'Cuida lo que vale la pena' y 'Trabajo de padres'
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas
Cuida lo que vale la pena

        Desde que los hijos son bien pequeños los padres ya se empiezan a preocupar por cual será su futuro. Muchos se hacen planes sobre que carrera será mejor que estudien, a que Universidad irán, si podrán tener un piso en propiedad, ..... ¿Se plantean con la misma intensidad y preocupación si se casarán, con quién lo harán, si tendrán hijos, si sabrán educarlos? ¿Se prepara a los hijos para ser buenos esposos o esposas, padres o madres?

        Me temo que la respuesta a estas preguntas es que se prepara a los hijos para afrontar lo material pero poco para lo afectivo y espiritual, y resulta curioso porque en todas las encuestas conocidas la familia ocupa un lugar muy destacado en cuanto a su influencia en la felicidad y satisfacción de las personas.

        Hay una tendencia a dar por supuesto que formar una familia es algo instintivo y que da igual a que edad se forme o con quién, los padres no suelen pensar en ese futuro de sus hijos. Cada vez hay más gente que se pasa la vida pensando que hacer para tener más.

        Los padres debiéramos ocuparnos, si de verdad nos preocupan nuestros hijos, en formarles para que sean personas comprometidas, leales, conscientes de que la felicidad tiene mucho más que ver con lo que hacen o piensan que con lo que tienen. Debiera preocupar mucho más dar la formación adecuada a los hijos para que puedan formar una familia estable.

        Hoy por hoy una de las mayores fuentes de infelicidad y sufrimiento de las personas tienen su origen en fracasos matrimoniales. La cuestión del tener es de mucha más fácil solución, sobre todo para quienes han sido formados en virtudes.

Trabajo de padres

        Es cada vez mas frecuente que se produzcan hechos violentos en los que los protagonistas son los adolescentes. Enseguida surgen las preguntas del porqué de tales actuaciones y la búsqueda de culpables.

        Los padres echan la culpa a los profesores y a las televisiones, las televisiones dicen que los responsables son los padres y los profesores se quejan de falta de apoyo a su labor. Que duda cabe que cada uno tiene su parte de responsabilidad.

        ¿Dónde puede estar el origen de tanta violencia y falta de respeto? Hace unos días me comentaba una amiga su experiencia atendiendo una tómbola benéfica en una fiesta. Me contaba que había niños a los que al tocarles un regalo insignificante ponían cara de decepción pero sus padres les hacían ver enseguida algo positivo y los niños se iban con una sonrisa.

        En otros casos, ante la decepción del niño que tiraba el regalo al suelo o gritaba y lloraba, la reacción de los padres era comprar mas papeletas o prometerles un regalo.

        Estoy convencido de que éstas dos actitudes tan distintas tendrán su reflejo en la vida futura de los niños.

        Somos los padres los primeros responsables de educar a nuestros hijos y no podemos buscar culpables fuera si antes no cumplimos con nuestro deber. Tenemos la obligación de dedicar tiempo y esfuerzo y esto supone, entre otras cosas, la existencia de normas en casa.

        Es imprescindible la conjugación del cariño y la exigencia y la existencia de limites desde muy pequeños. Solo entonces, si los padres cumplimos con nuestro deber, podremos exigir a profesores, gobernantes y medios de comunicación sus responsabilidades.