'Hacen falta más familias y más niños' y 'Frente al paro'
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas
Hacen falta más familias y más niños

        Un conocido político europeo, alto cargo de la Comisión, afirmaba recientemente algo que es de sobra conocido, en Europa vive demasiada gente sola, más del veinticinco por ciento; una de cada cuatro personas. Los peligros del cambio demográfico que estamos experimentando hace inviable un crecimiento sostenible.

        Los resultados son una sociedad cada vez menos dinámica, personas cada vez más viejas, y por tanto, cada vez hay menos jóvenes. El resultado es un aumento de la dependencia. Algunas de las graves cuestiones que se plantea en clave utilitarista son ¿quién va a mantener a la gente mayor? ¿de dónde va a salir el dinero para pagar las pensiones?

        Sin embargo mi gran preocupación va por otro camino: si cada vez hay menos gente, si cada vez hay más mayores, si cada vez hay más gente que vive sola ¿de dónde va a salir lo que es imprescindible y consustancial a la humanidad, la seguridad psicológica y afectiva del amor, de saberse y sentirse querido incondicionalmente? Los problemas financieros se pueden solucionar de manera técnica ¿cómo se solucionan los problemas de humanidad?

        La respuesta es que hace falta más familias, más niños y más optimismo ante el futuro.

Frente al paro

        La grave crisis económica que sufrió España en los años ochenta, con una tasa de paro oficial situada en torno al veintisiete por ciento se superó, según los expertos, gracias al colchón que supuso la familia. La red de relaciones que supone la familia hace que siempre haya alguien dispuesto a ayudar, a cubrir las necesidades mínimas. Esta realidad también supone un apoyo psicológico importante en tiempos de crisis.

        La actual situación española con un indice de paro del quince por ciento en el momento de terminar este libro se va a encontrar con una situación muy diferente. El bienestar económico de los últimos años, el consumo desmedido y el desarrollo de una mentalidad desvinculante han hecho que cada vez haya más personas que vivan solas y que haya muchos adultos sin familia.

        Una vez más el poder político hace demagogia sobre el apoyo que va a prestar a todos, cuando la verdad es que los recursos materiales son finitos. Como siempre el recurso real y efectivo será la familia. Siempre habrá un padre, madre, hermano, tio o sobrino dispuesto a echar una mano.