Entre extremos que se juntan y Convicciones para ser libres
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas
Entre extremos que se juntan

        Diversos autores coinciden en señalar el individualismo como uno de los grandes males de nuestra sociedad; hay muchas personas que tienen buenos sentimientos pero que son incapaces de hacer algo para llevarlos a término.

        Las personas educadas como individuos, es decir como seres aislados, son más vulnerables frente al poder del Estado, frente al consumo y a las ideologías de turno. La razón y el pensamiento lógico son sustituidos en muchas ocasiones por un conjunto de eslóganes de moda o titulares de periódico. Resulta curioso ver cómo concepciones aparentemente antagónicas como el el marxismo y el capitalismo salvaje, coinciden en su concepción de la persona como individuo desvinculado.

        Los individuos educados en el esfuerzo y en la concepción de su dignidad como personas no son interesantes para ellos por ser menos manipulables, más críticos, más razonables; en resumen, más libres

Convicciones para ser libres

        Hay quienes confunden el hecho de tener convicciones profundas con el fanatismo y la intransigencia. Lo que se lleva es el pensamiento débil que disfraza la indiferencia como tolerancia. El pensamiento moderno concluye que las convicciones son algo impuesto desde fuera, como si el hombre fuera incapaz de llegar al Bien y la Verdad desde la contemplación y la razón.

        Aunque pensándolo mejor, no es que se piense que el hombre es incapaz de llegar al Bien y a la Verdad desde sí mismo; realmente se piensa que estos no existen. Esto hace que cada uno construya su bien y su verdad, es decir, puro relativismo. Estas ideas aplicadas desde el gobernante se transforman en totalitarismo: el poderoso decide lo que está bien y lo que está mal en cada momento. Esta manera de actuar se disfraza de democracia apelando a la fuerza de los votos

        La sociedad del siglo XXI está por la especialización, por saber mucho de algo; sin darse cuenta que esta especialización nos conduce a un callejón muy estrecho que impide tener una visión de conjunto. Hacen falta convicciones para equilibrar el poder del método científico, sólo de esa manera podremos tener una visión de conjunto de la realidad, tan necesaria para ser libres.

        Aquí juegan un papel fundamental el misterio y el sentido común. Los padres debemos transmitir a nuestros hijos el sentido misterioso de la vida y fomentar en ello el sentido común. No todo es puro raciocinio y orden científico.