Elegir el centro educativo de nuestros hijos
La vida humana es un mecanismo de elección, preferencia y postergación. Toda elección es la vez exclusión.
Julián Marías
Victoria Cardona
Escritora y orientadora familiar
¿Quién educa a mi hijo?
Victoria Cardona
        Porque sabemos la importancia que tiene la educación de nuestro hijo valoramos la libertad de educación, un derecho fundamental de los padres de familia que reconoce tanto la Constitución española como todos los tratados internacionales que ha ratificado España. Teniendo claros nuestros derechos, deberíamos estudiar a fondo el tipo de escuela que le conviene a nuestro hijo, ya que en ella pasará la etapa esencial de su vida, en la que no sólo aprenderá matemáticas o idiomas, también aprenderá cosas tan importantes como a comportarse con los demás, a tener una determinada actitud ante el trabajo y a saber convivir con valores incorporados por el testimonio de los docentes, entre algunos otros aspectos para la formación de su personalidad.

        Cuando hablamos de libertad en educación es lógico que también dediquemos tiempo a pensar el centro educativo que queremos para nuestro hijo, es un momento trascendental para su vida en el que demostraremos nuestra coherencia. Puede comportar algún sacrificio de traslado, económico o algún otro tipo nuestra elección pero quedará compensado el esfuerzo por la tranquilidad de elegir el proyecto educativo que sea acorde con nuestras creencias y manera de pensar.

        En esta libertad de elección responsable, encontraremos maneras plurales de educar. Sin pluralismo no puede haber verdadera libertad. Es por ello que surgen y surgirán siempre iniciativas de nuevos centros educativos para facilitar la educación de los hijos. Surgirán y serán llevadas a cabo por personas y entidades deseosas de mejorar la calidad y que no quieren conformarse con ninguna presión política.

        Así como conviene leer con atención la letra pequeña del proyecto educativo del centro que nos interese, tendremos que discernir si su filosofía subraya la competitividad, el hecho de ser el mejor a toda costa, o bien da más importancia al trabajo perseverante de cada día y al proceso de aprendizaje, que no siempre coincide con ser el número uno de la clase porque se valora el esfuerzo del escolar.

        Hago un pequeño paréntesis para decir que no me gusta nada que se utilice la palabra campeón como calificativo para elogiar a nuestro hijo o alumno. Si digo "eres un campeón" y lo oye otro hermano u otro alumno, este otro puede sentirse postergado. El campeón puede haber ganado porque tenía más facilidades para un concurso o para el campeonato en el que había participado. Es un ejemplo para valorar que lo importante es el esfuerzo que cada niño pone, aunque se entiende que en el colegio ya tienen sus calificaciones, y en casa saben cómo valorar lo que se hace bien. Es una opinión personal y es una pequeña manía que declaro, pero que se puede olvidar, aunque tiene un fundamento en lo que manifiesto a menudo y que he procurado vivir con los míos, resumido en esta práctica:

        Valorar o censurar lo que hace bien o mal nuestro hijo. No valorar ni censurar la persona de nuestro hijo.

        El colegio siempre transmite por ósmosis lo que, de acuerdo con su "filosofía educacional", está bien o está mal. A eso se le puede llamar "estilo educativo" y, en definitiva, quiere decir que está educando la conciencia cívica de nuestros hijos y que está afianzando los criterios que los padres queremos. No se puede confiar a cualquier centro educativo lo mejor de nuestra casa: nuestros críos o adolescentes.

        "Si no me puedo fiar de este colegio, busco otro" - me comentaba un padre al ver que había cometido un error en la elección. Pensé que tenía razón; la confianza es necesaria para no entrar luego en problemas de desautorizaciones o de críticas a los profesores y la coherencia cómo hemos comentado- para que nuestros principios estén en el proyecto del centro educativo que elijamos, también.

        Sea cual sea nuestra elección, no podemos olvidar algo que sabemos los educadores:

        La familia es la primera responsable de la educación de los hijos y es la creadora de vínculos afectivos, si nuestro hijo se sabe en casa aceptado y tiene este entorno familiar favorable, adquirirá altos niveles de motivación y seguridad emocional para encontrarse a gusto en el colegio, un colegio que sea más acorde con los objetivos que tengamos los padres para la formación integral de nuestros hijos, para poder vivir la complicidad necesaria y remar juntos acompasadamente.

        ¡Os deseo a todos una buena elección y mucho acompañamiento y seguimiento de los estudios de los hijos este último trimestre!