visto en ninguna ocasión un solo caso de regresión espontánea y lo habitual es que haya que acudir a la amputación de los dedos para tratar los carcinomas epidermoides que suelen aparecer con el paso del tiempo".

Luis Eugenio Bernardo Carrascal (Badajoz, 19.5.1994)

"Pocos días antes de Navidad, recibí una llamada telefónica de este señor, el Dr. Nevado Rey, en la que me comunicaba, lleno de alegría, que las lesiones de sus manos habían desaparecido completamente. Atribuía su curación a la intercesión del Beato Josemaría".


¿Qué enfermedad padecía el Dr. Nevado y cuáles son sus síntomas?

Preguntas y respuestas sobre el milagro

El Dr. Nevado padeció radiodermitis crónica. Los especialistas consultados y la bibliografía médica disponible sobre esta enfermedad la describen en varias fases, según el grado evolutivo que haya alcanzado. En su fase inicial, presenta los siguientes síntomas: la piel de la zona dorsal de los dedos se hace más seca y brillante, comienza a caer el vello y las uñas se vuelven más frágiles y en ellas aparecen estriaciones longitudinales. Se acompaña de parestesias e hipersensibilidad a los estímulos calientes.
¿Cómo evoluciona la radiodermitis? Cuando la enfermedad evoluciona, la piel se presenta privada del vello, seca y fina por atrofia de la epidermis, fácilmente vulnerable a los más mínimos traumatismos, discrómica y con áreas de hiperpigmentación y pequeños hematomas organizados (manchas de carbón). La epidermis presenta áreas de descamación y grietas (úlceras lineales).
En la fase siguiente de la radiodermitis se aprecian lesiones de carácter evolutivo, tales como verrugas y ulceraciones, que se van agravando progresivamente a pesar de que el paciente haya dejado el uso de los rayos sin protección. En su evolución, aparecen placas de hiperqueratosis y formaciones córneas bastante dolorosas en las caras laterales de los dedos y en los pulpejos. Se reduce la funcionalidad de las manos. La piel presenta áreas de atrofia epidérmica y fibrosis del dermis. La radiodermitis crónica evolutiva provoca frecuentemente dolores.

En la radiodermitis crónica cancerizada, la transformación neoplásica se produce a partir de las ulceraciones o de los queratomas. En esta fase, existe el riesgo de que el cáncer se extienda a otros órganos (metástasis).

La evolución de la radiodermitis del Dr. Nevado había llegado precisamente al estadio en el que aparecen lesiones cancerizadas en las manos.

