'¿Sabemos qué es educar'? y 'Educar: una ciencia y un arte'
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas

 

 

 

 

Hay que saber contar con la libertad

¿Sabemos qué es educar?

        Recientemente se publicó una encuesta cuyos resultados indican que el 91% de los padres están preocupados por la formación académica de sus hijos, el 89% por la formación sexual (aunque solo al 50% le preocupan las relaciones sexuales de sus hijos), al 70% le preocupa el alcohol y al 61% el acceso a la pornografía.

        Con estos datos mi lectura es que existe demasiada obsesión en los padres por la formación académica y que sólo preocupa aquello que puede suponer un "problema". Sí, ya sé que quizás hago una lectura pesimista.

        Creo que la mayor parte de los padres equivocan el punto de mira. Lo que debe ocuparnos es la educación moral de nuestros hijos, su crecimiento en virtudes. Si transmitimos a nuestros hijos que lo mejor existe, les damos razones para ello y con nuestra vida les mostramos que es posible vivir una vida moral de máximos, ellos lucharán por ser mejores, por estudiar, tendrán razones para no caer en la droga y para no considerar el sexo como algo de consumo.

        La manera más eficaz para que nuestros hijos puedan ser felices es darles herramientas y razones para que quieran ser mejores desde pequeños.

Educar: una ciencia y un arte

        Que la educación de los hijos es una tarea complicada y difícil es evidente, no supone descubrir nada nuevo. No existen recetas mágicas que poder ofrecer pero si algunas ideas que sirvan para reflexionar.

        En la educación se esconde todo lo misterioso del ser humano:¿Porqué no todos los hijos reaccionan igual a la educación que se les da? ¿Cual es la razón de que haya tantas diferencias entre hermanos? La educación es una ciencia y como tal se puede estudiar, teorizar sobre ella y facilitar herramientas a los padres para que puedan ejercer su labor.

        Pero la educación es también y creo que en mayor medida, un arte. La formación de la personalidad de un hijo es una tarea mucho más delicada que la que realiza un artista con su obra. Esconde muchos misterios, distintos matices y sobre todo lo más grande que tiene el hombre, la libertad.

        La obra artística que realiza el autor se adapta a lo que él quiere. El hijo, como ser libre que es, necesita interiorizar lo que se le transmite y hacerlo suyo, no basta con la labor de los padres, es necesario y fundamental contar con la libre voluntad de la obra, el hijo.

        No existen recetas mágicas pero si tuviera que reducir a dos palabras lo fundamental para educar serían éstas: cariño y exigencia.