Educar.es: "Cada casa tiene su cosa"

Josemanuel Tarrío www.PiensaunPoco.com

Equivocación que nos sirve         Recomendaba a profesores de alumnos pequeños que usaran frases hechas para reforzar el aprendizaje de ciertos hábitos positivos.

        Por ejemplo, para el orden: "cada cosa tiene su casa".

        Un buen día, uno de esos pequeños dijo: cada casa tiene su cosa. La profesora rió con la ocurrencia. Y el niño empezó también a reír aunque no sabía muy bien por qué.

El momento oportuno

        Reflexionamos sobre la educación del esfuerzo. Hemos pasado por la virtud de la paciencia y, siguiendo con estas reflexiones, qué bueno sería tener este otro estribillo para todo este asunto: "cada cosa tiene su momento".

        ¿Te imaginas a un crío pequeño de botellón? ¡Qué locura! Diríamos todos. No tiene edad para eso. Pues eso, cada cosa tiene su momento.

        Porque no da lo mismo que un niño tenga diez años o diecisiete. Y porque padres y educadores debemos tener claro que si los hijos precipitan la edad propia para hacer ciertas cosas, no sólo vendrán los problemas. No lo estaremos educando en ese saber esperar. Y sin la espera, el esfuerzo se esfuma.

Pero armas nunca

        Lógicamente, ningún padre va a dejar a un crío que salga por ahí de marcha. Se puso un ejemplo extremo y la conclusión es evidente.

        Pero ¿no merece todo esto una mayor reflexión?

        Me contaba un alumno de quinto de Primaria:

        —Profe, ayer vi en un dibujo animado (muy conocidos, no diré cuál) que los niños iban a la escuela con pistolas.

        —¿Y que te dijo tu madre?

        —Mi madre me dijo que no le vendría mal eso a algún que otro colegio.

        Hay edades para hacer ciertas cosas. Y otras que no tienen edad alguna aunque cada casa tenga su cosa.