¿Es curable la radiodermitis crónica? No. No existe un tratamiento para esta enfermedad. No pueden aplicarse más que medidas paliativas para salir al paso de los diversos síntomas. Cuando las lesiones producen un deterioro grave, se puede recurrir a la resección quirúrgica de las placas de radiodermitis evolutiva y neoplásica, seguida de la reparación ulterior mediante técnicas de cirugía plástica reconstructiva (injertos de piel); y si las lesiones alcanzan un nivel más profundo, no hay más solución que recurrir a la amputación de los miembros afectados.
¿Puede considerarse una enfermedad grave? Sí, se trata de una enfermedad grave por su carácter progresivo, por su efecto invalidante sobre las zonas afectadas y por el riesgo muy inmediato cuando aparecen carcinomas epidermoides de que degenere en un proceso canceroso generalizado.
En el caso del Dr. Nevado, ¿puede hablarse de una curación completa? Sí, sin duda. El aspecto de las manos es prácticamente normal. Los únicos signos que permanecen pueden ser considerados como secuelas cicatriciales de una enfermedad curada. Además, los miembros afectados han recuperado la movilidad, funcionalidad y sensibilidad perdidas.
¿No existe el riesgo de una recaída? Esta enfermedad, en su desarrollo natural, sigue siempre un curso degenerativo; después de la curación del Dr. Nevado, la evolución se ha invertido hacia una completa normalidad. Volvió a operar unas semanas después de la curación, en enero de 1993, y desde entonces no ha tenido recaídas, con lo que puede considerarse ya ciertamente una curación permanente.
¿Ha podido mejorar por sugestión? No. La naturaleza de esta dolencia no tiene un origen psíquico; se trata de lesiones producidas por causas físicas la exposición continuada a radiaciones ionizantes, perfectamente observables en cada uno de los estados de su evolución.
¿Tenía cáncer el Dr. Nevado? Las conclusiones de la Consulta Médica fijan el diagnóstico de la enfermedad padecida por el Dr. Nevado de la forma siguiente: "Cancerización de radiodermitis crónica grave en su 3º estadio, en fase de irreversibilidad". Aunque no se realizó un estudio bióptico de las lesiones, la Consulta ha considerado que ese diagnóstico estaba plenamente justificado por el juicio clínico concorde de los especialistas en dermatología que habían examinado las manos del Dr. Nevado y por la historia de la evolución de su enfermedad. La presencia de un carcinoma epidermoide confirma que la radiodermitis ha alcanzado su 3º estadio y, por tanto, hace que el pronóstico sea indudablemente más grave, pudiendo llegar a comprometer la vida del paciente.
¿Quién dio a conocer el diagnóstico al Dr. Nevado? El diagnóstico fue, para él, más que evidente desde los primeros síntomas. Nadie mejor que el propio interesado cirujano traumatólogo conocía la historia de su enfermedad. Por otra parte, otros compañeros de profesión, profesores de Dermatología, habían formulado un diagnóstico indudable: radiodermitis crónica. Por todo esto no se sometió a una biopsia: no había duda posible sobre la naturaleza de su dolencia, sobre su origen y sobre su carácter progresivo. El Dr. Nevado conocía, como los médicos de su generación, la historia de otros especialistas fallecidos por difusión neoplásica ganglios axilares, pulmón e hígado provocada por radiodermitis crónica.

La radiodermitis crónica es una enfermedad frecuente muy conocida, con una sintomatología absolutamente característica entre los cirujanos que utilizaban la radioscopia para reducir fracturas. El Dr. Nevado ha recurrido a la radioscopia diariamente durante gran parte de su carrera profesional. La certeza del diagnóstico y del carácter irreversible de las lesiones eran tan claros que ni el propio interesado ni los compañeros a los que consultó consideraron necesario realizar otro tipo de pruebas. Al ser evidente la malignización de al menos una de las lesiones, el especialista le recomendó la extirpación quirúrgica. Poco después, sin embargo, sobrevino la curación milagrosa.

¿Es del Opus Dei? No. Ni el Dr. Nevado ni ningún miembro de su familia pertenecen al Opus Dei.
¿Participó algún médico del Opus Dei en la consulta
médica del 10 de julio de 1997?
En la comisión médica que formó la Congregación para las Causas de los Santos el 10 de julio de 1997 con el fin de examinar si esta curación era de carácter científicamente inexplicable, en la que se declaró por unanimidad, que la curación del Dr. Nevado de "cancerización de radiodermitis crónica grave en su 3º estadio, en fase de irreversibilidad" fue "muy rápida, completa y duradera; científicamente inexplicable", no participó ningún médico del Opus Dei ni otras personas pertenecientes a la Prelatura.
¿Se han producido más milagros? ¿Por qué se ha elegido precisamente este para seguir el proceso de canonización?

En la Postulación se recibieron noticias de otros presuntos milagros. Está en fase de publicación un libro que narra diecinueve curaciones extraordinarias atribuidas a la intercesión del beato Josemaría Escrivá. A la Congregación de las Causas de los Santos se presentaron unas treinta narraciones de curaciones inexplicables que sucedieron en Australia, Austria, Brasil, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Filipinas, Honduras, Italia, Perú, Puerto Rico y Venezuela. Todos ellos ofrecían indicios suficientes para comenzar un proceso, porque fueron declarados científicamente inexplicables por médicos especialistas. Una elección siempre supone dejar otras posibilidades y no porque sean peores: influyeron razones de tiempo.


