'Lo básico para educar' y 'Papel de padre'
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas

Lo básico para educar

        Son muchos los consejos que se pueden dar para ayudar a los padres en la educación de sus hijos. Hoy transcribo tres que me parecen muy útiles:

        - Los padres necesitan un verdadero amor a sus hijos, lo que parece una obviedad no lo es tanto. Muchos padres maleducan a sus hijos porque no les quieren con amor verdadero. Si se ama se debe exigir cuando sea necesario.

        - Lo que un hijo necesita para ser educado es que sus padres se quieran entre sí. Otra obviedad que no lo es tanto. Quererse significa apoyarse, respetarse.

        - Para educar hay que enseñar a querer y a dejarse querer.

Papel de padre

        ¿Cuál es el papel de un padre o de una madre hoy? Parece claro que para poder desempeñar una función hace falta saber que es lo que hay que hacer. Pienso que lo principal que deben hacer los padres es transmitir a sus hijos aquello que les sirva para construir su vida sobre algo sólido.

        Si en la vida de los hombres no hay una base sobre la que construir, lo que se vaya construyendo será muy endeble. Para poder transmitir unos valores tiene que haber una tradición, a su vez tenemos que haber recibido algo y pienso que ese es el gran drama de muchos padres de hoy: no aceptan lo recibido o, sencillamente, no lo recibieron.

        Durante la segunda mitad del siglo XX se han derruido muchos valores que habían guiado a la humanidad durante siglos. Con ello no digo que cualquier tiempo pasado fue mejor, sencillamente afirmo que se han derruido unos cimientos y no se ha ofrecido nada a cambio.

        La vida de los hombres se construye día a día pero hace falta que sea sobre una base sólida, si no es así, nos encontramos a merced de las ideas cambiantes e interesadas. ¿Cómo resistir sino frente al consumismo, el hedonismo o el propio interés como máxima?

        Los padres debemos buscar y recuperar los valores recibidos. Es urgente transmitir a nuestros hijos algo por lo que merezca la pena vivir, algo que sea soporte de su vida. Ni el dinero, ni el bienestar, ni tan siquiera la salud son valores que nos hagan felices y más humanos. Por otro lado son bienes que no dependen de nuestra voluntad.

        Es en lucha diaria por ser más generosos, más sinceros, más ordenados, más laboriosos donde se encuentra el camino de la felicidad. Es en la concreción de la lucha por ser más humanos donde se puede iniciar el camino para ser más felices, depende de que queramos y nos pongamos a ello.