Celos entre hermanos
Javier Peña
Profesor de Educación Primaria y padre de Munabe Ikastexea (Bizkaia).
Tutor con más de veinte años de experiencia.
¿Es grande ser joven?

        Muy frecuentemente, cuando hablamos entre padres o profesores, surge el tema de los celos. La forma de afrontarlos, si los hay o no, si es bueno que aparezcan, y mil situaciones en las que podemos ver o no algunas actuaciones de nuestros hijos que nos nortean en su forma de comportarse con sus hermanos, en especial si son recién nacidos o empiezan a dar sus primeros pasos en la vida, son temas habituales de conversación.

        Los celos son una respuesta emocional, compleja y perturbadora, que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera propio. Generalmente cuando hay una inquietud a que la persona amada nos reste atención en favor de otro. Son algo natural. Es una etapa normal y necesaria de su desarrollo evolutivo, como lo será la crisis de los seis años o la adolescencia, que le ayuda a madurar.

        “Difícil dejar de ser el sol y pasar a ser

         Una estrella del universo”.

        Los celos son una respuesta natural. Una inseguridad emocional de uno de nuestros hijos ante el temor de que el “recién llegado” le prive del cariño y atención de sus padres y suele tener sensación de cierto abandono que suele reflejarse en querer hacerse más pequeño: puede volver a hacerse pis, tiene temores nocturnos y quiere dormir con los padres, llora, desobedece, se rebela por todo, agrede, se chupa el dedo, y mil manifestaciones más en que se quiere hacer ver más pequeño y digno de la ¿atención perdida? Es una regresión temporal en la que tiene muchísima importancia la forma de reaccionar que tengamos los padres ante esas situaciones.

        Los padres debemos prever estas situaciones en nuestros hijos. Generalmente se producen menos en familias numerosas pues los tiempos están más repartidos. Debemos estar preparados o mejor aún anticiparnos y preparar a nuestro/s hijo/s ante la llegada del nuevo.

        ¿Cómo podemos hacerlo? Pues haciéndole partícipe del gran acontecimiento. Anticiparnos a los cambios que veamos que puedan surgir: cambios de habitación, espacios de la casa, preparar planes todos juntos haciendo cosas divertidas, informarle de lo que va a pasar, contestar a sus dudas,… Como los celos pueden mermar la autoestima del chico apunto algunos aspectos que podemos intentar que por experiencia suelen dar buen resultado:

        - Alabarle lo bueno cuando nos ayude. Los celos no se superan con castigos.

        - No cambiarle su rutina: su tiempo de parque, sus extraescolares, sus tiempos de casa.

        - Hacerle ser más mayor: es una gran oportunidad para darle encargos: pañal a basura, recoger juguetes, ropa sucia tras baño a lavadora, que le ayuden a sentir más a gusto en su nuevo rol de hermano mayor.

        - Ver con él fotos de cuando era pequeño y comentarlo. Explicarle que como él, su hermano necesita más tiempo. Buscar tiempo para dedicarlo “solo” a él.

        - El momento de la noche es una gran oportunidad para que le acompañemos a la cama, estemos con él (alternando padre y madre) y con muchos besos y achuchones le comentemos lo orgullosos que estamos de él con sus nuevas responsabilidades, le contemos nuestro día y él poco a poco nos irá contando sus inquietudes.

        - Debemos tener en la cabeza a las visitas que generalmente suelen pecar de falta de sensibilidad alabando al recién llegado y no haciendo caso al hermano mayor. Estas visitas pueden hacer mucho bien cuando comentan al hijo lo bien que puede estar ayudando a sus padres como mayor que es y lo orgullosos que estarán de él por su estrenada madurez.

        - Para ir acabando, yo siempre recomiendo comprar algún regalito en el momento del nacimiento (cuando el chico va a ver a su nuevo hermano al hospital). Regalito que le ha traído el hermano al nacer.

        Capítulo aparte sería considerar la posición en un nacimiento del hermano segundo, el denominado “niño sándwich” también llamado el “relaciones públicas” que en estos casos suele buscar alianzas externas fuera de la familia, en amigos, familiares, etc y que le puede llevar a ciertas crisis internas que suelen pasarnos desapercibidas durante un tiempo bastante importante de su maduración.