Concepto y causas de la Radiodermitis Crónica

Qué es la radiodermitis

La Radiodermitis Crónica es una enfermedad que afecta sobre todo a los médicos que han mantenido expuestas durante años las manos a la acción de radiaciones ionizantes de los aparatos radiodiagnósticos.

La sufrían principalmente los pediatras que sostenían al niño mientras lo observaban por radioscopia o los traumatólogos que reducían fracturas con el uso de los Rayos X. En la actualidad, esta afectación se observa cada vez con menos frecuencia, ya que iba ligada al empleo de equipos de radiodiagnóstico con escasas medidas de protección, en uso hasta los años 50-60.

En la génesis de la radiodermitis crónica concurren diversos factores: el tipo de aparato y de las radiaciones empleadas, los tiempos de exposición, la geometría y distribución del haz, el número de operaciones realizadas por año, etc.

Los síntomas de enfermedad Los primeros signos de la radiodermitis crónica profesional pueden aparecer ya después de uno, dos o tres años de exposición acumulativa. Por lo que hace referencia a la inducción tumoral (presencia de cánceres de la piel), el tiempo de latencia es superior.

Las manos son la localización de elección de las radiodermitis crónicas profesionales, especialmente la izquierda en los traumatólogos, debido a la posición que asumen en las operaciones. Los dedos más afectados son el índice, el medio y el anular en sus caras dorsal y medial.
Inicialmente, el proceso tiene una sintomatología clínica de escaso relieve: la piel de la zona dorsal de los dedos se hace más seca y brillante, comienza a caer el vello, las uñas se vuelven más frágiles y presentan estriaciones longitudinales.

Evolución natural

Las radiodermitis crónicas profesionales pueden clasificarse de la siguiente manera:

* radiodermitis crónica simple;
* radiodermitis crónica evolutiva;
* radiodermitis crónica cancerizada.

En la radiodermitis crónica simple la piel se presenta privada del vello, seca y fina por atrofia de la epidermis, fácilmente vulnerable a los pequeños traumatismos, discrómica y con áreas de hiperpigmentación y pequeñas sufusiones hemorrágicas o pequeños hematomas organizados (manchas de carbón). La epidermis presenta áreas de descamación, grietas (úlceras lineales) y microulceraciones; desaparecen las huellas dactilares.

En la radiodermitis crónica evolutiva se aprecian lesiones de carácter evolutivo, tales como verrugas y ulceraciones, que se van agravando progresivamente, aunque el paciente se haya alejado del peligro específico. Aparecen placas de hiperqueratosis y formaciones córneas bastante dolorosas en las zonas más distales de las caras laterales de los dedos y en los pulpejos. En esta fase, se reduce la funcionalidad de las manos. En los bordes de las úlceras de radiodermitis se pueden producir fenómenos de hiperplasia vegetante seudoepiteliomatosa. La piel presenta telangiectasias, áreas de atrofia epidérmica y fibrosis del dermis. La radiodermitis crónica evolutiva provoca frecuentemente dolores de tipo urente.

En sus fases finales En la radiodermitis crónica cancerizada, la transformación neoplásica se produce a partir de las ulceraciones o de los queratomas. Los tipos histológicos más frecuentes son la queratosis bowenoide (epitelioma in situ), el epitelioma espinocelular y el epitelioma basocelular terebrante. Estas situaciones suelen presentarse de forma muy tardía, incluso después de 20 ó 30 años de la sobreexposición continua a la irradiación; desde el punto de vista clínico, se expresa por la aparición de zonas de ulceración con ruptura de la continuidad de la superficie cutánea y de cicatrización tórpida.

En una fase más tardía, la enfermedad aparte de evolucionar y continuar con la afectación local desarrolla metástasis linfógenas a través de los vasos linfáticos y, en un paso ulterior, metástasis hematógena con diseminación en vísceras a distancia de la lesión primitiva.

