El amor y las obras
Victoria Cardona. Educadora Familiar E-cristians.net 20/02/2003 |
El diálogo y la comunicación |
Dice un dicho castellano que "obras son amores y no buenas razones". Y es bien cierto que con las palabras no basta para demostrar el amor, sino que se tiene que demostrar con hechos. Recuerdo la anécdota, quizás exagerada, de aquel chico, exultante, que escribía a su enamorada: "Para venir a verte pisaría cuchillos afilados, para venir a verte atravesaría mares de fuego, para venir a verte subiría al firmamento a robar estrellas. Pero el sábado, si llueve, no te vendré a ver." El amor se tiene que fundamentar en actos que hagan lograr a los esposos una vida llena y feliz. Como siempre, el diálogo y la comunicación serán primordiales para ponerse de acuerdo en la manera de compartir las tareas del hogar y la organización de las cosas materiales, porque el orden es necesario para la paz familiar, como también lo es la humildad para saber pedir ayuda, tanto el esposo como la mujer, cuando uno de los dos se tenga que apoyar más en el otro. Si no se hace así, es fácil caer en el victimismo, como aquella buena madre que se paseaba por el pasillo de su casa diciendo "¡pobrecita de mí, cuanto padezco y que poco me quejo!". |
El amor es muy grande pero está cada día que pasa en realidades pequeñas y concretas que requieran empeño y renovada ilusión |
Por la felicidad del matrimonio se hace necesario vivir con constancia una serie de cosas pequeñas que hacen más amable la convivencia, que mantienen la ilusión de los primeros tiempos y que son formas concretas de demostrar el amor. Provienen de saber amar; y para amar se tiene que saber perdonar y agradecer. Estas pequeñas cosas pueden parecer muy sencillas pero, cuando no se viven, es que quizás hay algo que no funciona en el matrimonio; enumeraremos algunas:
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Un arte que se aprende y se protege |
Amar es un arte y una tarea que se ha de ir aprendiendo, para hacerse la vida amable siempre, aunque pasen los años y vengan los cansancios propios del paso del tiempo. Toda la vida, por el bien de los que conviven con nosotros, tendrá que ser un esfuerzo por la mejora personal. Cuando hay amor y voluntad de amar, es fácil el olvido de uno mismo por llegar a la plenitud y felicidad conyugal. Cada matrimonio tiene su manera de hacer; estos son sólo unos pensamientos para la reflexión personal. Lo que sí se puede asegurar, es que el amor se debe velar y proteger. |