El entendimiento entre las personas es tarea ardua, por eso es bueno saber que existen facilitadores y frenos a la comunicación. Se trata de actitudes que van mas allá del lenguaje hablado.

        Halagar lo bien hecho, hacer preguntas, manifestar deseos, aceptar críticas y demostrar aceptación del otro por medio de miradas y posturas ayudan mucho. Por contra, preguntar reprochando, juzgar, discutir sobre temas pasados, utilizar el sarcasmo, menospreciar o cortar la comunicación suponen barreras que además hieren a las personas.

        Busca las cosas buenas que tiene tu esposa, son muchas, y recreate en ellas. Verás como vuestra relación mejora.

A veces basta con decir "te quiero"

        La conocida tragedia griega de los dos amantes que vivían separados por las aguas del Bósforo nos sirve para recrearnos en lo distintas que son las sensibilidades del hombre y la mujer. Nos cuentan que cada noche, después de una dura jornada de trabajo, un joven se lanzaba a las frías aguas del estrecho del Bósforo y nadaba hacia la otra orilla en busca de su amada. Tan pronto, agotado y jadeante, ponía los pies en la playa el saludo de su amada era siempre el mismo: "cariño ¿me quieres?"

        El hombre no entendía la actitud de ella. Se decía, sabe que me paso todo el día trabajando, que atravieso a nado las frías aguas del estrecho a nado sólo para verla un momento. ¿No le demuestro de esta manera mi amor? Parece que no, ella necesitaba oír tres simples palabras "sí, te amo"

        El conocimiento de la distinta psicología de hombre y mujer cobra toda su importancia en el matrimonio y es el origen de la tragedia de muchas relaciones. Mientras él piensa que demuestra las cosas con acciones y que no es necesario expresarlo, ella necesita y espera un simple "te quiero".