Tanto el comportamiento local de la enfermedad, como el control de la enfermedad metastásica, loco-regional y sistémica, es de muy complejo abordaje desde el punto de vista del tratamiento, recomendándose en general actos quirúrgicos muy radicales para controlar la enfermedad local: amputaciones de los dedos afectados e, incluso, de porciones más extensas de la extremidad superior, e irradiación o disección ganglionar de las áreas epitrocleares o axilares homolaterales con la lesión. Habitualmente, estos pacientes aun estando en estadios localizados de enfermedad no suelen curarse.

En la bibliografía médica disponible no se describen remisiones espontáneas ni de las radiodermitis, ni de las lesiones malignas o premalignas aparecidas después de diez años de instaurarse la enfermedad. Igualmente, no se recoge ningún caso de remisión espontánea en pacientes que han padecido lesiones de radiodermitis crónica evolucionada, con el antecedente de irradiación diagnóstica prolongada. Tampoco este dato se recoge para los pacientes que han desarrollado un carcinoma epidermoide sobre una lesión previa de radiodermitis.


Un fiel de la Prelatura entrega la estampa

Cronología del proceso del milagro

La Postulación de la Causa tuvo noticia de la curación del Dr. Manuel Nevado Rey a través de una carta que llevaba la fecha del 15 de marzo de 1993. La firmaba el ingeniero Luis Eugenio Bernardo, fiel de la Prelatura del Opus Dei, que sugirió al Dr. Nevado Rey la posibilidad de encomendar su curación al beato Josemaría Escrivá. Con la colaboración del directo interesado, se recogieron documentos y se realizó un estudio exhaustivo de la enfermedad que había padecido el Dr. Nevado Rey.

Documentación al Obispo de Badajoz Una vez alcanzada la certeza del carácter extraordinario de la curación, la Postulación de la Causa entregó al Obispo de Badajoz la documentación recogida, el 30 de diciembre de 1993, con la petición de que se instruyera el correspondiente Proceso sobre el milagro.
Investigación diocesana La investigación diocesana se llevó a cabo en la Curia episcopal de Badajoz desde el 12 de mayo al 4 de julio de 1994. Tras el envío a Roma de las actas procesales, el primer paso que se cumplió en la Congregación para las Causas de los Santos fue su estudio formal: el 26 de abril de 1996, la Congregación sancionó que el Proceso se había realizado en el pleno respeto de las normas y de la praxis jurídica vigentes (decreto de validez).
Consulta médica de la Congregación y declaración Con fecha 10 de julio de 1997, la Consulta médica de la Congregación para las Causas de los Santos afirmó, por unanimidad, que la curación del Dr. Nevado de "cancerización de radiodermitis crónica grave en su 3º estadio, en fase de irreversibilidad" fue "muy rápida, completa y duradera; científicamente inexplicable".
Consulta Teológica de la Congregación y declaración El 9 de enero de 1998, los Consultores Teólogos de la Congregación, llamados a pronunciarse sobre el carácter preternatural de esa curación y sobre la relación causal entre la invocación del beato Josemaría Escrivá y la desaparición de la enfermedad, se pronunciaron con voto positivo unánime.
Confirmación del carácter milagroso de la curación La Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos miembros de la Congregación, con fecha 21 de septiembre del 2001 confirmó unánimemente el carácter milagroso de la curación del Dr. Nevado y su atribución al beato Josemaría Escrivá.
Lectura ante el Papa a la espera del Consistorio

Plaza de San Pedro el día de la beatificación de Josemaría Escrivá.
La lectura del relativo decreto sobre el milagro ha tenido lugar el día 20 de diciembre del 2001, en presencia del Papa.

Tras la lectura del decreto, el Papa convoca un Consistorio, durante el que se comunican las ceremonias de canonización que van a celebrarse y sus respectivas fechas.